viernes, 31 de julio de 2009

EL MUSEO DALÍ INVIERTE MÁS DE 40 MILLONES EN LA "OPERACIÓN RESCATE"


La Vanguardia, Barcelona, España, 31Jul09
La Fundació Gala Dalí ha comprado 35 óleos, más de 200 dibujos, 39 joyas, dos esculturas, un holograma y 50 litografías en los últimos 18 años
MÀRIUS CAROL | Barcelona
La Fundació Gala Dalí de Figueres ha invertido más de 40 millones de euros en los últimos dieciocho años, habiendo adquirido 35 óleos, más de 200 dibujos, 39 joyas, 2 esculturas y 50 litografías. Este dinero forma parte de los recursos propios de la institución, resultado de la venta de entradas, de los derechos de autor, de los ingresos de la tienda del museo y de las exposiciones.
Ilustración: Estudio para Mi mujer desnuda (1945). Bello boceto de Gala realizado en tinta roja / LVE
El cuadro por el que se ha pagado un precio más alto es La nariz de Napoleón, transformado en una mujer encinta, que pasea su sombra melancólica entre las ruinas originales (1945), que costó cuatro millones de euros y que fue comprado a un particular en Ginebra. La primera adquisición fue La apoteosis del dólar (1965) y las dos últimas obras incorporadas a su colección permanente en los últimos días, La playa del Llaner (1923) y Primer retrato de Gala (1931), han sido compradas a un ciudadano mexicano (anteriormente fue propiedad del empresario Josep Ensesa) y a Sotheby's, tras una puja que alcanzó los 542.000 dólares.

Ramon Boixadós, presidente de la Fundació Gala Dalí, asegura que en el futuro mantendrán la misma política de incremento del fondo museístico: "Hoy no se puede conocer ni entender la obra ni la figura de Dalí sin visitar el museo de Figueres y, para que ello fuera así, en los últimos 18 años hemos hecho un esfuerzo para completar el Dalí surrealista que está más presente. Pero ahora, gracias a las nuevas adquisiciones, se puede conocer mejor también al Dalí diseñador de joyas, al dibujante, al escritor, al escenógrafo o al cineasta."
El centro es mucho más interesante que como quedó tras el reparto de la herencia de artista entre el Museo Reina Sofía y el Museo Dalí, en la que el primero tuvo prioridad en la elección de las obras, tras el último testamento -que cambiaba los criterios de los anteriores- que donaba toda su colección al Estado. Afortunadamente, entonces era ministro de Cultura Jorge Semprún, que entendió que había cuadros y materiales suficientes para que el museo de Madrid y el de Figueres pudieran tener un fondo atractivo para los visitantes.
Montse Aguer, directora del Centre d'Estudis Dalinians, explica cuales fueron los criterios para la adquisición: "Inicialmente nos centramos en obras del periodo entre 1926 y 1948, sin menospreciar telas u objetos interesantes de otras etapas posteriores. En 2002 pudimos obtener El sentimiento de la velocidad, que es un óleo surrealista espléndido, donde aparecen símbolos dalinianos como el reloj o el zapato de mujer, aunque a mi me gusta otro cuadro de esta etapa, Guillermo Tell y Gradiva, conseguido unos años antes, con una explicita carga erótica que impacta."
Uno de los cuadros que la Fundació más ha perseguido para que engrosara su colección es Muchacha de Figueres (1926), en la que se ve a una mujer haciendo bolillos en una terraza, con el paisaje de Figueres enfrente. El óleo figuraba en la exposición Dalí, años jóvenes y fue cedido para la muestra por un holding suizo.
"Dalí nos había pedido en los últimos años que recuperáramos este cuadro por el que sentía un cariño especial y pusimos todo nuestro empeño en ello. No fue fácil, pero finalmente logramos hacernos con él tras una compleja negociación," afirma Antoni Pitxot.
Otra obra que la fundación ha tenido ocasión de incorporar es el retrato en tinta china y yeso que hizo Dalí de Sigmund Freud en 1937, apenas unos meses antes de que el artista fuera recibido en Londres por el padre del psicoanálisis, quien, a pesar de tener poca fe en los surrealistas cuando hablaban de las pinturas del inconsciente, se fascinó con el pintor catalán, cuyos fantasmas venían a corroborar todas y cada una de sus teorías.
La adquisición que ha supuesto un mayor desembolso para la Fundació Gala Dalí ha sido la colección de joyas Owen Cheathan, compuesta por 30 piezas y 27 dibujos originales sobre papel del artista ampurdanés. Por la misma se pagó hace diez años el equivalente a 5.400.000 euros y la ardua negociación no se cerró hasta que el presidente Boixadós viajó a Tokio, a fin de tratar directamente con los responsables de tres entidades japonesas.
La colección, que se expone en el museo de Figueres, incluye joyas de oro y platino, con engarces de piedras preciosas como diamantes, rubíes, esmeraldas, zafiros, aguamarinas, topacios así como perlas de gran calidad.

miércoles, 29 de julio de 2009

IMPORTANTE PREMIO PARA DESTAVADA BLOGUERA CUBANA


Clarín29Jul09
Por: NUEVA YORK. EFE Y AP
GALARDON. GANO EL MOORS CABOT.
La bloguera cubana Yoani Sánchez recibió una mención especial del Premio María Moors Cabot 2009 que la escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia concede anualmente a destacadas coberturas en América Latina y el Caribe.

Es "una cubana común y corriente que hace cosas extraordinarias con el periodismo digital'', dijo ayer Josh Friedman, director del prestigioso premio. La mención especial que recibió Sánchez, una licenciada de filología de 34 años, es el segundo premio que recibe la bloguera y el primer reconocimiento que hace el premio Cabot al mundo de los blogs.

Con su blog "Generación Y", creado en abril de 2007, Sánchez expone la vida diaria de los cubanos a través de observaciones personales y había recibido el prestigioso premio Ortega y Gasset en 2008. El columnista brasileño Merval Pereira, del diario O'Globo, y los estadounidenses Anthony DePalma, corresponsal de The New York Times, y Christopher Hawley, de USA Today, son los ganadores del premio Cabot 2009.

Nota de Clave 88: Para acceder a “Generación Y” haga clic aquí.http://yoani-sanchez.blogspot.com/

martes, 28 de julio de 2009

'BOKODES': LOS CÓDIGOS DE BARRAS DEL FUTURO


El Mundo, Madrid, España, 28Jul09
El Bokodes utiliza la luz para codificar la información. | MIT
Agencias | Madrid
Actualizado lunes 27/07/2009 21:16 horas
Investigadores de Estados Unidos han diseñado un dispositivo que puede convertirse en la alternativa a los códigos de barras. Se trata de los Bokodes, como han sido bautizados, y puede llevar miles de veces más de información que las tradicionales líneas y ser leídos por la cámara de un teléfono móvil. Con sólo tres milímetros de diámetro, estas etiquetas podrían contener información codificada sobre la nutrición de los alimentos y su caducidad o incluso servir para crear nuevos videojuegos.

El trabajo, según informa la BBC, será presentado en una conferencia en Nueva Orleans la semana próxima. "Creemos que nuestra tecnología iniciará una nueva forma de etiquetar", ha señalado a la BBC Ankit Mohan, investigador del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que está detrás del desarrollo de este sistema.
El Bokodes consiste en un LED (diodo emisor de luz), cubierto con una capa minúscula y una lente. La información se codifica gracias a la luz que brilla a través de la capa, que varía su intensidad dependiendo del ángulo desde el que es visto. «Es brillante u oscuro según cómo queremos codificar la información», afirma Mohan. Los investigadores creen que el sistema tiene muchas ventajas sobre códigos de barras convencionales: sus etiquetas son más pequeñas, se pueden leer en diversos ángulos y, además, se descifran con la cámara de un teléfono móvil hasta a cuatro metros de distancia.
El Bokodes se puede utilizar en las industrias para no perder de vista objetos, pero también pueden ser usados en los supermercados. Por ejemplo, podían ser utilizados para codificar ofertas de alimentación. "Mírame, soy un dólar más barato", podría ser el mensaje que envíe un producto al consumidor. También sería útil en las bibliotecas para localizar un libro con facilidad entre millares o para localizar información sobre restaurantes. Por ejemplo, un restaurante podría poner la información del menú de cada día dentro de esta etiqueta. Cuando un usuario cargara el Google Maps, esos datos serían exhibidos automáticamente al lado de la imagen del restaurante.
De momento, estos Bokodes son caros (3,5 euros la pieza), si bien los creadores creen que en el futuro no precisarán de energía: "Tenemos ya prototipos que son totalmente pasivos", asegura el experto, lo que los abaratará mucho.
No es la primera vez que las compañías buscan alternativas a los códigos de barras. En 2007, Microsoft lanzó sus códigos de barras de colores. La tecnología de la identificación de la radiofrecuencia (etiquetas electrónicas minúsculas que difunden la información codificada) fue otra de las propuestas. Aunque ahora tienen muchos usos, como en las reservas de libros en algunas bibliotecas, los pasaportes o billetes de transporte, estas últimas aún no han logrado desplazar a los códigos de barras tradicionales.

lunes, 27 de julio de 2009

EL PAISAJE INALTERABLE


La Vanguardia, Barcelona, España, 27Jul09
Viaje en autobús a través del territorio luo camino de una Nairobi anclada en el tiempo. Por primera vez veo los tractores de las compañías que explotan la tierra. Cuando iba a Nairobi, el barón mandaba limpiar el territorio de señoras

Ocho horas de autobús entre el lago Victoria y Nairobi.

