viernes, 12 de septiembre de 2008

MUSEO HISTÓRICO NACIONAL ARGENTINO DEL CABILDO Y DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO (BUENOS AIRES)


Visitas guiadas:
Viernes a las 15.30 (Gratuita)
Sábados y domingos a las 12.30 ($3), 14:00 (Gratuita) y 15:00 ($3).
Informes y solicitud de visitas en visitascabildo@cultura.gov.ar
Cambio de guardia del Regimiento I de Infantería "Patricios"
Ceremonia Anual del Relevo de Guardia de Honor del Cabildo y visita presidencial Como parte de los festejos de los actos conmemorativos de la Semana de Mayo que organiza el Museo Histórico Nacional del Cabildo y la Revolución de Mayo , todos los 22 de mayo , el Regimiento de Infantería 1 "Patricios", al ritmo de la marcha "Fusileros de la Reina " efectúa el relevo simbólico de la guardia de honor frente el histórico edificio. Esta ceremonia cuenta con la asistencia de autoridades nacionales, provinciales y municipales. El presidente de la Nación, en su carácter de comandante en jefe de las fuerzas armadas, autoriza el relevo; posteriormente ingresa al Cabildo para firmar en la Sala Capitular el libro de visitantes ilustres del Museo, evocando el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810.
Los días de apertura al público se realiza , cada 60 minutos , un relevo de la guardia apostada en la puerta de acceso al Museo.
Introducción
El cabildo era el fundamento jurídico de toda ciudad, como lo establecían las Leyes de Indias. Por eso, don Juan de Garay, la mañana del 11 de junio de 1580, día de San Bernabé, designa cabildo y suscribe el acta fundacional de la ciudad de la Trinidad y Puerto de Santa María de Buenos Aires. 'Cabildo' proviene de capitulum, es decir "a la cabeza". Estas instituciones típicamente españolas se revitalizan al llegar a América. Estaban constituidas por un cuerpo colegiado con funciones administrativas, legislativas, judiciales, de policía y de milicia; sus miembros eran elegidos anualmente entre los vecinos, por mayoría de votos; se reunían ordinariamente en cabildos cerrados y cuando los asuntos lo requerían por su importancia, en cabildos abiertos. El Cabildo de Buenos Aires se destacó por sus cabildos abiertos, donde se tomaron decisiones que escapaban a su competencia institucional, pero que fueron cimiento de la emancipación argentina.
El Museo
El Museo tiene como sede el edificio donde funcionó el Cabildo de la ciudad de la Trinidad y Puerto de Santa María de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata a partir de 1776. Declarado Monumento Histórico Nacional en 1933, actualmente ocupa el mismo solar que le asignó don Juan de Garay al fundar la ciudad en 1580. El edificio y sus colecciones conforman un único patrimonio, que evoca aquellos hechos históricos y políticos que forjaron nuestra identidad como país: los cabildos y sus funciones institucionales, la reconquista y defensa de la ciudad durante las invasiones inglesas en 1806-1807, la Revolución de Mayo y la Primera Junta de Gobierno en 1810.
Creación
El edificio del Cabildo fue declarado Monumento Histórico Nacional y se destinó a museo histórico por Ley N° 11.688 del 30 de mayo de 1933. Posteriormente, la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos, bajo la conducción de Ricardo Levene, encomendó al Arq. Mario Buschiazzo el proyecto para su restauración, conformándose un equipo integrado por este último, Martín Noel y el Ing. Vaquer de la Dirección Nacional de Arquitectura. Su objetivo fue definir los lineamientos generales de la propuesta para la recuperación del Cabildo. El Arq. Buschiazzo reunió todo el material disponible de planos, fotografías y documentación iconográfica que le permitiera hacer su tarea. Descartó el plano del padre jesuita Prímoli del año 1719 y encaró la reconstrucción histórica del inmueble tal como se lo podía observar en 1810. En noviembre de 1939 se inauguran las Salas Capitulares del primer piso. Finalizadas las obras de restauración, el museo abre sus puertas al público el 11 de octubre de 1940. Con motivo de los festejos del 150° aniversario de la Revolución de Mayo, por Ley del Congreso de la Nación, se lo denomina Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo.
Historia del edificio
