sábado, 26 de febrero de 2011

WOODY ALLEN: EL AMOR COMO FUNDAMENTO DEL CONFLICTO


La Gaceta, Tucumán, 20Feb11.- En las últimas cinco décadas protagonizó una de las aventuras artísticas más singulares del cine contemporáneo. Forjó un heredero como Jerry Seinfeld y mostró cómo desde la comedia, un género poco valorado, pueden formularse reflexiones geniales. En su última película, recientemente estrenada en la Argentina, vuelve a exponer las dificultades del amor, su tópico más recurrente.
Por Claudio Rojo Cesca
Para LA GACETA - SANTIAGO DEL ESTERO

Si bien el amor continúa siendo, luego de casi 50 años, el tópico más reiterado del irreverente Woody Allen, éste ha sabido mantener su carácter complejo, contradictorio, netamente "alleniano". En este ejercicio recurrente reside también el corazón de "Conocerás al hombre de tus sueños" (You Will Meet a Tall Dark Stranger, 2010), título cuya traducción literal, "Conocerás a un alto y oscuro extraño", acentúa el carácter ambiguo de un futuro anunciado bajo la forma de una promesa. Y como suele suceder en la filmografía de Woody Allen, cada vez que el amor prometido se presenta es por medio del engaño, el desencuentro o fruto de un mero malentendido. En el filme en cuestión, el lazo amoroso que tejen los personajes viene fundado en la decepción de matrimonios inconducentes o proyectos de vida devaluados, frente a los que se ofrece como una alternativa inmediata.
Es así que Alfie (Anthony Hopkins) confronta la vejez y la muerte vivificando su sexualidad al casarse con una joven prostituta; Roy (Josh Brolin), un novelista que sufre un severo impasse creativo y financiero, se enamora de Dia (Freida Pinto), la misteriosa muchacha a quien observa desde su ventana; y Sally (Naomi Watts), esposa de Roy, hace lo propio con Greg (Antonio Banderas), un hombre refinado que contrasta con la vulgaridad y obstinación artística de su desdichado marido. En el centro del alienado tándem de personajes, está la figura de Helena (Gemma Jones), ex esposa de Alfie, que encuentra una perspectiva más amable de la vida en los vaticinios de una adivina, suerte de oráculo que nada desconoce sobre el futuro de quienes rodean a la amargada Helena.
Desde el comienzo hay cierta intuición de fiasco en cada una de estas aventuras, edificadas todas ellas con poco más que la desesperación de sus héroes. Los poderes de la adivina, ilusorios o no, confirman reiteradamente lo que el sentido común nos dicta como espectadores: que las infatuaciones románticas pueden tener la apariencia de una bocanada de aire fresco, pero difícilmente superen la fugacidad que tiene el oxígeno en nuestros pulmones. El amor en la obra de Woody Allen está distanciado de ese otro amor de pantalla de cine que se resuelve sin contradicciones ante la adversidad. Muy por el contrario, la retórica del amor es, para Allen, la contradicción misma, su propia adversidad. Como ocurría en "Crímenes y Pecados" (1989) donde el personaje de Judah Rosenthal (Martin Landau) elige, ante el temor de perder el tierno amor de su matrimonio, recurrir al crimen y asesinar a Dolores Paley (Angelica Huston), su apasionada amante.
Esta dicotomía entre pasión y familia también tiene su relieve en "Conocerás al hombre de tus sueños", manifiesto de la polaridad del amor como fundamento del conflicto y la tensión que restituye, sostiene o reemplaza los lazos amorosos: por eso los hombres de Allen son casados pero infelices o torturados individuos en plena pugna frente a dos mujeres, por lo general, muy diferentes entre sí, aunque aparentemente capaces de alojar a esos seres imperfectos y crueles. Por su lado, la mujer "alleniana" suele quedar empantanada en encrucijadas similares; desde Annie Hall (la maravillosa Diane Keaton) hasta Vicky (Rebecca Hall en "Vicky Cristina Barcelona"), ninguna de ellas desconoce lo amoroso como escenario donde la insatisfacción es el único componente invariable.
Esta nota de fatalidad anunciada desborda el texto de "Conocerás al hombre de tus sueños", una forma del destino que desde las sombras digita el imposible; un sueño cuya única verdad es la de caminar siempre algunos pasos por delante de la realidad, como sucede con todas las utopías, para mantener abierta la promesa del deseo.
© LA GACETA

