miércoles, 15 de agosto de 2007

HOMENAJE AL PADRE DE LA PATRIA, PRÓXIMOS YA AL 17 DE AGOSTO, ANIVERSARIO DE SU PASO A LA INMORTALIDAD.


Clave 88 Cultural quiere rendir un pequeño homenaje al Grl. Don José Francisco de San Martín y Matorras, trascribiendo un comentario de La Nación sobre una película documental. Lamentablemente nos preguntamos: ¿quién la ha visto?; ¿se le dio la difusión que merecía, o bien se la dejó en las sombras que es la mejor forma de ocultar la verdad, en épocas de cambio de valores, cuando se busca en personajes foráneos paradigmas para guía de nuestra sociedad? Sería interesante que si nuestros lectores la hubieran visto nos enviaran sus comentarios. PARA VER EL ARTÍCULO ORIGINAL HAGA CLICK AQUÍ.

SAN MARTÍN, EN ESCALA HUMANA
Jueves 17 de agosto de 2006 | Publicado en la Edición impresa
Calificación LA NACION: 4 estrellas Calificación lectores: 4 1/2 estrellas



"El exilio de San Martín, una historia de ausencia" (Argentina, 2005). Guión y dirección: Alejandro Areal Vélez. Producción ejecutiva: Jorge Poleri. Locución: Guido D Alvo, Leandro Bardach. Voz de José de San Martín: Alfredo Alcón. Fotografía y cámara: Roberto Moreno. Edición: Oscar Américo Grugnale, A. Areal Vélez. Música: Edgar Ferrer. Presentada por el Incaa y A. Areal Vélez, en copia digital. Hablada en español. Duración: 94 minutos. Calificación: para todo público.
Nuestra opinión: muy buena


Para que un documental alcance un punto máximo de calidad tiene que cumplir, al menos, con dos reglas. La primera es encontrar un tema trascendente; la segunda, contarlo de la manera más atractiva y entretenida, siempre rigurosa, que trasgreda, sólo cuando la licencia sirva a los fines testimoniales del producto. Alejandro Areal Vélez lo consigue. ¿Qué ideales llevaron a José de San Martín a conducir a medio continente americano a la liberación definitiva de España? Y, tras hacerlo con singular humildad, ¿qué motivó su exilio en Inglaterra, Bélgica y Francia, y su resistencia a volver a su tierra, enfrentada en una puja que ya por entonces parecía inacabable? "El exilio de San Martín, una historia de ausencia" trata de demostrar una hipótesis acerca de lo ocurrido tras el desarrollo de algunos hechos comprobables. Es decir, una estructura que permite jugar al suspenso cinematográfico, a pesar de tener como eje a un personaje que si bien es considerado el más importante prócer de la historia nacional y, a estas alturas, menos objetable, debería ser mejor conocido por todos. Algo que sí es vox pópuli, es que un día se marchó y que murió en Francia. Pero ¿cuáles fueron las circunstancias que lo llevaron a este cambio de vida?
Areal Vélez aclara todas esas dudas. Subdivide su trabajo a partir de los testimonios de diferentes historiadores, de un relato fuera de cámara que guía la historia desde el momento en que San Martín deja el suelo criollo, que más tarde sería definitivamente argentino, para no volver nunca más. También recurre a las voces de quienes lo conocieron como militar y ser humano de una riqueza cultural siempre sorprendente. También recurre a las imágenes de sus lugares ayer y hoy, y a sus propias palabras, que en toda circunstancia estaban cargadas de un valioso contenido moral.
Su amistad con Bernardo de O Higgins, su admiración más allá de las diferencias por Simón Bolívar, el resentimiento que Carlos María de Alvear y Bernardino Rivadavia expresaron frente a su figura, el respeto que, en cambio, le devolvieron el siempre discutido Juan Manuel de Rosas (a quien le obsequiaría su sable), Juan Bautista Alberdi, Bartolomé Mitre, y Domingo Faustino Sarmiento, quien repatriaría sus restos para depositarlos en la Catedral Metropolitana, quedan claros en el trabajo de Areal Vélez.

Allá lejos y hace tiempo
El documentalista recupera las voces de quienes lo estudiaron y lo siguen haciendo, de quienes lo conocieron y respetaron, con imágenes registradas aquí, en Southampton, Londres, Boulogne Sur-Mer y Bruselas. Recrea eficazmente el fragor de las batallas y algunos momentos importantes de su vida privada, cumple el necesario papel del buen registro, el de recuperar lo que la historia olvida, calla u oculta, por decisión de quienes la escriben o simplemente por desidia. Lo hace con un lenguaje tan rico como comprensible, con singular cuidado y fundamental parsimonia. El trabajo de Areal Vélez es, antes que nada, una suma de datos reveladores de una personalidad única que debería ser modelo para los argentinos: la del hombre de bien que renunció al poder y a ser instrumento de poderosos en luchas entre hermanos que lo tocaban muy de cerca, incluso en ajenas (cuando recibió una propuesta en Bélgica), para dedicarse nada más ni nada menos que a terminar de construir su propia familia. Dicen que el mejor guerrero es aquel que odia las guerras y San Martín, desde que marchó al exilio, demostró ser uno de esos pocos elegidos. Desde entonces pueblo y gobernantes, los unos cuando fueron representantes de los otros y cuando no, han seguido divididos obcecadamente. Según las experiencias vividas por más de un siglo, algunas trágicas entre trágicas, los herederos de sus glorias en los campos de batalla han desoído esa inexorable decisión de no desenvainar su sable en luchas fraticidas. Paradójicamente, también hace más de un siglo han vuelto sus restos y, oficialmente, su recuerdo se convirtió en frío bronce de la historia. Pero ¿cuándo su verdadero legado volverá realmente a la Argentina para conducir su destino? Como sentencia Areal Vélez en su documental, "es la idea de patria la que está en juego, la idea de una patria que está por fundarse una vez más".

Claudio D. Minghetti

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