domingo, 31 de enero de 2010

LISBETH SALANDER, EL ARMA SECRETA DE LARSSON

La Nación, ADNCultura, Buenos Aires, Argentina, 31Ene10
Biografía no autorizada de la protagonista de la trilogía Millennium . Esta hacker inteligentísima, vengativa, bisexual y absolutamente fascinante se transformó en una de las grandes heroínas de ficción del siglo XXI y es la verdadera razón detrás del éxito de un policial que lleva vendidos más de quince millones de ejemplares. Sus secretos, por qué encarna la época, y la película que se estrena esta semana


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Por Leonardo Tarifeño
De la Redacción de LA NACION
A los 13 años, la primera gran heroína de este milenio llenó un cartón de leche con nafta y prendió fuego el coche de su padre (con su padre adentro). Exámenes psiquiátricos posteriores dictaminaron que se trataba de una joven "antisocial, violenta y trastornada"; años después, pericias policiales demostrarían que, antes de cumplir la mayoría de edad, la niña incendiaria se había prostituido en los barrios bajos de Estocolmo.
Cualquiera que la conozca un poco puede decir que es vengativa, anoréxica, independiente, bisexual, inflexible y muy discreta. Cualquiera que la conozca mejor podría decir que tiene nueve tatuajes (entre ellos, uno de un dragón que desciende del omóplato hasta la cintura), cinco piercings (dos, exclusivos para quien la desnude) y una fascinación por los números que parece esconder su profunda desconfianza hacia el género humano. Con estas cicatrices en su historia y su corazón, ha cautivado a más de 15 millones de personas en todo el mundo, impuso una moda global entre las chicas de su generación y sedujo hasta al siempre serio Mario Vargas Llosa, quien la piropeó con un entusiasmo de los que no abundan. "¡Bienvenida a la inmortalidad de la ficción, Lisbeth Salander!", concluyó el novelista peruano en el artículo "Lisbeth Salander debe vivir", y con su elogio dejó claro que la protagonista de la serie Millennium , del sueco Stieg Larsson, ya entró al parnaso de los grandes personajes de la literatura actual. Y no sólo eso: su rabia, rebeldía e individualismo rampante dialogan con la época hasta encarnarla de un modo inestable pero cierto, que explica y justifica el monumental éxito de los cuatro kilos y 2267 páginas de una trilogía policial brillantísima, cuya primera versión cinematográfica, Los hombres que no amaban a las mujeres , de Niels Arden Oplev, se estrena por estos días en Buenos Aires.
El categórico knock out de Larsson a los peores clichés de la industria del libro ha sido tan brutal y sorprendente que, mientras unos leen las novelas ( Los hombres que no amaban a las mujeres , La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina , La reina en el palacio de las corrientes de aire ), otros dedican idéntico fervor a buscar las misteriosas razones detrás del repentino interés del público masivo, habitual consumidor de best sellers, por tres tomazos de literatura policial oscura y compleja, escritos con altura y rigor, que exhiben a un autor muy hábil en la creación de tramas y subtramas y especialmente crítico con la sociedad de su país. Fallecido días después de terminar el manuscrito del tercer volumen de la serie (el plan original incluía diez), Stieg Larsson no está disponible para presentar los libros y firmar autógrafos, ni mucho menos para aparecer en la televisión y opinar sobre la vida, el sexo, el gobierno y todo lo demás. Y cuando estuvo disponible, no recorrió los medios y el mundo para promocionar sus esfuerzos literarios (que por entonces ni siquiera existían), sino para alertar sobre el peligro xenófobo, su mayor preocupación como periodista y fundador del proyecto "Stop the racism" y de la revista Expo . Con más de 15 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo (90 mil sólo en la Argentina), derechos de traducción comprados por 41 países y más de 6 millones de espectadores europeos que vieron la película de Oplev, Millennium representa un fenómeno basado en un best seller, pero ni el fenómeno ni el best seller son comunes y corrientes. O, acaso, ¿qué otro superventas de este calibre es capaz de llegar a las librerías y sostenerse sin