EL PRADO VA AL HERMITAGE

ABC, MADRID, 26FEB11
Sus Majestades los Reyes, junto al presidente ruso Dimitri Medvédev y su esposa, han inaugurado en la pinacoteca rusa la exposición más importante de pintura que nunca ha salido del Prado
JESÚS GARCÍA CALERO / RAFAEL MAÑUECO / SAN PETERSBURGO
Sus Majestades los Reyes junto al matrimonio Medvédev, en el museo del Hermitage
Si los Reyes de la Historia pudiesen hablar desde sus cuadros, si la belleza y la nobleza de entonces pudieran salir de sus estrechos marcos, ceñidos al lienzo, pintado por los grandes maestros, y llegasen a mostrar aquello que fuimos y que aun somos... hoy contemplaríamos una fabulosa conversación en San Petersburgo. Porque sesenta y seis obras, de entre las mejores del Prado, han venido a la exposición que alberga el Hermitage hasta mayo próximo y que ha inaugurado el Año Dual España-Rusia.

En la impresionante sala de columnas Nikolaievsky, no muy lejos de donde el museo ruso guarda su propia colección de pintura española, pueden verse hasta mayo grandes retratos de los Monarcas españoles, desde Carlos V por Tiziano a Fernando VII por Goya (pasando por Felipe II, Felipe IV, Carlos II, Felipe V, Carlos III y Carlos IV...) y también bodegones, pintura religiosa, retratos de Corte, embajadores, enanos... Esta conversación entre las sombras, cargada de la historia de unos y otros, se extiende por todos los rincones del inmenso museo.
Hablan aquí las obras maestras de Velázquez, Zurbarán, Ribera, Tiziano, Rubens, Tintoretto, Durero, El Bosco, Rafael, Sánchez Cotán, Meléndez, Murillo, Maíno, Tiepolo, Mengs, Luca Giordano, Goya... Es como una matrioska, un museo dentro de otro museo, donde vemos el refinado espíritu del Prado dentro de la inabarcable maravilla que es el Hermitage. Y dentro otra muñeca, la historia que reverbera por miles de salas con el sobrio silencio que ciñe los cuadros del museo ruso, desde la delicada belleza de la gran duquesa Alexandra Nikolayevna asomada en un retrato juvenil hasta la emoción del último Rembrandt en «La vuelta del hijo pródigo»...
Así de fascinante es la exposición que inauguraron ayer Sus Majestades los Reyes en el antiguo Palacio de Invierno de los zares en San Petersburgo. Y que será correspondida en otoño con una muestra de 150 obras del Hermitage en Madrid con el anuncio de que incluirá piezas clave de su colección, como el oro de los Escitas, piezas del mundo griego y romano, así como obras de lo mejor que atesora, desde pintores clásicos como Caravaggio, o un Velázquez de época sevillana, a exponentes de las vanguardias que también se conservan en este gran museo, como Matisse, Malevich o Kandinsky.
Ambos museos simbolizan el alma de un país, los dos están asociados a las colecciones de los Reyes y los Zares, los dos reflejan las vicisitudes de nuestra historia con algunas de las obras más excelsas que ha producido nuestra cultura. Así lo expresaba Don Juan Carlos, en la inauguración, cuando dijo: «España y Rusia son dos naciones imprescindibles para poder entender la cultura, la historia y la identidad europeas. Tampoco la historia del mundo podría concebirse sin la impronta y las aportaciones de nuestros dos grandes pueblos».
Fruto de esa historia compartida, el Rey señaló con su recuerdo a «insignes españoles» porque «su contribución a esta gran nación» no fue anecdótica. Destacó al ingeniero Agustín de Betancourt, cuyos restos descansan en San Petersburgo, como los de Vicente Martín y Soler, compositor de la Corte de Catalina la Grande.
«Pero hoy deseo sobre todo aprovechar esta oportunidad para rendir un homenaje lleno de cariño a aquellos españoles que, en las difíciles circunstancias de nuestra Guerra Civil, encontraron en Rusia un hogar generoso y una vida nueva —dijo sobre los “niños de la guerra”—. Algunos de ellos se encuentran hoy aquí con nosotros», concluyó.

Dos potencias culturales
Los Reyes estuvieron acompañados por el presidente Medvédev y su esposa, las ministras de Exteriores y Cultura, Trinidad Jiménez y Ángeles González-Sinde, así como por la presidenta de la Sociedad Estatal de Acción Cultural, Charo Otegui, y otras autoridades. Don Juan Carlos felicitó a los responsables de los dos museos de estas dos «potencias culturales de primer orden». Anunció que, junto a la pintura, las artes escénicas y la arquitectura también serán protagonistas de este Año Dual, y mostró vivo interés por la exposición sobre los logros científicos y espaciales de Rusia, que también se ha programado.