Ocupa el mismo solar que le asignara Juan de Garay al fundar la ciudad en 1580. En el año 1608, contemporáneamente a la mensura y trazado definitivo de la ciudad, los cabildantes dejaron de reunirse en las precarias edificaciones del fuerte para hacerlo en el terreno que les había correspondido en la traza original. El primer edificio tenía paredes de adobe y techos de caña y paja; las tejas fueron agregadas en 1712; se incorporaron una sala grande para deliberaciones de los cabildantes y otra más pequeña para calabozo. Fue construido a principios del siglo XVII por los alarifes Méndez, Álvarez y Herrera. Esta construcción, refaccionada en 1621, es abandonada en 1632 ante la amenaza de derrumbe. En 1711 se autoriza su reedificación al arquitecto jesuita padre Juan Bautista Prímoli, quien realiza los primeros planos en 1719. El nuevo edificio se comenzó a construir en 1725 y respondió al proyecto ejecutado por el arquitecto jesuita Andrés Blanqui, quien ideó, con características propias de la arquitectura colonial, un volumen de dos plantas y torre central con sendas galerías abiertas, una en planta baja y la otra en la planta superior, con una balconada, tal como lo conocemos en la actualidad. La construcción era simple: mampostería de ladrillos con bóvedas y cobertura de tejas canal. Las aberturas en forma de arcos, la carpintería de madera y las ventanas con rejas de hierro forjado le daban un aspecto sencillo, sólo alterado por la ornamentación centrada en la fachada y la torre. La torre era un elemento imprescindible ya que al son de su campana Nuestra Señora de la Concepción, se convocaba para las sesiones comunes o extraordinarias. Su construcción concluyó en 1751. Los altos se destinaron para el cuerpo municipal; la planta baja para la guardia, policía y cárcel. En 1763 se colocó en la torre el primer reloj de la ciudad. En 1784 se construyeron cinco calabozos y se completó la capilla. Con el correr del tiempo, el edificio del Cabildo de Buenos Aires sufrió profundas transformaciones y recibió en las reiteradas modificaciones las influencias de las tendencias ítalofrancesas reinantes. Se incorporaron las campanas San Martín de Tours (1855) y Stella Matutina para señalar los cuartos de hora. En 1860, se ornamentó la cúpula con azulejos país de caláis y, en su parte superior, lució una bola de metal dorado con un pararrayos. Se modificó la torre para la colocación del reloj adquirido a la firma londinense Aguaites ad Red, que se puede apreciar en la actualidad en la torre de la Iglesia de San Ignacio (calles Alsina y Bolívar). En 1880 se transformó en sede de los Tribunales Nacionales de Justicia. El edificio fue adaptado para este destino según el diseño encarado por un grupo de ingenieros dirigidos por el arquitecto francés Pedro Benoit, que modificó la fachada, agregó un tercer cuerpo a la torre -posteriormente demolida- y enmascaró al Cabildo hispano en un estilo clasicista franco-italiano, expresando la hispanofobia reinante. El edificio perdió estilo colonial y se italianizó en su exterior con columnas corintias a cada lado del arco central, pilastras jónicas en la torre y balaustrada de material en el balcón y la cornisa. Las obras de Benoit se concluyeron en 1881 cuando se revocó la torre y se colocaron los vidrios de su cúpula, transformándolo en "el mejor faro para los buques fondeados delante de la ciudad". En el interior, la remodelación se realizó en estilo francés, con cielorrasos de yeso sumamente decorados y pisos de parquet. El nuevo diseño de la ciudad desencadenó transformaciones. En 1889 para la apertura de la Avenida de Mayo se demolieron tres arcos del ala norte. Se perdió la simetría y, para mantener el equilibrio de la construcción, se derribó la torre de Benoit. Cuando el plan Bouvard de las diagonales, iba a ser puesto en práctica (1911), se advirtió que la diagonal sur, se haría indispensable. En agosto de 1931, para dar vista a la nueva diagonal Julio Argentino Roca, se demolieron tres arcos del ala sur. Con la idea de concretar la demolición total, la intendencia solicitó al poder ejecutivo que le entregase el edificio del Cabildo. La campaña de los medios de prensa de la época, asumiendo la defensa del patrimonio histórico y cultural, provocó la concientización y movilización de la opinión pública que condujeron a la declaración del Cabildo como Monumento Nacional destinándolo a Museo Histórico Nacional, por Ley 11.688 de 1933. La Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos encomendó al Arq. Mario Buschiazzo el proyecto para su restauración, basándose en investigaciones, documentos iconográficos, escritos y cateos en la obra. Se reconstruyó el edificio tratando de recuperar la sencillez y la austeridad original. Con tal fin se restableció la fachada principal recuperando su primitiva fisonomía. Se construyó una torre y se restauró el balcón que armoniza con los cinco arcos de base. Para lograr estos objetivos se formó una comisión integrada por Buschiazzo, Martín Noel y el Ing. Antonio Vaquera. El 12 de octubre de 1940 fue inaugurado el edificio tal como se conserva hoy.

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