Es el medio de transporte más usado en un país con escaso tráfico aéreo y con carreteras deterioradas. Es domingo y los poblados lucen un colorido especial por las vestimentas de gentes que acuden a las más variadas iglesias.
Una nota peculiar del viaje son las inmensas hileras de ropa tendida en las laderas que el sol tropical enjuaga en pocas horas. Cuánta ropa lavan las mujeres en África.
Lo hacen a mano, agachadas, con faldas que rozan el suelo y exprimiendo las piezas sobre un cubo de agua que han traído de lejos, habitualmente sobre sus cabezas.
El autobús sale puntualmente de Kisumu y va directo a la capital. Pero se detiene siempre que un pasajero levanta la mano en la carretera y sube silenciosamente para ocupar un asiento mientras que un pillo entra y discute con el conductor el cobro de una pequeña comisión, nada, veinte o treinta céntimos. El autobús sigue, la discusión se mantiene viva hasta que el chófer detiene nuevamente el autobús e invita a bajar al comisionista. Son las pequeñas corruptelas que se desprenden de la corrupción a los más altos niveles.
Se atraviesan grandes extensiones de plantaciones de té y de caña de azúcar. Por primera vez he visto tractores que son propiedad de las grandes compañías que explotan las zonas más fértiles de Kenia.
La pendiente hace renquear a un autocar que lleva más de treinta años trotando por carreteras escasas de asfalto y con respetables socavones. Es territorio luo y el gobierno de Nairobi, siempre en manos de un presidente kikuyo, ha invertido más bien poco en esta parte de Kenia. Las elecciones últimas fueron denunciadas por los luos y se saldaron con más de seiscientos muertos.
Se alcanzó un pacto y ahora hay un presidente kikuyo y un primer ministro luo.
Estas tierras occidentales merecen mayor atención del gobierno.
Se alcanza la cresta del gran valle del Rift, una depresión de casi cinco mil kilómetros que transcurre desde el mar Rojo a Mozambique y que es tierra volcánica y seca. El pronunciado declive es espectacular. En el horizonte se dibujan las montañas que cerrarán la depresión que se prolonga por casi ochenta kilómetros. La piedra y la vegetación de la sabana se extienden por una llanura sin fin hasta la otra cordillera que lleva a las planicies que conducen a Nairobi.
El presidente Obama describe su paso por esta carretera, en su libro Los sueños de mi padre,diciendo que "el árido paisaje estaba salpicado de matorrales, frágiles acacias espinosas y piedras negras de aspecto extraordinariamente duro. Dejamos atrás pequeños rebaños de gacelas. Unas cebras y varias jirafas se adivinan en la lejanía, apenas visibles en la distancia. Por espacio de casi una hora no vimos persona alguna, hasta que, a lo lejos, apareció un pastor masái con un rebaño de bueyes a través de la desértica llanura. Su cuerpo era tan enjuto y recto como su bastón".
Han transcurrido quince años desde que Obama pasó por aquí en busca de sus raíces africanas. Es lo mismo, los mismos animales, las innumerables acacias solitarias que sirven de paraguas para el sol tropical, algún pastor de vacas y el viejo ferrocarril británico, espléndidamente narrado por Winston Churchill cuando era periodista en 1908. A mi lado viaja un respetable señor, maestro de profesión, que me ilustra sobre la riqueza visual del paisaje y me cuenta historias de los colonos británicos que poseían miles de hectáreas que pasaron a manos de los nuevos dirigentes del país tras la independencia en 1963. Su nombre es Andrew Okumu y viene de Mumias, una localidad cercana a la frontera con Uganda.
En la mitad del valle el autobús hace la parada reglamentaria. Mi acompañante y guía desciende para comprar veinte kilos de patatas que le cuestan lo equivalente a cincuenta céntimos de euro. Un vendedor con una gallina viva en cada mano regatea el precio de la pieza. Se ofrece ropa de segunda mano, zapatos gastados y botellas de cerveza de medio litro. Proseguimos hasta la parada oficial de mitad de trayecto y el autobús se detiene en Ukuro, la ciudad principal en el centro del Rift.
Volvemos a empinar la otra vertiente de la depresión geológica. Al llegar a la cúspide se contemplan dos lagos en el valle, y poblados perdidos en la lejanía. El compañero de viaje, persona ilustrada que conoce su historia, me habla de los dos grandes propietarios británicos que adquirieron miles de hectáreas en esta zona de mayoría de masáis.
El tercer barón de Delamere pensaba que África era un país de blancos a pesar de la evidencia de que los negros eran una aplastante mayoría. Adquirió muchas tierras, cultivó maíz, té y azúcar y exportó miles de toneladas de productos a Inglaterra que eran transportados por ferrocarril hasta Mombasa y fletados hacia los puertos de la metrópoli. Ahora sólo queda el nombre.
El otro gran terrateniente ha dejado el nombre y la leyenda. Se trata del cuarto barón Egerton of Tatton, una vieja saga de la nobleza del condado de Cheshire. Era un innovador y un hombre de habilidades técnicas relevantes, un pionero de la aviación, fotógrafo y productor de cine mudo, un motorista y un gran viajero. Se enamoró de una dama cuyo nombre se desconoce, le construyó un castillo que se encuentra a pocos kilómetros de la carretera, no le gustó a la señora, construyó otro tan extravagante que no tenía parangón ni en Inglaterra ni en Francia. La fiesta de inauguración fue la más sonada de la historia de África hasta entonces. Vinieron huéspedes de Zimbabue, de Mali, de Sudán y la aristocracia colonial que le felicitaron por aquel prodigio arquitectónico que todavía se conserva.
Al llegar la pretendida de Europa lo descalificó diciendo que era un museo y un monumento a la vanidad. Lo peor fue que la dama escapó a Sudáfrica con el responsable de la explotación de sus inmensas propiedades y no se supo más de ella. El barón cogió tal berrinche que no quiso ver más a ninguna mujer. Cuando viajaba a Nairobi enviaba a docenas de trabajadores para limpiar el territorio de señoras. Sólo acudía a las recepciones si le aseguraban que no habría señoras. Un excéntrico que hoy estaría en un psiquiátrico. Historias y leyendas de un país que fue dominado y explotado por los colonizadores. El autobús se acerca a la capital. Pasa por los barrios miserables antes de entrar en el caos circulatorio de una ciudad que está casi igual que cuando la visité hace más de treinta años.

sábado, 25 de julio de 2009

DEL IMPERIO AL PARAÍSO DE LOS MILLONARIOS


La Nación, adnCULTURA, Buenos Aires, Argentina, 25Jul09
En este artículo la periodista explica cómo se gestó la idea de escribir Rusos (Tusquets), su nuevo libro, en el que se propone develar las claves de uno de los pueblos más complejos que ha dado la historia
FOTO: ALEXANDER DEMIANCHUK / REUTERS
Por Hinde Pomeraniec
Para LA NACION - Buenos Aires, 2009
Pocos años atrás, durante una cumbre energética en París, el representante del coloso Gazprom tomó el micrófono y comenzó a hablar en ruso a la audiencia. Desesperado por la falta de traductores, uno de los organizadores se acercó para recordarle que los idiomas oficiales del encuentro eran el inglés y el francés. Sin mirarlo, el empresario preguntó, arrogante: "Discúlpeme, pero ¿no estamos en una cumbre de hidrocarburos? Sepa, señor, que, desde ahora, en estas cumbres el ruso también es idioma oficial".

Mientras escuchaba esta historia, la imaginaba como una metáfora perfecta del renovado orgullo ruso, producto de la era Putin. Luego del colapso de la Unión Soviética y el descalabro económico de los años 90, Vladimir Putin encarna para los rusos la imagen del orden y la sobriedad, en contraposición al caos que dominó la salida del comunismo. Con una política que aún rinde tributo al estatismo de la ex URSS pero bucea en el liberalismo económico, Putin representa la mano fuerte y el billete seguro, además de ser el restaurador de la dignidad y el nacionalismo perdidos. Putin llegó al poder hace casi diez años y aunque hoy no ocupa la presidencia, sigue digitando la política rusa como primer ministro. Occidente lo mira con cautela y prejuicio. Su pasado como espía y su irritante insensibilidad lo vuelven objeto de críticas. Su mano férrea con cualquier tipo de oposición y la cuestionable actuación de sus tropas en la guerra de Chechenia le valieron denuncias en materia de libertad de expresión y por abusos a los derechos humanos.
* * *
Por momentos, creo que empecé a pensar en los rusos como posibles protagonistas de un libro en octubre de 2002, la noche en que un comando integrado por decenas de terroristas chechenos tomó el teatro Dubrovka de Moscú en plena función.

Los guerrilleros mantuvieron a más de ochocientas personas como rehenes durante dos días y medio, y la toma terminó en masacre, cuando las fuerzas rusas, contrariando las normas internacionales, introdujeron en la sala un gas venenoso que mató a los guerrilleros pero también a parte del público y de los actores secuestrados. Según informes oficiales, murieron ciento veintinueve personas, muchas de ellas porque las autoridades no entregaron la información necesaria para impartir el antídoto del gas tóxico.
El presidente Putin se había mantenido inflexible: Rusia no negocia con terroristas.
Otras veces creo que Rusos nació en septiembre de 2004, cuando otro comando mesiánico tomó la Escuela Nº 1 de Beslán, en Osetia del Norte, con unas mil doscientas personas adentro, el primer día de clases.

La épica canalla culminó cincuenta y tres horas después, con el ingreso a sangre y fuego de los militares rusos. Murieron trescientos setenta personas, ciento ochenta y uno eran chicos. Otra vez el gobierno de Putin había elegido no negociar.
* * *
Hay algo provocador en la mirada de Putin; sus ojos tienen el impacto de una bruma helada o, mejor, del filo de un cortaplumas. Siempre me pregunté qué pasaba por su cabeza cuando tuvo que tomar decisiones que costaron tantas vidas inocentes, decisiones que en otro país podían haberle costado apoyo pero que, entre los suyos, acentuaron su imagen de líder.
Hubo otros casos estremecedores que tuvieron a Putin en el centro de las acusaciones, como el asesinato de la periodista opositora Anna Politkovskaya, acribillada a balazos en el ascensor del edificio donde vivía. O la muerte de Alexandr Litvinenko, alias "Sasha", un ex espía ruso envenenado en Londres con polonio 210, una sustancia radiactiva. Ambos fueron eliminados en 2006, con pocas semanas de diferencia.
Las preguntas que me hice durante estos años comenzaron a dibujar respuestas en mi primer viaje a Moscú, adonde llegué para cubrir las elecciones presidenciales de marzo de 2008, una votación con final cantado. Todos sabían que iba a ganar Dmitri Medvedev, el delfín de Putin. Meses después llegaría otro viaje a Rusia y también a Londres, lugar estratégico para desentrañar la telaraña rusa de conspiraciones, ya que allí viven varios "oligarcas", multimillonarios que hicieron sus fortunas con las privatizaciones de Yeltsin y hoy son enemigos políticos de Putin.
Para desentrañar el carácter inasible de los rusos de Putin conté con la gentileza de investigadores y escritores, así como de personas comunes y militantes de derechos humanos, quienes me cedieron su tiempo y su conocimiento. También con la confianza de gente como Marina Litvinenko, la viuda del ex agente envenenado, que accedió a contarme su historia una soleada mañana de junio, en el exclusivo barrio londinense de Myfair.
No hubiera podido hacer nada en Rusia sin Galina Rozemberg. Ella fue mi luz en las tinieblas de un idioma ajeno durante las entrevistas con Dmitri, el papá de Nina, muerta a los catorce años en el teatro Dubrovka, y también con Ella, la mamá de Zarina, que sobrevivió en Beslán sin saber que su tío y sus dos primos habían muerto en la escuela.
Mis abuelos y sus familias llegaron a la Argentina desde el Este europeo y cada vez que se les preguntaba por sus orígenes, no importaba si habían nacido en Ucrania o Lituania, siempre decían que eran rusos, amparados en el paraguas de la gran patria maternal y opresora. En rigor, primero decían que eran judíos y después, ante la insistencia, que eran rusos. Eran judíos rusos perseguidos por otros rusos en sus propias aldeas o ciudades. Judíos rusos que habían tenido que huir de donde habían nacido para seguir siendo judíos. Y rusos, a su pesar.
Si cuento esto, es para que se entienda, para entender yo también, que quizá mi libro nació de una necesidad: la de comprender el espíritu del pueblo de donde provengo, sus singulares conceptos de solidaridad y ciudadanía, que permiten que sus habitantes puedan ser indiferentes al crimen por encargo de una periodista que piensa distinto o a la detención y los apremios ilegales de los pocos opositores que aparecieron durante el reinado de Putin.
Un pueblo que supo ser un imperio poderoso, transformarse luego en el escenario de la primera revolución proletaria y convertirse, décadas después, en el centro internacional de los millonarios esnobs. Para entender, en suma, cómo ese pueblo culto y lector, cuna de enormes poetas, novelistas, músicos y cineastas, es capaz de apagar su espíritu crítico sacrificando la libertad al orden.