Y por hablar de la historia, el acto de inauguración tuvo lugar en la imponente sala del trono del Palacio de Invierno, con sus maravillosas vistas sobre el río Neva helado, frente al Museo de Arte Ruso y la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, cuya aguja de oro destellaba ayer al sol. Junto a los directores del Prado, Miguel Zugaza, y del Hermitage, Mikhail Pietrovski, la comitiva real recorrió la exposición.
Zugaza y Gabriele Finaldi, comisario de la muestra, ilustraron sobre la intención de mostrar la identidad, la riqueza y la variedad del Prado en este recorrido que arranca con la «Piedad» de Roger van der Wayden y «La extracción de la piedra de la locura» de El Bosco. Esta obra muestra el interés de los Austrias Mayores por el arte flamenco, como el retrato de Durero. De Tiziano destaca también la «Venus recreándose con el Amor y la Música» y de Rubens el «Perseo liberando a Andrómeda». Tres obras de Velázquez, el «Caballero de la mano en el pecho», de El Greco; o el «David vencedor de Goliat», de Caravaggio, marcan el inicio de la exposición. Se completa con la transición de los Austrias a la nueva dinastía de los Borbones y, con ella, un pasaje al gusto francés.
Pero al Hermitage han venido otras obras con vínculos especiales con Rusia, como el retrato del embajador Potemkin, realizado por Juan Carreño de Miranda en Madrid en 1681, o el del general José de Urrutia, condecorado por su participación en la guerra de Crimea. Además, Zugaza y Finaldi confían en que las fechas, fuera de temporada turística, permitan a los rusos acercarse al Palacio de Invierno. Aquí los cuadros parecen espejos que retuvieron un pedazo de la Historia y desde ese punto de vista entablan una conversación, precisamente, con el público.
El mero hecho de ver a los Reyes ante sus predecesores y antepasados ya da una idea de esta fabulosa, inacabable plática.
Ahora es turno de que hombres y mujeres de aquí se asomen a estos espejos maravillosos. Quien más, quien menos, tendrá su propia historia, antepasados caídos en la explanada del Palacio aquel Domingo Sangriento o que lucharon en la toma del Palacio de Invierno por los bolcheviques o tal vez murieron en la Gran Guerra Patriótica. Pero, como dijo Anna Ajmátova, la mejor poeta petersburguesa, «como en el pasado florece el futuro, en el futuro se pudre el pasado —siniestra fiesta de hojas muertas—».
Y el Neva, como la historia, es hoy un río blanco y quieto, helado, que cruje lento hacia el final del invierno.

viernes, 25 de febrero de 2011

VIENE VARGAS LLOSA: POR PRIMERA VEZ UN NOBEL ABRE LA FERIA DEL LIBRO


La Nación, Buenos Aires, 24Feb11, Será al día siguiente de la inauguración oficial. No coincidirá con las autoridades nacionales.
Por GUIDO CARELLI LYNCH
CADA UNO POR SU LADO. MARIO VARGAS LLOSA NO SE CRUZARA CON LAS AUTORIDADES, QUE IRAN UN DIA ANTES. Por primera vez un Premio Nobel será el encargado de abrir la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. El peruano Mario Vargas Llosa, flamante galardonado, cumplirá con la palabra empeñada hace pocos años a la Fundación El Libro –organizadora del evento– y brindará una charla magistral en la Feria. Con cerca de 47 mil metros cuadrados (14 mil de expositores), la de este año será la Feria del Libro con mayor superficie.

