martes, 9 de septiembre de 2008
ENTREVISTA | GEORGE STEINER: "QUIERO QUE ME LLAMEN EL CARTERO"
(Nota de la Redacción de Clave 88: dado de la extensión de la nota y de su interés se publicará en tres entregas, quedando la del miércoles 10 y del sábado 13)
Entrega 2
La Nación, 06Sep08, adnCULTURA, Buenos Aires, Argentina
A sus casi ochenta años, el autor de Presencias reales ha logrado escandalizar a sus colegas con las experiencias sexuales que relata en Los libros que nunca he escrito (Siruela). En este diálogo, el premio Príncipe de Asturias de 2001 establece su canon, habla de los idiomas y los regionalismos y de la misión de los profesores
Por Juan Cruz
-Se enfada usted con Derrida.
-Lo del pretexto es un chiste de mal gusto. Somos los carteros y somos importantes. Los escritores nos necesitan para llegar a su público. Es una función muy importante, pero no es lo mismo que crear.
-No, no es lo mismo.
-Me gustaría contarle una anécdota. Hubo un poeta contemporáneo llamado Nash que tradujo al poeta francés François Villon. En su famosa balada "Las nieves de antaño", había una línea en la que Villon dice que la mujer ha envejecido: su pelo, escribía en francés, ya no es dorado, sino gris. Nash, en su manuscrito, lo tradujo así: "El brillo le cae del pelo". El impresor cometió un error y escribió: "Un brillo cae del cielo". Es una de las frases más hermosas de la poesía inglesa, ¡y se debe al impresor! Cada noche le pido a Dios que me envíe a un impresor que cometa un error que me haga grande.
-En este libro en concreto, que no es una autobiografía, casi todo lo que se dice se puede relacionar con su vida. Por ejemplo, cómo su padre le enseñó a aprovechar los libros.
-Recuerde que vengo de una tradición judía muy antigua. La palabra rabino significa profesor, y en el judaísmo la figura del profesor es inmensamente valorada. Han sido cuatro mil años de una tradición de profesores excelentes, y mi padre quiso que yo fuera profesor. Se alegraba cuando yo publicaba poemas, pero eso no es lo que él quería para mí. He escrito ficción, y ha sido muy traducida, pero es una ficción intelectual, cerebral, alegórica. Son novelas que contienen ideas. Pero otra cosa es ser creador. Ah, la inocencia de un gran creador, el misterio de crear
-Un misterio distinto que el misterio de enseñar.
-En la universidad en la que trabajaba solía venir a cenar Henry Moore, el escultor británico. Cuando abría la boca para hablar de política o de otros temas, decía estupideces. Pero cuando hablaban sus manos, te dabas cuenta de que era un gran creador. El misterio de un gran creador es un misterio. No sabemos cómo ni por qué se crea una gran melodía o cómo o por qué se pinta un cuadro. Produce una gran alegría el poder explicar esto y hacérselo llegar a la gente. Pero nunca mezclo la creación con la enseñanza. Un profesor es un profesor.
-En algún momento usted dice, con respecto a la novela, que hoy ése puede parecer a veces un género prehistórico.
-No, yo colocaría a Proust, Mann, Joyce entre los mayores creadores. Lo que quiero decir es que quizá las novelas estén llegando a su fin, porque en el mundo de hoy nos llegan infinitas imágenes e historias directamente a casa. Dudo mucho de que tengamos otro Proust, otro Faulkner. Los grandes maestros contemporáneos escriben de manera breve. Fíjese en Kafka, lo fragmentario que es. Hoy Shakespeare sería un guionista.
-¿Y quiénes serían los novelistas de hoy día?
-Hmmmm, es muy difícil contestar esa pregunta. Creo que Mario Vargas Llosa lo es. La Fiesta del Chivo es indudablemente una de las mejores novelas de hoy. También lo es Cien años de soledad , de García Márquez. El tambor de hojalata , de Günter Grass. Hijos de la medianoche , de Rushdie. Philip Roth es quizá la persona más inteligente que haya y su trilogía sobre la política estadounidense es magnífica. Pero la forma en sí misma de la novela está peligrando. La gente busca formas más experimentales. ¿Por qué resultan mejor escritos los libros de historia, de sociología o incluso las biografías? La prosa de Lévi-Strauss es mejor que el libro de cualquier novelista francés. Incluso hay economistas que tienen más estilo escribiendo que los propios novelistas. Los historiadores, como sir John H. Elliott, escriben de maravilla. Han aprendido de la novela y lo aplican. Pero mire lo que sucede ahora. Un chico escribe un libro; si tiene suerte, se lo publican, y está dieciséis días en las librerías, y de inmediato lo retiran del mercado. Así, ¿cómo se van a hacer escritores? Si esto hubiera ocurrido en tiempos de Joyce, él nunca habría resistido. Sin embargo, fíjese en el caso de J. K. Rowling, que nadie entiende.
-¿Usted tampoco lo entiende?
-No. He mirado los libros y me parece que emplea un vocabulario difícil, una sintaxis difícil. Hasta ella, J. K. Rowling, muy humildemente, tampoco se explica el porqué de su éxito. Mi pregunta es la siguiente: un niño que ha leído todos los volúmenes de Harry Potter, ¿leerá luego La isla del tesoro , Los viajes de Gulliver , Oliver Twist , los clásicos? Mis colegas que han estudiado este fenómeno dicen que no, que los niños que han leído a Potter no leen después a los grandes clásicos. Y eso es triste.
-Ella misma se hace sus preguntas, nos lo dijo en Edimburgo.
-Todos teníamos la esperanza de que con Harry Potter se iba a volver a los clásicos con los que se empezaba a leer. Pero no lo creo. ¿Sabe que la Unesco tiene una lista de los libros más leídos del mundo? Y sólo hay un título francés.
-Déjeme adivinar: Madame Bovary.
-Oh, no, qué dice usted. El principito . Y eso es alarmante. Se venden millones de ejemplares todos los años. Pero la gente no lee Madame Bovary .
-¿Cree que debemos estar preocupados por esas listas?
-Sin duda. Indican qué libros y en qué momento fueron best sellers. Hubo un tiempo en que fueron Balzac y Dickens. Hay una diferencia abismal entre el genio experimental de escritores como Borges o Beckett y el público en general. Es muy probable que millones de personas lean literatura en formato de cómic. Hace poco leí una versión de Hamlet en formato de cómic y me resultó brillante. Redujeron el texto a momentos esenciales, y seguro que Shakespeare habría dicho: "No está mal. Mi texto era demasiado largo" [risas].
-Esa reflexión se parece a algunos aspectos de su libro, donde discute la confrontación cultura/medios y el futuro de la cultura.
-La cultura del futuro no será nuestra cultura. La cultura elitista y humanista que conocemos sólo pertenece a unos cuantos. Recuerde que voy a cumplir ochenta años y empecé antes de cumplir los veinte a publicar artículos sobre por qué la cultura no se enfrentaba al fascismo o a los nazis. ¿Qué ocurrió? Aquí tenemos países con culturas superiores, tenemos las mejores escuelas, el mejor teatro, la mejor música. Y estos países nuestros se han convertido en infiernos. Y no sólo los países, sino que hay artistas grandes que se unen al fascismo. Nunca he dejado de hacerme esta pregunta, y aunque no tenga la respuesta, sí puedo decir que la cultura y el humanismo no son enteramente inocentes ni positivos. Walter Benjamin decía que toda gran obra está colocada encima de una montaña de inhumanidad. Es una verdad incómoda.
(Próxima y última entrega el sábado 13)
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