EL PICO REFRIGERANTE DEL TUCÁN


El País, Madrid, España, 24Jul09
Foto: Las imágenes térmicas del pájaro muestran cómo disipa el calor. Las zonas más calientes en amarillo.
ALICIA RIVERA - Madrid -
El pico del tucán es espectacular, supone un tercio de la longitud del animal y es el pico más grande de cualquier ave, en comparación con su tamaño corporal. ¿Por qué?; ¿para qué sirve un pico así?; ¿por qué la evolución seleccionaría un rasgo tan anómalo? Los científicos llevan tiempo dando vueltas al asunto y habían sugerido que tal vez sea un rasgo de atracción sexual, como sugirió Darwin, o una buena herramienta para comer piezas de fruta. Pero unos investigadores canadienses han dado con otra respuesta, y la sustentan en sus resultados experimentales. Según Glenn Tattersall y sus colegas, el pico del tucán actúa como un refrigerador muy eficaz a la hora de disipar calor corporal.

Lo explican en la revista Science esta semana.

Los investigadores han vigilado varios ejemplares Ramphastos toco, que es el mayor de la familia de los tucanes (su tamaño va desde unos 20 hasta más de 60 centímetros los más grandes), con termografía infrarroja utilizada a modo de sensores de temperatura en diferentes ambientes y condiciones térmicas.
Han observado que la temperatura de la superficie del pico cambia rápidamente cuando el ambiente se enfría o se calienta. El efecto es especialmente notable al atardecer, cuando el pájaro se prepara para dormir: entonces el pico del tucán se enfría unos diez grados centígrados en pocos minutos. Como la superficie del pico está muy vascularizada, parece que el pájaro lo utiliza para radiar calor y reducir su temperatura corporal durante el sueño. Al fin y al cabo los pájaros no sudan y no pueden refrigerarse así.
"Nuestra investigación indica que el pico del tucán es una de las mayores ventanas térmicas del reino animal, en competencia con las orejas de los elefantes por su capacidad para radiar calor corporal", dice Tattersall (Universidad Brock en Ontario, Canadá) y sus colegas en el artículo científico. Ellos recuerdan que ya en 1780, el naturalista francés George-Louis Leclerc, conde de Buffon, se había referido al pico de los tucanes como un apéndice "extremadamente monstruoso". Además de la explicación propuesta por Darwin del atractivo sexual de esa peculiar característica en la especie, se han barajado otras posibilidades: tal vez el gran pico serviría para atacar nidos, o como arma de defensa territorial en un entorno social del tucán.
Si la explicación de la regulación térmica es válida para el tucán, proponen los científicos, tal vez otras aves también utilicen el pico para el necesario intercambio de calor, sugieren estos científicos. En la investigación han colaborado los expertos canadienses con colegas de Brasil.

viernes, 24 de julio de 2009

REPORTAJE: VIAJES VENTANAS / PONT-AVEN. GAUGUIN EN BRETAÑA


El País, Madrid, España, 24Jul09
J. M. MARTÍ FONT
Pero no era en Tahití? También, pero antes de perderse por el Pacífico y dejarnos sensuales imágenes de un incierto paraíso, Paul Gauguin estuvo en Bretaña. Llegó por primera vez en el verano de 1886 a Pont-Aven, en la costa sur, al final de una ría; un bucólico lugar que ya acogía una colonia de artistas, y durante los cuatro años siguientes volvió varias veces, alternando esas estancias con viajes a París y también con el tempestuoso episodio de su visita a Arles, en Provenza, en 1888, para pintar con su amigo Vincent van Gogh.

¿Es realmente verde? Entonces ponga el verde más bonito de su paleta
Lugar de peregrinación para muchos amantes del arte, enclavado en la Bretaña más mágica, este lugar acogió varias escuelas de pintores y a muchos de quienes participaron en las rupturas que cristalizaron en el siglo XX
Pont-Aven se alinea con un riachuelo que desciende impetuoso hasta el mar. Inevitablemente todo recuerda al pintor, incluidas las cajas de las sabrosas galletas sablès, de mantequilla. Y es inexcusable darse una vuelta por el Bois d'Amour, un bosque primigenio como sólo los hay en Bretaña, que sigue congregando a los enamorados, aunque pocos sepan que el famoso cuadro que identifica este lugar, Le Talisman, l'Aven au bois d'Amour no es de Gauguin, sino de Paul Sérusier.
Contaba Sérusier que Gauguin, como quien transmite una revelación, le había enseñado la tapa de una caja de puros en la cual había pintado un paisaje sin forma, sintéticamente expresado en violeta, bermellón, verde veronés y otros colores puros, tales como habían salido del tubo, sin casi mezcla de blanco. "¿Cómo ve este árbol?", le preguntó. "¿Es realmente verde? Entonces ponga verde, el verde más bonito de su paleta; ¿y esta sombra es un poco azul? No tenga miedo de pintarla tan azul como sea posible". De vuelta a París, Sérusier mostró la obra a todos sus amigos que la bautizaron como El Talismán, y entorno a esta pieza surgió el movimiento de los Nabi y también se abrió la puerta de la abstracción.
Pero Pont-Aven se acaba pronto. Por eso es preferible retrasar la llegada atravesando la Península para impregnarse de la magia de este finisterre celta por el camino, y como aperitivo dejarse seducir por el Mont Saint Michel, que no está en Bretaña, sino en Normandía.
No cabe más que extasiarse ante el espectacular artefacto inventado por Violet le Duc en el siglo XIX. Este arquitecto, que reconstruyó media Francia con los criterios fundacionales de todos los nacionalismos modernos -incluida la catedral de Notre Dame-, realizó su obra maestra sobre lo que no era más que un viejo convento medio en ruinas, edificado en lo más alto de una gran roca flotante en el canal de la Mancha. Y para coronarlo se inventó la grandiosa flecha gótica que transformó la abadía en el icono que hoy conocemos.
Al Mont Saint Michel hay que llegar por la mañana, pronto. Enterarse de los horarios de las mareas, coger aliento, subir hasta arriba y contemplar cómo el océano cubre la llanura fangosa a una velocidad inesperada. Y después partir raudo hacia Saint Maló, el gran puerto corsario, ya en Bretaña, y darse un buen atracón de fruits de mer. Como en Galicia, el marisco es extraordinario, y también las ostras, concretamente las de Belon, una variedad que debe su nombre a la localidad de Riec-sur-Belon.
Cruzar la Península, de Dinan a Quimperle, por las pequeñas carreteras que serpentean por un paisaje boscoso, es sumergirse en ese mundo rural que sedujo a Gauguin, que se hartó de pintar a dulces campesinas con cofia; bosques misteriosos con árboles milenarios y gigantescos; iglesias y ermitas cubiertas de musgo. Y antes de llegar a Pont Aven conviene pasarse por Tremalo, donde se encuentra el crucifijo que sirvió de modelo para Le Christ jaune, una de las piezas clave del simbolismo.
El interior bretón, no dista mucho del que amaba Gauguin, que reivindicó su carácter "rústico y primitivo", en contraste con la sociedad industrial que ya se adueñaba de las grandes ciudades. De Bretaña salió hacia la Polinesia y acabó muriendo en las Marquesas. Pero lo cierto es que tenía también razones más prosaicas para escoger Pont Aven: una vida barata en la pensión Gloanec donde un grupo de artistas, de amigos, se divertían pintando y discutiendo y metiéndose con los turistas ingleses reaccionarios y los burgueses locales.
Altamente recomendable es pasarse a la ría siguiente y subirse al barco que recorre la ruta entre Benodet y Quimper. Es un barco restaurante en el que, mientras se remonta por entre bosques pespunteados por grandes mansiones del esplendor del XIX y se divisa elegantes garzas reales pescando en sus orillas, sirven un almuerzo inolvidable.

sábado, 18 de julio de 2009

EL NOVELISTA DE HITLER


La Nación, Buenos Aires, Argentina, 18Jun09
Tomás Eloy Martínez
Para LA NACION
La foto, agregada por Clave 88, es un retrato de Hanns Ewers.
Tal vez el mejor vehículo para entender los delirios del poder autoritario sean las ficciones que nacen al amparo de los dictadores o de sus cómplices letrados. La Italia de Mussolini prohijó al enorme poeta Ezra Pound. La Francia ocupada de Laval y del mariscal Pétain tuvo en Pierre Drieu La Rochelle a un predicador sincero de sus glorias racistas. El ínfimo dictador José Félix Uriburu desdeñó el apoyo espontáneo de otro poeta grande: Leopoldo Lugones. Hitler y Goebbels confiaron su posteridad a la arquitectura y al cine. Albert Speer y la épica Leni Riefenstahl no los defraudaron. Ambos eran heraldos de la belleza aria y sus obras exponen con eficacia el credo de la superioridad racial.