Por primera vez, también, en sus 37 ediciones –y bajo el lema “Una ciudad abierta al mundo de los libros”– la Feria tendrá dos aperturas. La primera y más formal será el miércoles 20 de abril. Ese día asistirán representantes del gobierno nacional y porteño. La “inauguración cultural” será 24 horas después, el jueves –día histórico de la apertura– y quedará en manos del autor de Conversación en la catedral . Desde la Fundación El Libro señalaron que el desdoblamiento de la apertura se debe a la coincidencia con el Jueves Santo y a problemas “de agenda” del Nobel peruano. Sin embargo, fuentes cercanas a la organización sugirieron a Clarín que de esta forma no se forzaría al escritor ni a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (cuya presencia no está confirmada) a participar del mismo acto.
Cada vez que le tocó opinar sobre el matrimonio Kirchner, Vargas Llosa lo hizo en términos muy duros (Ver Textuales...). Durante su discurso frente a la Academia Sueca, en diciembre pasado, omitió a la Argentina entre los referentes democráticos de la región.
En un año electoral y con el antecedente de los escraches a la disidente cubana Hilda Molina y al periodista Gustavo Noriega en la presentación de su libro sobre el Indec, la decisión parece eminentemente política.
La doble apertura le quitó medio día a las jornadas para profesionales.
“No podemos descartar que haya rispideces, si falta inteligencia de ambas partes. Pero Vargas Llosa está invitado por ser Premio Nobel de Literatura. Apostamos a la calidad de los escritores y estamos orgullosos, no lo invitamos por la parte política ”, explicó Gustavo Canevaro, flamante presidente de la Fundación El Libro, que además llamó a todos los sectores a obrar “con responsabilidad”.
Por otra parte, ayer se conoció el nombre de la nueva Directora Ejecutiva de la Fundación El Libro. Con apenas 41 años Gabriela Adamo reemplazará a la histórica Martha Díaz. Adamo se formó como editora en Sudamericana y Paidós e impulsó las traducciones de autores argentinos. Para su puesto aplicaron alrededor de 300 profesionales. “Todavía estoy aterrizando. Esta Feria ya está en marcha. Cuando termine, podré tener un diagnóstico más preciso para avanzar”, explicó Adamo a Clarín.
Las flamantes autoridades coincidieron en la necesidad de profesionalizar e internacionalizar la Feria y de recuperar a los lectores más avezados sin descuidar el carácter masivo del evento. “Queremos trabajar en la profesionalización de la Fundación trayendo autores, correctores, editores, traductores y libreros de todo el mundo. La Feria tiene muchísimo potencial. Durante años fue la referencia en habla hispana y ahora ha quedado un poco relegada. Queremos aprovechar el impulso de la Feria de Frankfurt”, agregó Adamo. Canevaro y Adamo pretenden que la Feria porteña –que esta vez coincidirá con el lanzamiento de Buenos Aires como Capital Mundial del Libro– se convierta en una escala más del calendario del mercado editorial. Este año habría además por primera vez un sector dedicado al libro electrónico.
Entre los autores extranjeros, además del Nobel, dirán presente la española Rosa Montero, Wilbur Smith, Kazuo Ishiguro, Margo Glantz, Juan José Millás y Antonio Muñoz Molina.

SILVINA OCAMPO INÉDITA


La Nación, Buenos Aires, 25Feb11, por Hugo Beccacece.
A más de un cuarto de siglo de su muerte, se publica, por fin, La promesa, la conmovedora novela en la que la escritora trabajó durante años y donde se refleja nítidamente su propia vida.