el apoyo mediático de su autor? Y sobre todo, ¿qué best seller puede sobrevivir a un personaje como Lisbeth Salander, auténtica bestia pop en las antípodas de Harry Potter, del sabihondo Robert Langdon ( El código Da Vinci ) o del vampiro cursi Edward Cullen ( Crepúsculo , Luna nueva )? Como todo buen escritor, lo que de veras parecía interesarle a Larsson era construir una palabra a contracorriente de los mandatos de la época y renovar la literatura. Sobre lo primero, su historial como periodista combativo reaparece con singular brillo en los temas y atmósferas de Millennium , que incluyen la violencia de género, el pisoteo contemporáneo a los derechos de la mujer, el tráfico de drogas y de personas, la corrupción de las clases altas y el malandrismo financiero. Y acerca de lo segundo, confió su originalidad posible al contrapunto entre los personajes de Mikael Blomkvist (periodista que, como Larsson, dirige una revista mensual de denuncia política) y Lisbeth Salander. Al menos así lo sugiere en una carta dirigida a Eva, su editora en Norstedts, fechada el 30 de abril de 2004. Allí, escribe:
En muchos aspectos he querido ir a contracorriente respecto al planteamiento habitual de las novelas policíacas. Y para hacerlo he usado expedientes que en general están prohibidos. La presentación de Mikael Blomkvist, por ejemplo, sucede sólo a través de la investigación personal que realiza Lisbeth Salander. He pretendido crear protagonistas que se distinguiesen radicalmente de los personajes usuales de las novelas policíacas. Por eso, Mikael Blomkvist no tiene ni una úlcera, ni problemas de alcoholismo, ni una angustia existencial. No escucha ópera, ni tiene un hobby extraño como coleccionar maquetas de avión o algo similar. En general no tiene problemas y su característica principal es que se comporta como el estereotipo de una "puta", cosa que él mismo reconoce. También he invertido los papeles sexuales conscientemente: en muchos aspectos, Blomkvist representa la parte "femenina", mientras que Lisbeth Salander tiene un modo de actuar, y ciertas cualidades, que son estereotipos "masculinos".
En Larsson, la crítica social y la apuesta literaria se condensan en Lisbeth Salander, ejemplo y metáfora de un tipo de subversión cultural en la que el anarquismo adopta herramientas tecnológicas y reformula los eternos recelos a la ley. Lisbeth es una inadaptada, como a su manera también lo es Philip Marlowe, pero el tiempo que el detective creado por Raymond Chandler utiliza para decir frases ingeniosas o golpear a los malhechores Lisbeth lo emplea para desaparecer. Como la mujer actual, Salander es y puede ser víctima de abusos; pero si el tutor que administra su dinero la extorsiona para recibir favores sexuales de su parte, ella es capaz de vengarse y tatuarle "Soy un sádico cerdo, un hijo de puta y un violador" en el vientre, justo por encima de sus genitales. A años luz de la pasividad que se le atribuye al estereotipo femenino, la heroína de Larsson hace y piensa lo que muchos ni siquiera se permiten imaginar (tras recibir el menosprecio de un agente inmobiliario, se pregunta cómo sería explotar un cóctel molotov contra su oficina), y en ese descaro monumental e ilícito habría que buscar buena parte de la identificación que genera. Como Marlowe, su principal arma es la inflexibilidad, el cumplimiento a rajatabla de un código personal; al revés de los héroes de la novela negra clásica, no sólo se salta la ley para hacer justicia, sino que su justicia particular incluye el robo y el sadismo. Larsson pretendía que sus libros dijeran lo que en Suecia se calla. A través de Lisbeth Salander encontró una voz que retumba en todo el mundo, porque el silencio al que le apunta vibra a escala global.
Una de las críticas más duras a Millennium vino de la escritora estadounidense Donna Leon, autora de La otra cara de la verdad y de un buen número de thrillers protagonizados por el comisario Guido Brunetti. Según ella, "Larsson es patológicamente malo" porque "su actitud es un agravio al amor humano y a las relaciones humanas. Todos los contactos sexuales son violentos o fuera de límites, no hay pasión en el libro, tan sólo pasión por violencia o por venganza".