Aunque Hitler contaba también con la servidumbre de un músico de genio, Richard Strauss, necesitaba un narrador que lo glorificara. Ninguno lo satisfizo hasta que leyó algunos cuentos de Hanns Heinz Ewers. Hanns Ewers (así, con doble ene) fue un escritor olvidado durante muchos años y todavía lo es, aunque algunos editores europeos empiezan a rescatarlo, al amparo de ese frenesí arqueológico que ahora sirve para desempolvar tanto a viejos servidores del fascismo como a creadores censurados por la paranoia de Stalin o perdidos en las ruinas del viejo imperio austro-húngaro.
Ewers dejó de escribir hace ya setenta años y murió cinco años después, el 12 de junio de 1943. Su resurrección actual no se entendería si las ficciones que compuso no ayudaran a descifrar la misteriosa entrega de Alemania en los brazos del nazismo y la fascinación que el Mal sigue ejerciendo sobre artistas mayúsculos, como Francis Bacon, Diane Arbus y Philip Roth, ya no para confundirse con él, sino para exorcizarlo.
Ewers perteneció a esa raza de idealistas enfermos que creyeron en la razón de los fuertes y en la salvación nacida de la espada. Como Pound y como Céline, fue también un apátrida: se llamó a sí mismo "ciudadano del mundo" y vivió en casi todas las latitudes. Desde que nació, el 3 de noviembre de 1871, paseó por las tres Américas, Asia y las islas del Pacífico. Entre 1903 y 1904, logró conservar una casa y una biblioteca en Capri, donde compuso los cuentos de Das Grauen ("Lo horroroso"). Entre 1916 y 1918, vagó, nervioso, por Iquitos y por Belo Horizonte, a la espera de que lo repatriaran. La derrota de Alemania en la Gran Guerra lo sorprendió mientras regresaba en un barco de carga. Desde entonces, empezó a segregar un delirante orgullo patriótico que lo arrastró al nazismo.
Sus biógrafos admiten dos explicaciones para el fanatismo de Ewers: en 1923, el Partido Nacional Socialista -todavía embrionario- imaginó un programa que parecía saciar todos los sueños de reivindicación patriótica alimentados por el escritor; luego, a fines de la década, el Orden Negro de Hitler y el renacimiento del paganismo alemán expresaron a la perfección la filosofía esotérica en la que Ewers había creído y sobre la que, por otra parte, estaban basadas sus dos obras maestras: La Mandrágora ( Alzaune , 1910), y El aprendiz de brujo ( Der Zauberlehrling , 1911).
La Mandrágora refiere una historia que finge ser inofensiva. Sucede en una comunidad de intelectuales burgueses, universitarios, abogados y médicos que aman el vino, las palabras y los duelos. Debajo del aburrimiento, el mal asume sus más astutas formas, aun las de la ingenuidad. La intriga es precaria, casi inexistente. El profesor Bronken, investigador científico que sacrifica a niños en sus experimentos, es persuadido por su sobrino Frank Braun de crear una criatura infernal. La fórmula de que se vale es precursora de los delirios de Josef Mengele. Consiste en inyectar en el útero de una "prostituta vocacional" el esperma de un condenado a muerte.
De la fecundación nace una hembra maligna, la Mandrágora, que ya en el parto destroza las vísceras de la madre. Ese es su primer crimen. Adoptada por el viejo Bronken, quien se enriquece gracias a los consejos de su pupila, la satánica niña va convirtiéndose en una mujer de encantos letales. Los que se enamoran de Mandrágora sucumben. La excepción es Frank Braun, quien logra seducirla y provocar su muerte. Una noche de luna llena, en un acceso de sonambulismo, Mandrágora se desploma desde un tejado invocando a Frank.
Contar sólo la intriga de esta novela es traicionarla, porque pone al descubierto la ingenuidad y la torpeza del narrador, mientras escamotea sus lujos verbales y la eficacia con que cristaliza la atmósfera de cada situación en una sola frase perfecta. Quien se detenga sólo en la defectuosa trama puede distraerse luego ante hallazgos descriptivos como la visión de Mandrágora montando desnuda una burra blanca en un campo de claveles o la sensualidad de su baño en las fuentes barrocas del viejo Brinken, junto con tritones que escupen agua por los mofletes. La descripción en la que Ewers pone lo mejor de su talento es el baile de gala al que Mandrágora llega vestida de caballero mientras su enamorado prefiere un disfraz de doncella. Es un fragmento digno de Proust o de Henry James.
Cuando Hitler tomó el poder, Ewers creyó que la Alemania mitológica de Sigfrido y del Walhalla había llegado finalmente. Si bien no se afilió al partido nazi, participó en los desfiles de antorchas de los SA (Tropa de Asalto) y en las fiestas paganas de su caudillo Ernst Röhm.
Desde que el escritor se sometió a la disciplina militar de las SA, abandonó las creaciones fantásticas. Entre 1922 y 1932, compuso apenas un puñado de textos que aspiraban a ser históricos, pero que eran sólo ramplona propaganda de las liturgias de las SA. El más célebre fue Reiter in Deutscher Nacht ("Jinetes en la noche alemana"), que enumera las hazañas raciales del Führer. Goebbels lo convirtió en su escritor de cabecera y lo expuso a una fama que en esos tiempos era peligrosa. Fue el principio del fin.
El 3 de noviembre de 1933, Hitler lo invitó a la residencia oficial de Berghof, en los Alpes bávaros. Faltaban siete meses para la desenfrenada matanza que acabó con Röhm y con las SA, la célebre "noche de los cuchillos largos" que tan bien ha narrado Luchino Visconi en El crepúsculo de los dioses .
Louis Pauwels -fuente no siempre digna de confianza- afirma que "el Führer sentía por Ewers una sincera amistad. El y Albert Speer eran los únicos intelectuales a los que toleraba. Impregnadas de sangre y de tinieblas, las palabras de Ewers ejercían una atracción intensa sobre el espíritu atormentado del dictador autodidacta". Ninguna de esas noticias puede probarse. Speer no menciona a Ewers en su minucioso Diario, pese a que Hitler tuvo otras dos entrevistas con el escritor.
Aquel 3 de noviembre de 1933, Ewers salió del Berghof con el mandato de crear un modelo para los SA y para la juventud alemana, un mártir de perfil heroico. En los archivos de los diarios berlineses, creyó encontrar lo que necesitaba. Su mártir era Horst Wessel, un rufián que había organizado en 1925 las fuerzas de choque nazis y que un año más tarde fue abatido en un combate callejero con los comunistas.
El personaje no era convincente, pero Ewers no se arredró y se aplicó encarnizadamente al cumplimiento de lo que él llamaba "mi querido deber". Escribió una apasionada biografía de Horst Wessel que se publicó en 1933 con un éxito clamoroso. Goebbels ordenó de inmediato una adaptación cinematográfica. Pero casi todos los santos cruzados a los que el autor veneraba en ese libro cayeron asesinados durante la sangrienta purga de los SA. Cuando Hitler y Goebbels asistieron a la proyección privada de Horst Wessel, el 13 de diciembre de 1934, vetaron el film por incurrir en presuntas falsedades históricas. El estreno quedó anulado y el nombre de Ewers se convirtió en peste. El personaje heroico que imaginó sobrevivió, sin embargo, a todas las desgracias. Cuando los rusos entraron en el devastado búnker de Hitler, en Berlín, los dos himnos patrióticos que aún se oían eran Deutschland über Alles y el Horst Wessel Lied .


A partir de 1935, todas las obras de Ewers fueron prohibidas en el Reich, con excepción de Jinetes... , pero aun ésta era de venta limitada. A comienzos de 1936, también se le impidió escribir y salir de su refugio bávaro. Para un viajero como Ewers, la inmovilidad equivalía a la muerte. Un cáncer lo abatió en Munich. Kurt Desch, su editor, ordenó que sobre la tumba se inscribiera la última frase de La Mandrágora , en la cual cabe entero el destino de Ewers: "Quiero entrar en mí. Me espera mi madre".

LAS PELÍCULAS DE GUERRA QUE MÁS NOS GUSTAN

La Nación, ADNcultura, Buenos Aires, 18Jul09
En una cena con Javier Marías y Agustín Díaz Yanes, el creador del capitán Alatriste evoca los films bélicos que marcaron su infancia
Por Arturo Pérez-Reverte
Madrid, 2009


Cenaba la otra noche con Javier Marías y Agustín Díaz Yanes. Cada vez que nos juntamos -somos de la misma generación: Hazañas Bélicas, Capitán Trueno y el Jabato, cine con bolsa de pipas- acabamos hablando de libros y de las películas que más nos gustan: las del Oeste y las de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo aquéllas de los años cincuenta, a ser posible con comando inglés dentro.
A Tano, sobre todo, le metes unos comandos ingleses en una película en blanco y negro y se le saltan las lágrimas de felicidad. Y si encima intentan matar a Rommel cerca de Tobruk, levita. El caso es que estuvimos comentando la última que hemos rescatado en devedé, que es El infierno de los héroes -José Ferrer al mando de una incursión de kayaks en la costa francesa-, e hicimos los votos acostumbrados para que a alguna distribuidora se le ocurra sacar dos títulos que llevamos casi cincuenta años esperando ver de nuevo: Yo fui el doble de Montgomery y Fugitivos del desierto: aquélla de John Mills, con Anthonty Quayle de espía alemán. Por mi parte, y ya que mis favoritas son

las de guerra en el mar -los tres coincidimos en que Hundan el Bismarck y Duelo en el Atlántico son joyas del género, sin despreciar, claro, Náufragos y sangre, sudor y lágrimas-, la película que me hará caer de rodillas dando gracias a Dios el día que me la tope es Bajo diez banderas, de la que sólo tengo una vieja copia en cinta de video: la historia del corsario alemán Atlantis, con un inolvidable Van Heflin interpretando el papel del comandante Rogge, y Charles Laughton en el papel, sublime, de almirante inglés. Cine de verdad, en una palabra. Del que veías con diez o doce años y te marcaba para toda la vida.
Comentamos, al hilo de esto, que tanto al rey de Redonda como al arriba firmante nos llegan a menudo cartas de lectores solicitando listas de películas. Yo no suelo meterme en tales jardines, pues una cosa es hablar de lo que te gusta, sin dar muchas explicaciones, y otra establecer listas más o menos canónicas que siempre, en última instancia, resultan subjetivas y pueden decepcionar al respetable. Hay una película, por

ejemplo, que Javier, Tano y yo consideramos obra maestra indiscutible: Vida y muerte del coronel Blimp, dirigida por nuestros admirados Powell y Pressburger -los de La batalla del Río de la Plata, por cierto, sobre el Graf Spee-; pero no estoy seguro de que algunos jóvenes espectadores la aprecien del modo incondicional en que la apreciamos nosotros. Son otros tiempos, y otros cines. Otros públicos.
De cualquier modo, Javier y yo nos comprometimos durante la cena a publicar algún artículo hablando de esas películas, cada uno en el suplemento dominical donde le da a la tecla. Como escribimos con antelación, no sé si el suyo habrá salido ya. Tampoco sé si habrá muchas coincidencias, aunque imagino que las suficientes. En lo tocante a