En el mar tan amado por ella, quiso, odió y, convertida en profetisa, sembró la dicha y la desdicha. Los barcos fueron el escenario donde transcurrieron algunos de los momentos más importantes en la vida de Silvina Ocampo. En los lujosos transatlánticos de otras épocas, cruzó muchas veces el océano, de Europa a Buenos Aires, de Buenos Aires a Europa. Desde la cubierta contemplaba el mar, detrás de los anteojos negros de montura blanca, los típicos anteojos de las hermanas Ocampo, que le servían para protegerse del sol y para espiar a su esposo, el apuesto Adolfo Bioy Casares. Los salones de esos palacios flotantes fueron el escenario donde vivió historias de amor, reales e imaginarias, a menudo tortuosas. Sus ocasionales compañeras de travesía le pedían con temeridad que les leyera las manos, porque "todo Buenos Aires" sabía que ella era vidente. Y ella lo hacía, según la ocasión, maliciosa, sincera hasta la impiedad o embustera como una chica traviesa. En los oídos ávidos de sus compañeras de viaje dejaba caer palabras terribles o venturosas, con esa voz hecha de temblores y entrecortada, que subía y bajaba quebrada por espasmos, que a veces prolongaba las vocales en signo de asombro, de dolor o de fingida admiración: una voz y una elocución inimitables, en la vida y en la literatura, que todos quienes la conocieron han tratado de imitar alguna vez. De uno de esos viajes volvió a Buenos Aires con Marta, la hija de Adolfito con otra mujer, que pasó a ser la hija del matrimonio. El mar es el paisaje espléndido y desierto donde transcurre La promesa (Lumen), la novela inédita que Silvina terminó mientras luchaba contra la enfermedad que carcomía su lucidez y sus fuerzas.
La trama de La promesa es simple: una pasajera se cae de un barco al mar y le promete a santa Rita que, si la salva, escribirá un libro, a pesar de ser analfabeta. La pasajera es buena nadadora y se mantiene a flote nadando o haciendo la plancha. Para no desesperar y hundirse, hace una especie de diccionario de recuerdos, una serie de retratos de personas que ha conocido. En esa galería, los perfiles se encadenan hasta formar la narración que tenemos entre las manos. Hacia el final, el agua que entra, cada vez con más frecuencia, por la boca de la Scheherezade marina anuncia el final inminente mientras la memoria reitera, sin advertirlo, las mismas palabras y las mismas imágenes.
El movimiento de la conciencia se atasca y adquiere la lógica siniestra de la agonía o de una demencia repetitiva. Como señala Ernesto Montequin, a cuyo cuidado estuvo la edición, en las últimas páginas la voz del personaje, en la ficción, y la voz de la autora, en la realidad, coinciden. Esas frases fueron algunas de las últimas que Silvina Ocampo escribió sobre el papel casi a modo de espejo. "Los espejos son las puertas por las que va y viene la Muerte" (Jean Cocteau).
Montequin dice que entre 1988 y 1989 la escritora corrigió y completó el texto en el que había trabajado con largas intermitencias durante veinticinco años. Sin saberlo -o más bien, con la intuición oscura pero implacable de quien presiente cuál ha de ser su destino- contaba la historia de la protagonista y, al hacerlo, no hacía sino narrar su propio naufragio.
Ella se consideraba fea, a pesar de la belleza de su cuerpo, que el baile había modelado. Se quejaba de su boca que, con los años, según sus propios ojos, se había vuelto obscena. Sus amigos José Bianco y Enrique Pezzoni, a la hora de hablar en privado de la "fealdad" de Silvina, decían que, por el contrario, era muy atrayente. Y lo decían porque ellos habían caído en distintas oportunidades bajo el influjo de esa especie de hechicera. Era cierto que Silvina podía ser atractiva de un modo irresistible, pero había tenido la mala suerte de nacer en una familia donde había mujeres de una hermosura más convencional, casi clásica, como la de su hermana Victoria Ocampo. Sin embargo, apenas uno la veía moverse y, sobre todo, cuando desplegaba sus juegos de seducción, en los que se mezclaban la gracia, el don de la réplica, el lirismo, las asociaciones delirantes y la atención aplicada con que escuchaba a su futura presa como si no hubiera nada más importante en el mundo que la persona que la enfrentaba, uno comprendía que debía de ser difícil escapar de esas redes si ella decidía echarlas al agua. Además era de una delicadeza extrema. Esa mujer debía de acariciar con una suavidad y una precisión inolvidables. Una muestra de La promesa : "El mar desviste a las personas como si tuviese enamoradas manos". A esas manos se refiere la poeta Alejandra Pizarnik en una carta a Silvina:
Oh Sylvette, si estuvieras. Claro es que te besaría una mano y lloraría, pero sos mi paraíso perdido. Vuelto a encontrar y perdido. [...] Yo adoro tu cara. Y tus piernas y surtout [sobre todo] tus manos que llevan a la casa del recuerdo-sueños, urdida en un más allá del pasado verdadero.
El amor, el sexo y el tormento de los celos recorren toda la obra de Silvina Ocampo. Ella, que admiraba al Proust de La prisionera y de La fugitiva , tuvo a su lado a Adolfo Bioy Casares, estímulo inagotable para que el deseo surgiera acompañado por el miedo a la traición. Fue la persona que más quiso en su vida, pero él, que correspondía a su modo esa pasión, no podía prescindir de la conquista continua de otras mujeres. Ella no terminó nunca de acostumbrarse a esas infidelidades, las toleraba, pero temía que él la dejara, algo imposible, porque ¿dónde podía encontrar Adolfito una mujer que pudiera compararse con Silvina? Por cierto, ella también tenía otros amores, como señaló su esposo en una entrevista (ya muerta Silvina), cuidadoso de que su esposa no apareciera como una más de las tantas víctimas de los maridos tradicionales.
