Periodista y realizadora, Claire Nouvian lleva 10 años recorriendo el mundo para rodar series de animales como 'Les Chroniques de la jungle perdue' o 'Les Nuits sauvages'. Su pasión por la fauna submarina y la inmersión le ha llevado a especializarse en este ámbito, y ahora recoge en 'Criaturas abisales' (Esfera de los Libros) una exclusiva selección de imágenes tomadas a miles de metros de profundidad.
Vampiros de los abismos, pulpos con orejas, monstruos de las profundidas, fósiles vivientes y frágiles criaturas bioluminiscentes. Un sinfín de fotos inéditas que comprometen las fronteras de nuestro saber y nos dejan sin palabras ante la diversidad de vida en la tierra.
«En 2001, después de ver una película de prodigiosa belleza proyectada en el Aquarium de Monterey de California, me sumergí en los fondos abisales. De la noche a la mañana y sin apenas advertirlo mi vida cambió de rumbo. Las imágenes, difundidas en bucle, mostraban animales que habían sido filmados por el instituto MBARI en los fondos del cañón de Monterey. Aparecían criaturas fabulosas, de formas sorprendentes, colores insospechados, que lanzaban amenazadores rayos de luz azul o por el contrario ondulaban con una gracia infinita, produciendo irisados destellos. Seres extraños, sin cabeza ni cola, se enroscaban y desenroscaban como cintas fluidas que ejecutaran una danza mágica», explica la autora en el prólogo de su obra.
«Una criatura me llamó la atención sobre todas: una especie de pulpo transformista rojo oscuro, provisto de dos grandes orejas cómicas que llamaban la atención. Parecía flotar en el espacio, entre las estrellas... Con inmensa elegancia y extremada lentitud, hinchaba el manto formando un globo y luego lo adelgazaba hasta semejar un disco; otras veces, sin embargo, lo levantaba por encima de la cabeza y se metamorfoseaba en calabaza abisal, luego reaparecía súbitamente, esta vez ensortijado en toda su longitud, semejante a una flor de enredadera replegada en la noche. Al final se alejaba tranquilamente en la negritud de su universo...», relata la autora.
Mis pensamientos seguían el bucle de la película: «No es posible... Estos animales no son reales... Estos efectos especiales están espléndidamente realizados, ¡lo nunca visto! Tiene que estar Tim Burton detrás de todo esto...» Y a medida que mis ojos desvelaban, no ya la marca de las imágenes de síntesis, sino la inimitable textura de la realidad, mis pensamientos cambiaron de naturaleza. «¿Cómo es posible que la Tierra albergue tales maravillas y que nosotros no estemos enterados?»
Fascinada por el fondo del mar, Nouvain quiso compartir los secretos encerrados tras los muros bien custodiados de los institutos de investigación oceanográfica. Solicitó la cooperación de los más grandes investigadores internacionales y, en tres años de trabajo, reunió todos los negativos de las fotografías más recientes tomadas por los escasos sumergibles y robots capaces de una inmersión hasta los 5.000 metros de profundidad. De esta exclusiva colección, única en el mundo hasta hoy, seleccionó las imágenes más espectaculares.
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