películas sobre la Segunda Guerra Mundial, yo añadiría Roma, ciudad abierta, Mi mejor enemigo -tiernísima, con David Niven y Alberto Sordi-, Los cañones de Navarone, El día más largo, El puente sobre el río Kwai y algunas más. Entre ellas, Las ratas del desierto, Arenas sangrientas -John Wayne como sargento de marines-, 5 tumbas al Cairo, Comando en el mar de la China, Torpedo, El tren -con Burt Lancaster, obra maestra- o la excelente Un taxi para Tobruk, con Lino Ventura y Hardy Kruger, clásico entrañable de la guerra en el Norte de África. Sin olvidar la rusa La infancia de Iván, la italiana Los cuatro días de Nápoles y la también italiana -ésta de hace muy poco, y buenísima- El partisano Johnny. Pues, aunque las mejores películas de la Segunda Guerra Mundial se rodaron entre los años 40 y 60, es justo mencionar algunos importantes títulos posteriores. Como la primera mitad de Doce del patíbulo, por

ejemplo. O Un puente lejano. O El submarino, de Wolfgang Petersen. Sin olvidar, claro, Rescatando al soldado Ryan, ni la extraordinaria serie de televisión Hermanos de sangre.
No puedo rematar un artículo sobre películas de la Segunda Guerra Mundial sin citar, aun dejándome muchas en el cartucho de tinta de la impresora, dos que están entre mis favoritas. Una es No eran imprescindibles -Robert Montgomery, John Wayne y Patricia Neal-, donde John Ford cuenta la conmovedora historia de una flotilla de lanchas torpederas en las Filipinas invadidas por los japoneses. La otra es El hombre que nunca existió, episodio real de espionaje -Clifton Webb es el protagonista, con Stephen Boyd, el Mesala de Ben Hur, haciendo de agente alemán- sobre cómo el cadáver de un hombre desconocido se convirtió en héroe de guerra y ganó una batalla. En mi opinión, quien consiga añadir esos dos títulos a la mayor parte de los citados arriba, puede darse por satisfecho. Dispone de una filmografía bastante completa sobre la Segunda Guerra Mundial. Un botín precioso y envidiable.
Otro día, si les apetece, hablaremos de cine del Oeste.

viernes, 17 de julio de 2009

¿QUÉ HUBIERA PASADO SI UN SENADOR SE ENFERMABA EL 17 DE JULIO DE 2008?


La Nación, Buenos Aires, Argentina, 17Jul09
Rosendo Fraga
La historia contrafáctica (el " What if " de los historiadores anglosajones) consiste en desarrollar el escenario de lo que pudo haber sucedido en caso de cambiar algún detalle de la historia. Ello permite, por un lado, comprender la trascendencia de lo sucedido y a la vez verificar que la suerte y el azar, como la voluntad humana pueden cambiar el curso de la historia. El análisis histórico de lo sucedido en el Senado en la madrugada del jueves 17 de julio, muestra que fue la segunda vez en la historia en la cual le tocó desempatar al Vicepresidente. La primera, fue el caso de Victorino de La Plaza en 1914, meses antes que le tocara asumir la Presidencia por el fallecimiento del presidente Roque Sáenz Peña.

En aquella oportunidad, el Senado tenía 30 y no 72 senadores como ahora, dado que eran sólo 2 por provincia y el país tenía sólo las 14 provincias históricas y la Capital -las otras 9 eran entonces territorios nacionales y por ello no elegían senadores-. Del total de senadores, entonces faltaron varios. En cambio en 2008, además de ser los senadores más del doble, la circunstancia realmente excepcional fue que en la madrugada de aquel jueves 17 de julio, estaban los 72 senadores nacionales sin faltar uno solo. De faltar uno, no se hubiera registrado el empate.
Si por ejemplo Carlos Menem, que se encontraba internado por razones de salud en una clínica, no hubiera podido concurrir, el oficialismo se hubiera impuesto por 36 a 35. No hubiera habido voto de desempate de Cobos y la Resolución 125 quedaba ratificada. Cobos no sería la figura política nacional que es hoy. Además, el campo dos días antes había reunido un cuarto de millón de personas en Palermo y en este contexto el conflicto con el gobierno hubiera continuado.
Es posible también que el desgaste del oficialismo se prolongara y entonces no le hubiera resultado tan fácil al Gobierno estatizar las AFJP cuatro meses después.
Es que el Gobierno dejó de caer en la opinión pública al congelarse el conflicto después del 17 de julio, aunque nunca recuperó consenso y luego el campo jugó un rol decisivo en la derrota electoral del 28 de junio. Pero cabe la posibilidad de que enfermara un senador del oficialismo y entonces el campo se habría impuesto por 36 a 35.
Seguramente el escenario posterior hubiera sido similar al que fue en la realidad, pero con una diferencia: Cobos no sería la personalidad que es hoy, con lo cual el Vicepresidente como figura institucional no tendría la fuerza y la significación que tiene. A su vez, la oposición no lo tendría como su candidato con más posibilidades, como sucede hoy.
Cuando se verifica que la enfermedad de sólo uno de los 72 senadores pudo haber llevado a un desenlace distinto, ello remite aquella frase de Jorge Luis Borges que decía: "el vago azar o las precisas leyes del destino que rigen la vida de las personas.".
Si es el azar o el destino lo que puede cambiar los pequeños detalles que dan pie a la historia contrafáctica, se trata de una discusión que no puede resolverse. Pero lo que es seguro, es que la voluntad humana tiene la capacidad de cambiar la historia y eso sucedió con Julio Cobos en la madrugada del 17 de julio de 2008.
El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

martes, 14 de julio de 2009

ENTREVISTA.- JOHN MALKOVICH ACTOR, PROTAGONISTA DE 'LA COMEDIA INFERNAL': "EL TEATRO ES LIBRE, EL CINE ES FASCISTA"


El País, Madrid, España, 14Jul09
El artista estadounidense se mete en la piel de un asesino en serie en la obra que inaugurará este sábado el festival de Peralada, en Girona; un espectáculo donde cada función es diferente, pues el intérprete revisa el texto cada noche
JULIETA RUDICH - Viena -
Unas copas de vino tinto y varios cigarrillos de sobremesa. John Malkovich (Christopher, Illinois, 1953) está a sus anchas después de una cena con amigos en uno de los locales favoritos del mundo bohemio vienés. (Se llama Immervoll, que significa "Siempre lleno"). Algunos curiosos lo reconocen, pero se contienen hasta que acaba la entrevista para acercarse a pedirle un autógrafo y decirle a Malkovich cuánto lo admiran.
"Para creer en la política hay que tener una corrupción intelectual total"
"Me gustaría hacer un filme inspirado en la arquitectura de Josep Maria Jujol"

El actor protagoniza Desgracia, el filme basado en la novela de J. M. Coetzee, que se estrena en España el próximo día 31. Pero ahora está centrado en el teatro. En Viena ha presentado La comedia infernal, una obra que combina teatro y ópera y que el próximo sábado inaugura el Festival de Peralada (Girona). La estrella de Hollywood encarna a Jack Unterweger, el asesino en serie que encandiló a los intelectuales austriacos en los años noventa. El libretista Michael Sturminger ha escrito una obra a la medida de Malkovich, que actúa flanqueado de dos mujeres que cantan nueve arias muy diversas -Weber, Boccherini, Vivaldi, Mozart- que tienen en común el dolor de la mujer maltratada. Las acompaña la orquesta Wiener Akademie, dirigida por Martin Haselböck, creador de la parte musical de la obra.
Pregunta. La comedia infernal se estrenó el año pasado con éxito en Los Ángeles. ¿Cómo surgió la idea?
Respuesta. Encontré a Martin Haseböck casualmente en una cena en Los Ángeles, y al día siguiente me llamó y me dijo: "Tenemos que hacer algo juntos". Yo le dije: "Si quieres que la gente venga al teatro, hay que hacer algo sobre Jack Unterweger". Los asesinos en serie interesan en todos los países, a todos los diarios y programas de televisión. Cabe preguntarse por qué, y por qué Unterweger tenía por todos lados mujeres que lo seguían y se obsesionaban con él. Tenía una en cada país. Le ofrecían casa, coche...
P. ¿Cuál es su explicación?
R. No sé. Si matas gente, las mujeres te escriben cartas, quieren casarse contigo. Quizás las mujeres piensan que pueden cambiar a los asesinos, que los pueden salvar. Les gustan los hombres amenazantes. Conozco varias mujeres que se divorciaron porque sus esposos eran demasiado buenos, amables. Me parece raro. No tengo respuesta.
P. ¿Pero qué le llevó a interesarse precisamente por Unterweger, habiendo tantos ejemplos de asesinos en serie de mujeres?
R. Pasé bastante tiempo en Austria en los años noventa, donde se habló mucho de Unterweger. También era conocido en Estados Unidos, desde donde escribió para Austria como periodista. Informaba sobre las pésimas condiciones de las prostitutas, pero no las ayudó mucho porque mató a las que encontró. No tengo ningún interés en el personaje mismo de Unterweger. Sus actos son enormemente tristes, destructivos, pero me interesó como resultado de la estupidez mental y emocional de los políticos.
P. Lo dice porque Unterweger, condenado a muerte, fue absuelto en 1990 a raíz de una petición de destacados intelectuales de izquierda. Una vez libre, siguió matando prostitutas en Los Ángeles, Austria y la República Checa, luego volvió a ser condenado a muerte y se ahorcó.
R. Sí. Unterweger era un psicópata, pero hubo quien dijo que había que dejarlo libre porque tomó cursos de escritura. Aunque nunca fue buen escritor. Era una patata caliente entre la izquierda y la derecha. Imagina que alguien te dice que los árboles delante de tu casa están enfermos. La izquierda dice: hay que alimentarlos, darles agua. Y la derecha dice: hay que arrancarlos para que no contagien a los demás. Yo en cambio me pregunto por qué ha venido una persona a contarme que las plantas están enfermas.
P. ¿No tiene usted ninguna inclinación política?R. No creo ni en política ni en religión. Para creer en la política hay que tener una corrupción intelectual total. Unterweger es un ejemplo de eso. Pero en la obra de teatro no nos referimos directamente a la realidad. Trata sobre el interés de la gente por el tema.
P. Usted se ha psicoanalizado durante mucho tiempo, ¿hasta qué punto tiene influencia en su forma de interpretar?
R. Tiene mucha influencia en mi trabajo y en mi vida. Porque Freud enseña que somos suficientes. Al contrario que la política y la religión, que sostienen que los seres humanos no pueden bastarse por sí mismo. Pero no se necesita ni ideología ni religión para que seamos humanos, vitales, curiosos y justos, ni para estudiar, contemplar, reflexionar, para celebrar e incluso para condenar. Freud se equivocó en muchas cosas, pero no en esto.
P. ¿Sus padres tenían la misma forma de ver estas cosas?
R. No. Eran mucho más conservadores que yo. Eran ateos profundos, ateos casi de forma evangélica. Yo no. Yo soy muy feliz sin ningún dogma.
P. También exige mucha libertad en su trabajo.
R. Sí. No haría teatro si no fuera completamente libre. Por el contrario, el cine es algo fascista. La película se detiene si hago simplemente así [se agacha, como saliendo del encuadre de una cámara] . El teatro me gusta porque es libre, porque es efímero como la vida.
P. En cada función de La comedia infernal hay novedades. ¿Improvisa?R. No es exactamente improvisación. Lo que hago es revisar el texto cada noche y reajustar la siguiente actuación.
P. O sea que la pieza que verá el público español será diferente de la que acaba de ver el público vienés.
R. Será diferente porque en España no conocen a Jack Unterweger. Conozco Barcelona, he pasado mucho tiempo allí, me gusta especialmente la arquitectura de Josep Maria Jujol. Tenemos la idea de hacer una película inspirada en Jujol, con mi decorador y un realizador inglés. Pero todavía no sabemos si conseguiremos financiación. Yo no escribiría el guión, pero se haría en base a mis ideas. Sería un filme sobre cosas que pueden ocurrir en los edificios de Jujol, como la Casa Planells, las torres en Sant Joan Despí, la Casa Bofarull... Porque los lugares tienen una enorme influencia en las vidas.
P. ¿Y otros proyectos?R. Tengo bastantes proyectos como productor, uno o dos como realizador y algunas cosas en teatro. He terminado de representar en París una obra escrita por un joven americano y titulada El buen canario. Ya la representé en México y el año que viene la llevamos a Nueva York y Londres.