Hoy, que se ha publicado buena parte de los Diarios de Bioy Casares y que siguen apareciendo obras inéditas de Silvina, resulta imposible no leer los textos de esa pareja literaria sin pensar en las referencias biográficas. Por ejemplo, en La promesa , se encuentra este pasaje: "Leandro necesitaba que Irene amara a otro ser que no fuera él mismo para interesarse un poco en ella. Es tan abrumador ser amado con exclusividad".
En el libro, hay un diálogo entre Leandro y su amante, Irene, que revela del modo más directo cómo amaba Silvina:
-¿Qué preferís: que te quieran o querer? -interrumpió Leandro [...].
-Querer-respondía Irene
-Quereme, entonces.
Y querer, en esas condiciones, es sufrir.
La definición del amor que se encuentra en La promesa no puede ser más cruda: "¿Qué es enamorarse? Perder el asco, perder el miedo, perder todo".
Para Silvina Ocampo, el asco era una sensación que acechaba amenazante en todo lo que la rodeaba, desde el olor de las flores marchitas de los velorios hasta la nata de la leche, que le provocaba arcadas. Pero esa colección de ascos también la atraía: le causaba curiosidad ver cómo los demás se comportaban ante las cosas "asquerosas". Y es cierto que el sexo, cuando no se desea, puede ser una experiencia repugnante, pero aun así produce fascinación. Gabriela, la niña de La promesa , piensa a menudo en esa experiencia por la que no ha pasado: "Lo que más deseaba en el mundo de su curiosidad era ver a un hombre y a una mujer haciéndolo". Esa misma curiosidad despertó la precocidad sexual y amorosa de Silvina Ocampo. En una entrevista que le hice en 1987 en la Revista de este diario, ella contaba:
Cuando tenía veinte años me decía: "Ay, cuándo tendré cuarenta o cincuenta para no enamorarme más, para no desear más a nadie, para vivir tranquila, sin preocupaciones, sin celos, sin angustias, sin ansiedad". Llegué a los cuarenta, a los cincuenta, y seguía enamorándome y deseando a la gente hermosa. Es terrible. Y ahora el sexo me resulta tan interesante como cuando era chica y acababa de descubrir lo que era. A mí me importó siempre. Ahora también. ¿Cómo puede dejar de importar? Es una condena y un placer.
Por el amor, no sólo el de la pasión sexual, los personajes de Silvina Ocampo pueden ser crueles y rencorosos, como ella lo podía ser en la vida. El miedo de ser dejada por los seres que quería la llevaba a utilizar todo tipo de artimañas, a veces dañinas, para retenerlos. Quizá eso ocurría porque le costaba dejar de querer a quienes había amado. Dice en La promesa : "Lo peor es no dejar de querer del todo".
Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo formaron durante mucho tiempo un trío literario que produjo la ejemplar Antología de la literatura fantástica . Pero Silvina nunca se sintió del todo cómoda en ese trío. Tenía una sensibilidad mucho más amplia y afinada que la de Borges y Bioy. A ellos sólo les interesaba la literatura; ella, en cambio, tampoco podía prescindir de la pintura ni de la música. La admiración declarada de Borges por el Réquiem alemán , de Brahms, no era sino una apropiación, no digerida, del gusto de Silvina por esa obra. Las Ocampo, o por lo menos tres de ellas (Victoria, Angélica y Silvina), tenían una pasión por Brahms, así como la tenían por Chopin.
Para Silvina Ocampo, había un solo modo de olvidarse de sus sospechas, de las "otras" que buscaban arrebatarle a Bioy, de los interludios amorosos con hombres y mujeres que la distraían del tormento de los celos: pintar y, sobre todo, escribir. En sus poemas, en sus relatos, ella era la que manejaba el destino de los personajes. Ella era la que les infligía la muerte, el ridículo o se asestaba a sí misma la puñalada de un recuerdo para después prodigar páginas de un humor invencible. Se convertía en la soberana de un reino cuyos habitantes tenían nombres improbables como Rodolfa, Cornelia, Cleóbula. En esa comarca imaginaria, todo era posible: la cursilería, la venganza, la impiedad, el impudor infantil o las enumeraciones caóticas en las que a una catedral y a un navío les sucedía la mención de los tallarines como una irrupción escandalosa.
Con todo, hasta en ese dominio, "su dominio", la reina sabía que estaba amenazada. La acosaba el temor de no llegar a terminar lo que estaba haciendo: un cuento, un poema, una fotografía no revelada, un retrato. "Siempre me pareció criminal dejar inconcluso algo que uno ha empezado", dijo alguna vez. Ése fue el temor que la llevó a terminar La promesa . En 1989, ya sabía que el olvido la asediaba y la llevaba a repetirse como a la narradora de su libro. El tiempo la castigaba con una traición inesperada: la de la memoria. Por eso conmueve leer el agradecimiento de esa mujer de La promesa que flota en el mar, ahogada por el agua de los recuerdos. "Gracias, Dios mío, por facilitarme la vida, por permitirme escribir hasta el último orgasmo y por haber escrito esta novela en tu honor." Dios debe de haberle abierto las puertas del Cielo de par en par ante ese homenaje estremecido.

miércoles, 23 de febrero de 2011

CLAVE 88, NUESTRO "BLOG MADRE" ESTÁ EN LA RED

ESTIMADOS AMIGOS, DESPUÉS DE UN TIEMPO BASTANTE LARGO DE NO PODER DEDICARME A "ALIMENTAR" EL BLOG HE RETOMADO MI ACTIVIDAD. AGRADEZCO A TODOS, LOS QUE PESE AL LAPSO DE AUSENCIA, HAN SEGUIDO VISITANDO ESTAS PAGINAS.
ACTUALMENTE SOMOS EL SUPLEMENTO CULTURAL DE CLAVE 88
ESTAMOS A SÓLO UN CLIC DE DISTANCIA. UN ABRAZO PARA TODOS. CLAVE 88

EL CIRCO BUSCA SU ESPLENDOR PERDIDO


El Estado incrementa las ayudas al sector circense en un 55% hasta los 732.000 euros.- Una macroexposición anticipa la creación en Albacete de un Museo Nacional sobre esta variedad escénica.- Será el primero público de Europa
ROSANA TORRES - Madrid - 23/02/2011

Entre los siglos XVII y XIX se mantenía la costumbre de considerar el circo como un género de variedades que en ningún caso era para niños. En el siglo XX esta tradición fue abriéndose decididamente a la incorporación de niños entre los espectadores, hasta el punto de que Arturo Castilla y Feijoo, dos de los grandes revitalizadores de este género en la España de la segunda mitad del siglo XX, establecieron la moda de ofrecer una programación especial y continua, concretamente en el Circo Price de Madrid, de manera que se convirtiera es un espectáculo familiar en el periodo vacacional de la infancia.
Pero el Price desapareció, y de los sesenta Teatros-Circo estables que había en España, sólo el de Albacete, creado en 1887, ha mantenido ininterrumpidamente su uso, el mundo del circo dejó de recibir apoyos y se debilitó artísticamente, a pesar del esfuerzo denodado de varias familias circenses, sobre las que recayó la responsabilidad de que no desapareciera el género. Pero con los años las nuevas generaciones de artistas de circo, emanadas desde muchos países, han inoculado savia nueva a este mundo, renovándolo y buscando darle su antiguo esplendor y hoy sólo los desconocedores de una nueva realidad son los que mantienen esa frase manida hace unas décadas de que "el circo está antiguo y casi deprime".
Pero el mérito no es sólo de los adalides de las nuevas tendencias y lenguajes escénicos, sino también de familias, que han sabido soportar la travesía del desierto, sin renunciar a sus principios estéticos, a su nomadismo y a un mundo sobre el que ahora se vuelven muchas miradas buscando y hallando lo que el circo siempre les ha sabido dar: fascinación.
Potenciación del circo
Uno de los pioneros de esta nueva etapa de resurgimiento fue el desaparecido director y actor Adolfo Marsillach, quien siempre sostuvo, desde su etapa como director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) que había que darle todo el apoyo posible al circo. Se creó el Premio Nacional de Circo y en la etapa de César Antonio de Molina, al frente de este ministerio, se decidió crear el Museo Nacional del Circo, con sede en Albacete, en lo que fue el Banco de España en aquella ciudad, con una superficie de 4.175 metros cuadrados que se extenderá a 4.800 metros cuadrados.
Su sucesora en el cargo no sólo no ha dado al traste con ese proyecto, sino que se ha convertido en una defensora del género y el Inaem, al frente del cual se encuentra ahora Félix Palomero, ha aumentado las ayudas al sector de 470.000 euros en 2009 a 732.000 euros en 2010 (un 55,7%). "También es importante el Plan General del Circo", apunta Palomero, "es algo en lo que estamos trabajando especialmente ya que el que existía desde hace décadas se ha quedado obsoleto, porque el panorama ha cambiado mucho y a finales de año esperamos que ya esté en marcha". También habla del interés que hay en impulsar un Código de Buenas Prácticas que pueda trasladarse hasta los municipios para que éstos tengan relaciones empáticas con el mundo del circo, sobre todo en cuestión de licencias, tasas, etcétera.
Imaginar el circo
Coincidiendo con el IV Festival Internacional de Circo de Albacete, recientemente clausurado, se ha inaugurado en el Museo Municipal de la ciudad, la exposiciónImaginando el circo, una muestra de materiales procedentes de las colecciones estatales en los que se aborda el género circense.
"Aquí lo que se anunció en su día fue la creación de un museo del que no hay colección, y lo que se ha hecho este año ha sido un estudio de todos los fondos que sobre el circo tiene el estado distribuidos por distintos museos, de manera que se empezara la captación de piezas", señala Andrés Peláez, director del Museo Nacional del Teatro y comisario de la exposición junto a Isabel Quintana.
El caso es que lo que demuestra esta exposición, a modo de anteproyecto de lo que será en su día la muestra permanente ya que sólo han cabido 201 piezas, es que los fondos del Estado son amplios y más que suficientes para levantar un museo, que además sería único en el mundo: "No existe ninguno de carácter público y España sería pionera en este sentido", apunta Peláez.