domingo, 12 de julio de 2009

SAN FERMÍN, PAMPLONA EN NAVARRA, ESPAÑA, 7 DE JULIO: PRUEBA DE CORAJE. RITO Y MITO DEL ENCIERRO


ABC.es, Madrid, España, 12Jul09
En un encierro no hay que llevar sandalias, ni mochilas, ni botas de vino. Y, por supuesto, no se debe estar borracho. Lo principal —señalan los expertos— es respetar al animal. El toro no distingue el rojo ni ningún otro color. Es daltónico y sólo embiste porque algo se mueve delante.
FERNANDO MARTÍNEZ LAÍNEZ
Si se eliminara el toro, San Fermín podría quedar reducido a una charanga festivalera en la que la gente baila y bebe hasta caerse. El toro es la pieza clave y lo que da sentido y continuidad a la fiesta más famosa del mundo. Toro y fiesta van unidos en los Sanfermines y son imposibles de separar, aunque hoy se haya perdido el sabor rural de la gente de los pueblos que acudía a festejar en la ciudad. La excesiva masificación y la globalización mediática han cambiado mucho la forma de correr el encierro.

El espectáculo se impone. Ahora es más embarullado, sin dejar espacio de seguridad entre los últimos corredores y la manada, con los toros materialmente envueltos por la gente.
Los encierros de Pamplona están documentados desde la Edad Media, cuando los pastores llevaban las reses de las dehesas a la plaza Mayor, que hacía las veces de coso taurino.
Los toros bravos entraban a la carrera, flanqueados por los mansos y azuzados por los gritos del gentío y las varas de los pastores. Solo a finales del siglo XIX empiezan a producirse los encierros tal como ahora los conocemos, con los mozos corriendo delante de las astas y sin ninguna indumentaria especial. Vestidos al uso diario, con chaqueta, camisa y la boina calada, algunos con alpargatas, como atestiguan las fotografías de época. En la actualidad la ruta del encierro parte de los corrales en el inicio de la cuesta de Santo Domingo, bordea la Casa Consistorial y sigue por las calles de Mercaderes y Estafeta hasta entrar en la plaza de toros, donde los animales quedan encerrados hasta el momento de la corrida.
La distancia que recorren toros y corredores es de unos 847 metros, y cada vez es mayor la participación de extranjeros, en especial de los países anglosajones.
Los toros más difíciles y peligrosos de correr —aseguran los veteranos— son los de Marqués de Domecq, Jandilla y Cebada Gago. Aunque no son muy grandes, son animales nerviosos e imprevistos, que se revuelven rápido. Los mejores son los de Miura, que suelen tener mucho peso, pero mantienen un trote sostenido y no se desvían del recorrido.
«En un encierro no hay que llevar sandalias, ni mochilas ni botas de vino, y por supuesto no se debe estar borracho. Lo principal —señalan los expertos— es respetar al animal, y los propios pastores que conducen a los toros desde los corrales se cabrean mucho cuando alguien se propasa».
El toro no distingue el rojo ni ningún otro color. Es daltónico y solo embiste porque algo se mueve delante. Un periódico enrollado puede ser tan eficaz como un capote, si con él se desvía la atención del cornúpeta cuando se le coloca delante de los ojos. Son reglas que en la práctica, al sentir en la espalda el aliento del toro a la carrera, nunca se cumplen, aunque haya puristas para todo.
Hemingway quedó impactado con los encierros y sentía por el toro y los toreros una pasión casi religiosa. En una de sus primeras crónicas refleja su asombro admirativo al ver que los toros se acercan por la calle «galopando en grupo, negros, brillantes, siniestros, los pitones al aire, sacudiendo las cabezas…» Describe también el lance de las vaquillas «golpeando muchachos con sus astas», y observa con buen ojo de periodista que «cada vez que la vaquilla coge a uno la multitud grita de alegría».
Durante los años que Hemingway estuvo en los Sanfermines hubo dos muertos en los encierros. Uno de ellos, Esteban Domeño, murió el 13 de julio de 1924, y el escritor dejó su nombre para el recuerdo en la novela Fiesta, aunque lo llamara Vicente Gironés. El otro corredor, Santiago Zufía, murió empitonado el 8 de julio de 1927, y Hemingway no lo mencionó.

Fuerza de fecundidad
La verdad incontestable, más allá de cualquier interpretación que el escritor norteamericano hiciera de los encierros de San Fermín, es que la cultura del toro tiene raíces profundas en el tronco hispano. Los toros son rito, mito, símbolo y ceremonia cuyos orígenes se pierden en el tiempo. «Para el hombre primitivo —dice el catedrático alavés Ángel Álvarez de Miranda— el toro es un depósito de energía creadora. Una fuerza de fecundidad que el hombre cree poder utilizar. Un rito sagrado que degenera en juego y espectáculo profano». PERO LAS CORRIDAS DE TOROS, EN SU SENTIDO PROFUNDO, NO SON UN SIMPLE ESPECTÁCULO, NI MUCHO MENOS UN DEPORTE. LAS CORRIDAS —DECÍA ANTONIO MACHADO POR BOCA DE JUAN DE MAIRENA— SON ESENCIALMENTE UN SACRIFICIO. CON EL TORO NO SE JUEGA, PUESTO QUE SE LE MATA SIN UTILIDAD APARENTE, COMO SI DIJÉRAMOS DE UN MODO RELIGIOSO, EN HOLOCAUSTO A UN DIOS DESCONOCIDO.

jueves, 9 de julio de 2009

ODA ESCRITA EN 1966


Nadie es la patria. Ni siquiera el jinete
que, alto en el alba de una plaza desierta,
rige un corcel de bronce por el tiempo,
ni los otros que miran desde el mármol,
ni los que prodigaron su bélica ceniza
por los campos de América
o dejaron un verso o una hazaña
o la memoria de una vida cabal
en el justo ejercicio de los días.
Nadie es la patria. Ni siquiera los símbolos.

Nadie es la patria. Ni siquiera el tiempo
cargado de batallas, de espadas y de éxodos
y de la lenta población de regiones
que lindan con la aurora y el ocaso,
y de rostros que van envejeciendo
en los espejos que se empañan
y de sufridas agonías anónimas
que duran hasta el alba
y de la telaraña de la lluvia
sobre negros jardines.

La patria, amigos, es un acto perpetuo
como el perpetuo mundo. (Si el Eterno
Espectador dejara de soñarnos
un solo instante, nos fulminaría,
blanco y brusco relámpago, Su olvido.)
Nadie es la patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros
de ser lo que ignoraban, argentinos,
de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones,
la justificación de aquellos muertos;
nuestro deber es la gloriosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar.

Nadie es la patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,
ese límpido fuego misterioso.

Jorge Luis Borges

miércoles, 8 de julio de 2009

"LOS SERES HUMANOS INSISTEN EN TOMAR DECISIONES ABSURDAS"


La Nación, Buenos Aires, Argentina, 08Jul09
Actúan en contra de sus propios objetivos, afirma el economista y sociólogo francés
FOTO
Foto: "El hombre no razona siempre en forma analítica", dice Morel Foto: LA NACION / Archivo
Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
PARIS.? ¿Y si el accidente del Airbus de Air France que desapareció en el Atlántico el 1° de junio se hubiera debido a una decisión absurda tomada por los pilotos, por la empresa o por algún centro de control a cargo de ese vuelo?

Especialista en la "decisión absurda", el francés Christian Morel se hizo esa pregunta hace algunos días desde las páginas del diario Le Monde. Licenciado en Economía, doctor en Ciencias Políticas y sociólogo, Morel analiza desde hace más de 30 años la actitud recurrente del ser humano de tomar la decisión equivocada (en forma individual o colectiva) y de "actuar con constancia en un sentido exactamente contrario al objetivo buscado", según dijo a La Nacion en su casa de las afueras de París.
Autor de un éxito planetario que lleva justamente ese título (Les décisions absurdes, 2002), que acaba de ser publicado en español por Modus Laborandi, ese hombre afable y aparentemente imperturbable de 62 años, se confiesa un "apasionado por la sociología y por los lazos complejos que mantienen las ideas y la acción".
Porque "el ritmo de una carrera universitaria" siempre le pareció "desesperantemente lento", Morel escogió la vida empresaria, pero sin alejarse de los medios académicos. La mayor parte de su actividad se desarrolló en el sector de recursos humanos de Dunlop, Alcatel y de Renault.

-¿Cómo se llega a tomar una decisión absurda?
-Se pueden distinguir tres grandes situaciones que llevan a tomar una decisión absurda: los errores de razonamiento, los mecanismos colectivos y la pérdida de sentido. La decisión absurda no es únicamente una decisión no pertinente, sino que se caracteriza por una persistencia en el error: se produce cuando un individuo o un grupo actúa en forma durable contra el objetivo buscado. Incluso entre los científicos se cometen errores rudimentarios. La verdad es que el hombre no razona siempre en forma deductiva y analítica. Por otro lado, la vida moderna obliga a ir cada vez más rápido mientras nuestro ritmo de racionalidad tiene límites.

-¿Cuáles pueden ser las consecuencias de un error de razonamiento?
-En mi libro, utilizo el ejemplo del transbordador espacial Challenger, que estalló en el aire en diciembre de 1986. La investigación probó que el accidente fue provocado por unas juntas que no resistieron al frío. La temperatura en cabo Cañaveral había caído a menos de cero. Las juntas del cohete propulsor dejaron escapar un gas y los tanques de combustible se prendieron fuego. Los ingenieros estaban convencidos de que en Florida jamás haría frío, de modo que analizaron los riesgos que representaban esas juntas en función de esa idea errónea. Sin embargo, ya en un lanzamiento anterior, las juntas no habían resistido. Pese a esa evidencia, los expertos estimaron que ese fenómeno no podría repetirse, aun en un invierno muy riguroso.

-En otras palabras, ¿se trata de errores de representación?
-Así es. Los errores de representación que terminan provocando decisiones absurdas son muy comunes. Se diferencian de los errores de atención, de transgresión o de simple desconocimiento técnico. La misma persona u organización capaz de utilizar un esquema cognitivo rudimentario también puede demostrar competencias científicas sorprendentes. Yo creo que las situaciones de estrés favorecen los modos de razonamiento infantil, perceptivos e intuitivos, que parecen economizar más energía que un razonamiento analítico.

-¿Por qué los entes colectivos también suelen ser productores de decisiones absurdas?
-El ejemplo típico es un accidente de un avión de British Midland Airways que viajaba entre Londres y Belfast en 1989, en el que se incendió uno de los dos reactores. Debido a un error de interpretación y a una mala comunicación entre el piloto y el copiloto, los dos hombres terminaron parando el motor que funcionaba, en lugar del otro. Si el piloto hubiera estado solo, con toda seguridad hubiera verificado mejor la situación antes de decidir. En determinadas situaciones, el grupo aumenta la capacidad de cometer errores. El problema es que, en la mayoría de los casos, el hombre debe trabajar en grupo.

-¿El error colectivo se produce por una suerte de desresponsabilización?
-No necesariamente. Hay otros mecanismos que intervienen. Yo utilizo en mi libro el caso de una familia que vivía en un rancho de Texas. Un día de mucho calor, todos pasaban un buen momento a la sombra de la galería, cuando uno de ellos propuso un paseo a una ciudad distante a 150 kilómetros. Subieron a un auto sin aire acondicionado, atravesaron una parte del desierto y terminaron comiendo mal en un fast food. De regreso, terminaron por darse cuenta de que ninguno de ellos tenía ganas de hacer ese paseo. Sin embargo, la decisión había sido tomada colectivamente. En realidad, cada uno de ellos imaginó que los otros querían ir y nadie se animó a romper la armonía del grupo. El hombre necesita la aceptación del grupo. A nadie le gusta sentirse marginado...

-Para explicar este fenómeno, usted identifica tres papeles principales en toda organización moderna: el dirigente, el experto y el cándido. -En un modelo de organización jerárquico, el que toma la decisión absurda es el dirigente apoyado por el experto. En el caso de un error mayor, el experto duda en alertar al dirigente, mientras que éste interpreta ese silencio como una confirmación de su buena decisión. En el modelo descentralizado, por el contrario, el cándido produce una solución absurda, mientras que el dirigente y el experto permanecen relativamente pasivos.

-En el artículo de Le Monde, usted se pregunta qué hacía el Airbus de Air France en zona de tormenta. ¿Cree que fue una decisión absurda del piloto?
-No, sólo me pregunto qué hacía ese avión en medio de esa tormenta. Yo no sé cuáles son las consignas de Air France al respecto, pero, según una investigación realizada en 1999 por el Massachussetts Institute of Technology [MIT], las tripulaciones tienen más tendencia a penetrar en células de mal tiempo apenas tienen un atraso de 15 minutos sobre el horario previsto.

-¿Cuál es el mejor método para tomar decisiones? -Ningún sistema podrá impedir las decisiones absurdas. Pero, como regla general, se puede decir que lo fundamental para disminuir el margen de error reside en la circulación de la información, una formación permanente y una cultura de la no culpabilización, sino del aprendizaje a través del error. Esa es la regla que rige en sectores altamente complejos, como los submarinos nucleares, los portaaviones y la aeronáutica comercial. En estos casos, los organismos de investigación jamás darán a conocer el nombre del que cometió un error, sino que tratarán de comprender lo que sucedió y hacer circular la información para que no vuelva a suceder.

-¿Cuál es la característica del dirigente que sabe decidir? -Sabe escuchar y dialogar. Prefiere hablar del error cometido antes que aplicar sanciones. Da importancia a todas las experiencias, ya sean buenas o malas.

El personaje
CHRISTIAN MOREL

Sociólogo y escritor francés
Edad: 62 años
Primer éxito: su libro La huelga fría, de 1980, se transformó en una obra de referencia para los especialistas en relaciones sociales.
En el campo privado: en 2000, fue nombrado director de Recursos Humanos en la empresa Renault.
Lo más reciente: Publicado en 2007, El infierno de la información ordinaria (Gallimard) es una mirada crítica sobre el carácter críptico de las señales que se ven en los espacios públicos.

lunes, 6 de julio de 2009

CIRCUITOS.- SAN LUIS: EN EL GRAN DESIERTO ROJO


Clarín, Buenos Aires, Argentina, 06Jul09
El Parque Nacional Sierra de las Quijadas, a 120 km de la capital provincial, invita a deslumbrarse con uno de los paisajes más impactantes del país.
Claudia Dubkin
ESPECIAL PARA CLARIN.
Es fácil pasarse y seguir de largo, porque el cartel que indica que llegamos a Hualtarán es casi imperceptible, medio oculto a la vera de una ruta desolada y en medio de un silencio que parece venir del comienzo de los tiempos. El guía sólo pregunta si llevamos agua y cámara de fotos, y pronto se sabrá por qué. Esta es la puerta de entrada al Parque Nacional Sierra de las Quijadas, en el noroeste de la provincia de San Luis, un gran desierto rojo de 150 mil hectáreas, con formaciones rocosas extraordinarias talladas por la erosión del viento y el agua durante millones de años.

Todo es rojo: la tierra, las quebradas y los riscos, el cielo del atardecer. Parece una imagen de Marte y, a la vez, un paisaje que ha quedado intacto desde los confines del pasado más remoto, porque hay allí restos fósiles de animales prehistóricos y numerosas huellas de dinosaurios y raíces petrificadas.
El sol pega fuerte sobre las pieles y la tierra. No hay electricidad, agua corriente ni señal para el teléfono celular, y hay que administrar muy bien el agua porque la caminata es larga y luego aumentará la sed. Sin embargo, todo esto que puede entenderse como una suma de dificultades desaparece frente a la belleza extraña e inquietante del paisaje, con cornisas y paredes verticales de cientos de metros en ese tinte bermellón, y las rocas de formas sorprendentes, cortadas y talladas a mano por la naturaleza.

Una imagen como nunca se ha visto antes.
Sierra de las Quijadas está ubicada a 120 kilómetros de la ciudad de San Luis. Por la Ruta Nacional 147 se llega al pequeño caserío de Hualtarán, donde se encuentra la oficina de Parques Nacionales, un área de acampe, un par de casas y una escuela rural, lo que constituye la principal infraestructura de la zona. Allí un guardaparque o un guía de turismo pedirán los datos de procedencia y ofrecerán toda la información necesaria para aventurarse en lo que algunos llaman "una hermana del Gran Cañón del Colorado", el gigante de los Estados Unidos. Desde ese lugar, siguen seis kilómetros de tierra y ripio que se van internando en el Parque. Al costado del camino, y antes de llegar a los riscos, se puede visitar un conjunto de hornillos para la producción de cerámicas que pertenece a la cultura de los indios huarpes, un sitio arqueológico bien interesante como para ir entrando en clima.
Poco más allá arranca el primero de los recorridos posibles, y acaso el más impactante: "Los Miradores", una caminata de entre 45 minutos y una hora que permite apreciar una panorámica de las sierras y que culmina con una vista increíble del Potrero de la Aguada, un gigantesco valle de 4.000 hectáreas rodeado por una muralla de rojos farallones verticales, como un anfiteatro natural tallado durante milenios y con las capas de tierra superpuestas como un pastel de hojaldre.
Para no perderse: la puesta del sol en los miradores, cuando el sol parece desangrarse en un fuego que cubre el cielo, la tierra y las rocas. La sensación es de completa soledad y, sin embargo, cada tanto se puede vislumbrar una pareja de halcones volando en círculos o el paso a lo lejos de algún zorrito que se les anima un poco a los turistas.

Dinosaurios y rocas milenarias
En las Quijadas viven varias especies en peligro de extinción, como el gato moro y la vizcacha colorada, además de una riquísima fauna que incluye pumas, guanacos, burros salvajes, ñandúes, cisnes de cuello negro, águilas coloradas, cardenales amarillos y tortugas terrestres.
El de "Los Miradores" es el único circuito que se puede hacer sin guía; el resto se realiza en grupos organizados.
En general se pueden contratar en el momento, aunque conviene averiguar con anticipación, sobre todo en verano, cuando hay varias franjas horarias en las que no se permite la salida de excursiones ya que la temperatura puede llegar a los 45 grados.
"La Huella" es una travesía de alrededor de unas tres horas que lleva hasta donde quedó grabada una huella casi intacta de un saurópodo de cola larga, el dinosaurio de mayor tamaño que vivió en la zona. Es muy impactante: las tres pezuñas perfectas, a pesar de que fueron impresas hace millones de años. Igual de impactante es el camino para llegar a ellas, un descenso por el acantilado, tomándose de rocas, plantas y raíces, y tratando de controlar el vértigo frente a tanta inmensidad.
El "Sendero de los guanacos" es otra excursión de tres horas que recorre la senda que utilizan actualmente los guanacos y permite conocer la geografía, fauna y flora de la región. Finalmente, el circuito "Los Farallones" demanda aproximadamente cuatro horas. En la mitad del sendero de "La Huella" hay que desviarse para seguir descendiendo hasta el fondo del Potrero de la Aguada. Sólo apta para los que tienen buen estado físico, es una travesía espectacular, bajando por una quebrada con paredones verticales de más de 200 metros de altura. A cada paso aparecen cuevas y rincones extraños, además de unas rocas increíbles, que por la erosión han adquirido formas reconocibles y que así se ganaron sus nombres: "la cabeza del toro", "el puma", "el botellón".