El apoyo se hizo patente con la presencia en Albacete de González-Sinde y Palomero, en la inauguración de la exposición y del festival circense, donde la ministra mostró especial interés por un género que en su día investigó en profundidad y de manera rigurosa para escribir el guión de La luna de los feriantes, película de Pedro Olea sobre el mundo del circo, que no se llegó a rodar.
La muestra recorre en cinco apartados todo lo referente al mundo del circo, desde los orígenes, que en el caso de España se datan en el siglo XVII con alguna noticia de una cómica y volatinera, María Felipa la Titiritera, que en el 1600 trabajaba en Valencia, hasta los trajes de Paco Delgado para la película de Álex de la Iglesia,Balada triste de trompeta.
Además hay mucho material de carteles, la publicidad del circo, su nomadismo (se ha reproducido un carromato, antecedente de las caravanas circenses; ya que la itinerancia para el circo es fundamental) y todo tipo de documentales y materiales sobre trapecistas, payasos, magia, animales artistas, gimnastas y malabaristas, entre otras especialidades.
Cierra la exposición un apartado dedicado a la relación del circo con el cine y el teatro, que ha sido mucha y fructífera. "No sólo porque el cine o el teatro han recogido temas circenses, sino porque a veces se sitúa la acción en un circo, como hizo el escenógrafo y figurinista Pedro Moreno en No hay burlas con el amor, para la Compañía Nacional de Teatro Clásico", concluye Peláez.
En todos los apartados se ha tenido en cuenta el reflejo del circo en la pintura. En España quienes más atención han prestado al circo han sido Picasso, Maruja Mallo, Gutierrez Solana, Francisco Mateos, Benjamín Palencia.... De todos ellos hay obras en la muestra que denota el interés de estos creadores por el circo.
"En la pintura de Picasso el circo simbolizaba la paz y la alegría y muchos de los personajes del Guernica que aparecen desesperados y rotos, los encontramos en los personajes circenses del Picasso más alegre", apunta Peláez quien ha captado el material no sólo en el Museo Nacional del Teatro, sino en otros grandes archivos históricos de la Administración como la Biblioteca Nacional, Museo del Traje C.I.P.E., Museo Nacional Reina Sofía, Filmoteca Nacional en Nodos y fondos particulares como los de Arturo Castilla y Feijoo.
Desde lo que será el Museo Nacional de Circo, cuya apertura se sabrá cuando esté adjudicado el proyecto, se abordarán necesidades de almacén, restauración, catalogación de colecciones y publicaciones científicas, difusión, archivo, colecciones, biblioteca, videoteca, sala de cine, salas para exposición permanente y temporales, oficinas y un espacio-circo para la realización de actuaciones en vivo.
Un Festival con favoritos
La exposición Imaginando el circo se ha hecho coincidir con la celebración del Festival Internacional de Circo de Albacete, que atrae a gran parte de la profesión relacionada con este género estos días ya que es el único que se celebra a concurso de los que hay en España. De ahí que la selección sea cuidada e importante, ya que se programan en él artistas y números que son susceptibles de destacar internacionalmente, algo de lo que se han ocupado especialmente los responsables de la edición de este año, los conocidos Hermanos Álvarez, que han traído a artistas reconocidos con el fin de situar a este festival entre los mejores de Europa. Los Álvarez, Miguel, Inés y Antonio, son la octava generación de la familia Álvarez, formada por malabarista, ciclistas, payasos, equilibristas y antipodistas muy conocidos internacionalmente.
Es el caso de esta edición que finalizó ayer con el fallo del jurado, compuesto por personas de prestigio dentro de este mundo, que decidieron otorgar el Premio de Oro al grupo proveniente de Rusia, Los Puzanov, una de las mejores troupes de báscula del mundo, ; el Premio de Plata a los trapecistas brasileños Flying Regio y el Premio de Bronce al dúo polaco Vector, que se hizo también con el premio del público, lo cual no es de extrañar ya que su número de equilibrismo es realmente destacable.
Aunque también lo era el número de cuerda floja de Alex Weibel, realmente sorprendente y sobre todo, diferente. Coincidiendo con este evento también se dio a conocer en Albacete la Asociación de Empresas de Circo de Creación (Aecc) constituida por seis importantes compañías de circo del territorio estatal: Asaco Producciones (Extremadura), Circ Bover (Islas Baleares), Circ Cric (Cataluña), Circo Gran Fele (Comunidad Valenciana), Escarlata Circus (Cataluña) y Rolabola Teatro (Andalucía).
Nace en base al reconocimiento de las raíces históricas de un arte milenario y la necesidad de investigación y creación de nuevos lenguajes, en pro de "un circo sin puertas, un circo sin límites".
R. T.