Otras historias
En algún rincón de la sierra, el viajero también puede tener la suerte de encontrarse con don Pilar, uno de los baqueanos de la zona, que viste de gaucho y sostiene la conversación sin desmontar de su caballo. Esa cara curtida por el sol y los años contará, entre otras historias, que en el siglo XIX y principios del XX, esta zona era refugio de algunos grupos de bandidos que asaltaban las carretas que cubrían el tramo Buenos Aires-San Juan. Luego de los atracos, se ocultaban en el Potrero de la Aguada. Se dice que festejaban sus andanzas faenando vacunos para sus asados y, por alguna razón, comían primero las quijadas y dejaban los esqueletos tirados en el valle. Las autoridades ofrecieron entonces importantes recompensas por la captura de los "gauchos de las quijadas". Nunca imaginaron que de esa manera estaban bautizando uno de los lugares más maravillosos del planeta.


LA MEMORIA DEL VERGEL PERDIDO
Sierra de las Quijadas forma parte de la llamada "Ruta de los Dinosaurios", que la une con Valle de la Lu-na, San Juan, y Talampaya, La Rioja, un circuito con un enorme legado paleontológico que abarca millones de años sobre la Tierra. Esa fascinante huella de dinosaurio, que aparece frente al viajero en uno de los circuitos del Parque, inmensa, nítida e intacta en pleno siglo XXI, es sólo una muestra de la enorme riqueza de Quijadas, que conserva restos fósiles de dos especies de pterosaurios, unos temibles lagartos alados, y que sorprende a cada paso con sus vestigios prehistóricos. ¿Cómo se explica? El gran desierto rojo fue alguna vez un vergel lleno de vegetación, ríos y lagos, donde vivieron varias especies de dinosaurios. Siglos y siglos de sedimentos fueron cubriendo ese vergel y lo transformaron en una llanura bajo la cual los animales sepultados se mantuvieron mineralizados. Volvieron a pasar millones de años has-ta que se levantó la Cordillera de los Andes, arrastrando en su movimiento varios centenares de kilómetros de tierra y provocando sucesivos plegamientos. Esto fue lo que provocó que los restos fósiles de animales y vegetales en el área de Las Quijadas -igual que en Talampaya y Valle de la Luna- llegaran hasta la superficie. Este proceso hoy puede verificarse durante las excursiones al Parque.

Datos útiles
Cómo llegar. Por Aerolíneas Argentinas a San Luis capital, desde $ 725 ida y vuelta, impuestos incluidos (reservas: 0810-222-86527 / www.aerolineas.com.ar). En bus desde la terminal de Retiro, el servicio ejecutivo de Chevallier cuesta $ 360 ida y vuelta (sale todos los días a las 20.55, y llega a las 5.40 del día siguiente). En servicio semicama, $ 260 ida y vuelta. Desde la capital de San Luis hasta el Parque Nacional Sierra de las Quijadas hay 120 kilómetros. Autotransportes San Juan cubre el trayecto San Luis-San Juan, y para en Hualtarán (sobre la ruta). El pasaje desde San Luis hasta Hualtarán cuesta $ 22 (por la misma empresa, Retiro-Hualtarán cuesta $ 172, servicio semicama).
Donde alojarse. Complejo La Aguada: cabañas de dos dormitorios para hasta siete personas con hogar a leña, restaurante, piscina y vista a la sierra. Paquete de dos noches con pensión completa y excursiones, $ 590 en base doble. En el parque nacional también hay un camping.
Cuanto cuesta. La entrada al Parque Nacional Sierra de las Quijadas cuesta $ 8 por persona. Los estudiantes pagan $ 4, y niños y jubilados ingresan gratis.
Casa de San Luis en Bs. As., Tel. 5778-1621 / 1665.

viernes, 3 de julio de 2009

BARENBOIM EN APUROS


El Mundo, Blog de pecho, Madrid, España, 03Jul09
Daniel Barenboim no está habituado a que el público lo maltrate ni le abuchee. Menos aún cuando comparece en los teatros de referencia. Verbigracia la Scala, noticia de los mentideros musicales a cuenta del revuelo que ha provocado la versión de 'Aida' ejecutada, del verbo ejecutar, por el polifacético maestro israelo-argentino-español. Barenboim y Verdi se han tratado poco y se han entendido con bastantes interferencias.

Ciertos públicos han subordinado la evidencia del divorcio a la mitomanía o la incondicionalidad, pero el melómano scaligero no transige con las desviaciones verdianas. Y eso que Daniel Barenboim había prometido una versión filológica, es decir, desprovista de la pátina con que la tradición ha desdibujado la obra. El esfuerzo académico del maestro y el correspondiente escrúpulo no les ha gustado a los loggonisti, sobrenombre de los ultras del gallinero milanés y artífices de una blog coral (il corriere della grisi) en el que denuncian la pesadez de Barenboim y su modo de dirigir en la Scala "como si fuera un teatrucho alemán de provincias".
El resbalón de Barenboim no sólo ha satisfecho con morbosidad y veneno a los directores italianos (Muti, Gatti, Chailly). También representa un obstáculo engorroso en el porvenir del maestro, toda vez que Stéphane Lissner, director artístico de la Scala, le ha encomendado abrir la temporada que viene con el “Simon Boccanegra” de Verdi.
Plácido Domingo protagoniza el reparto e interpreta el papel del barítono. Es el acontecimiento mayúsculo de San Ambrosio, pero el espectáculo puede resentirse del cortocircuito que separan a Barenboim y Verdi. Más aún considerando que el último Boccanegra en la Scala lo interpretaron hace 30 años un tal Abbado y un tal Cappuccilli bajo la dirección escénica de Giorgio Strehler. He aquí la prueba.
CLIC PARA NOTA

ARRANCA LA PRIMERA GRAN BATALLA POR LA DISTRIBUCIÓN DEL LIBRO DIGITAL


El País, Madrid, España, 03Jul09
Santillana, Planeta y Mondadori crean la primera plataforma editorial para negociar derechos del 'e-book' - Varios agentes literarios colaboran en la iniciativa
ROSA MORA / CARLES GELI - Barcelona
Hay crisis, no hay mercado aún y tampoco existe un dispositivo de lectura estándar, pero los editores españoles ya se han puesto en marcha. Tres grandes grupos, Planeta, Santillana y Random House Mondadori, han empezado a trabajar con los agentes literarios para negociar y distribuir los derechos de los libros digitales, los e-books.

No saben cuándo se producirá el gran salto, piensan que será más una evolución que una revolución, pero quieren estar ahí aunque no sea negocio. Paralelamente ha surgido otro proyecto, un poco más avanzado, encabezado por el actual presidente de Spanair y ex vicepresidente económico del FC Barcelona, Ferran Soriano, junto al editor catalán Ernest Folch, de Grup Cultura 03, la editorial Vicens Vives y la cooperativa cultural Abacus. Proliferan, pues, iniciativas y alianzas. La plataforma de los tres grandes grupos y los agentes han llegado ya a acuerdos, aunque aún no los han firmado.
Quieren que los e-books se comercialicen a través de las librerías, mediante códigos de descarga. Alicia González, de la Asociación de Agencias Literarias (ADAL), explica: "Nosotros manejaremos los derechos de los autores, pero no pasaremos por encima de los editores. Trabajamos con ellos". Así, tienen previsto dar los derechos electrónicos de cada título a la editorial que lo tenga en papel. "Difícilmente contrataríamos un libro para imprimirlo en papel si los derechos electrónicos van a parar a otro editor", afirma Francisco Cuadrado, responsable de Ediciones Generales del grupo Santillana.
Los derechos de autor serán más altos para los e-books: entre el 25% y el 40% frente a una media del 10% del papel, cuyo precio de venta al público es mayor. "El autor debe ganar lo mismo con el libro impreso que con el e-book", afirma Riccardo Cavallero, hasta fin de año consejero-delegado de Random House Mondadori y recién nombrado director general de la italiana Mondadori. Los editores y agentes son prudentes. Los primeros ya han empezado a digitalizar sus libros, una operación costosa y previa a su formato para descarga, fase esta última que oscila entre los 150 y los 200 euros por título. Los segundos firmarán contrato por contrato y, de momento, por periodos cortos de tiempo.
La venta de e-books en librerías parece ser una condición imprescindible. "Rechazamos cualquier experimento que pueda perjudicar al librero", asegura el agente Guillermo Schavelzon.
El negocio hoy por hoy está en el papel y para ello se necesitan librerías fuertes. Jesús Badenes, director general de la División de Librerías del Grupo Planeta, tiene todos los números en la cabeza. "En Estados Unidos, uno de los países más avanzados, la venta de e-books sólo representa el 0,6% del mercado; en Reino Unido, el 0,1%. En Francia, durante las pasadas navidades hubo una gran campaña de promoción del dispositivo de lectura Sony Reader. Se vendieron 6.000 y desde entonces sólo se han bajado 15.000 e-books". El gran cambio llegará con "los nuevos digitalizados", según Badenes: los alumnos que estudien on line. "Se empezará por la enseñanza, cuando se sustituya el pupitre por un ordenador. "Tenemos que ofrecer libros digitales a los cibernautas que se interesen por ellos; debemos crear una oferta antes de que haya demanda porque si no encuentran lo que quieren, lo piratearán", dice Javier Martín, de la Agencia Literaria Carmen Balcells.
Balcells no está en el grupo de trabajo de editores y agentes. "Firmamos un acuerdo con el portal Leer-e hace un año y medio. En su portal hay un apartado, Palabras Mayores, dedicado a nuestros libros, donde hay ya 20 o 30 disponibles, y hemos contratado 100. Ellos se encargan de la digitalización", cuenta Martín.
Planeta, Random House y Santillana están convencidos de que en seis meses, para Navidad, puede haber noticias y sorpresas. Por ejemplo, que algún centro comercial empiece a vender a lo grande dispositivos de lectura.

Frente a la plataforma tripartita está 36-L, el proyecto que lideran Soriano y Folch. La nueva empresa pretende convertirse en una gran distribuidora de libros digitales tanto en castellano como catalán para España y Latinoamérica y para todos los operadores del mercado: librerías, grandes centros comerciales... Además, contarán con tienda virtual propia. Para hacer posible todo ello se han aliado con Vicens Vives y con la cooperativa Abacus (25 centros en Cataluña y Valencia). Con una inversión inicial de dos millones de euros, 36-L pretende posicionarse ofreciendo una distribución de autores sin exclusividad, contrariamente a lo que baraja la plataforma de los tres grandes grupos.
Además, para Navidad tienen previsto comercializar, a través de las tiendas Abacus, 5.000 lectores electrónicos de diseño propio lanzados a partir de una ambiciosa oferta que, afirman, "revolucionará el mercado del e-book". En octubre podría ser el estallido."Si hay demanda sin oferta, llegará la piratería", dicen en la Agencia Balcells