A favor de Larsson habría que decir que su trilogía, como es habitual en la mejor literatura, señala e ilumina las zonas oscuras de la sociedad, y en ellas hay poco espacio para las sutilezas o los sentimentalismos. De hecho, lo que Millennium propone es una nueva ética para tiempos difíciles, y Lisbeth es un personaje-manual que no en vano padece todo tipo de vejaciones, la mayoría de ellas puestas en práctica por el Estado de Derecho. El psicólogo que la declara esquizofrénica y asesina en potencia, sin tener en cuenta que se crió en un hogar gobernado por un padre golpeador, recibe un sueldo del Estado; y el abogado que controla sus cuentas bancarias y aprovecha su poder para violarla, también. Si la interpretación biográfica es útil, valdría la pena recordar que, según ha dicho Eva Gabrielsson (la mujer que acompañó a Larsson durante 32 años, actualmente en litigio con la familia del escritor por el control de la herencia), un adolescente Stieg presenció la violación de una chica por parte de unos amigos suyos, durante un campamento escolar. "Días más tarde se la cruzó por la calle y se acercó a pedirle perdón por no haberlo evitado -dijo en una entrevista para El País - pero ella lo rechazó. Siempre se sintió culpable. Le marcó, y quizás por eso...". Quizás por eso su mundo literario gira alrededor de la violencia sexual, justo allí donde de nada sirve pedir perdón.
Lisbeth Salander surge de ese mundo, pero también de múltiples fuentes de inspiración personales y culturales. El retrato hablado de la chica indica que mide poco menos de un metro y medio, pesa 42 kilos, fuma (no tanto como el propio Larsson, workaholic que acababa con cuatro paquetes diarios de Marlboro light ), nunca abandona su PowerBook, anda en Kawasaki, bebe (no es alcohólica), guarda un martillo en su cartera, se va a la cama con hombres o mujeres que hablan poco, y reúne a varias tribus urbanas en alma y piel: ropa goth , descuido grunge , talante punk y costumbres tecno . Nació el 30 de abril de 1978 bajo el signo de Tauro, que rige la fuerza, la posesión y el instinto de conservación. Lo primero que hizo con el dinero robado a las cuentas de una corporación corrupta fue viajar al Caribe y hacerse las tetas. Su idea de la sociedad podría resumirse en una frase que repite en Los hombres que no amaban a las mujeres : "No hay inocentes, sólo hay distintos grados de responsabilidad". Fue una pésima estudiante y todo indica que padecería el síndrome de Asperger, una forma de autismo que afecta la interacción social, la expresión oral y el desarrollo cognitivo. Tiene una hermana gemela, Camilla, que no se le parece en nada, y casi 2 mil fans en Facebook. Y su nombre arroja 1.370.000 resultados en Google, un millón más que Juan Rulfo y 300 mil más que Mario Vargas Llosa. Según el propio Larsson, el principal modelo de Lisbeth es Pippi Calzaslargas, el personaje de Astrid Lindgren (Blomkvist toma su apellido de otro personaje de la escritora) que combina rebeldía con independencia y espíritu de contradicción. En una de las últimas entrevistas concedidas, y ciertamente la primera en la que habla de su trabajo literario, el ahora célebre periodista y narrador sueco explicaba para Svensk Bokhandel el origen de la serie y de su personaje:
Empecé a escribir en el año 2001. Escribía libros por diversión. Era algo que tenía en mente desde los años 90. Kenneth A., de TT (la principal agencia de noticias sueca) y yo estábamos sentados con los brazos cruzados cuando comencé a escribir un texto sobre los viejos Hernández y Fernández, de Tintín . Fue muy divertido, y estuvimos discutiendo acerca de cómo escribir sobre ellos ahora que con 45 años se encontraban frente a su último misterio. De ahí es de dónde surgió la idea, pero al final acabó siendo otra cosa.
En lugar de eso tomé a Pippi Calzaslargas. Pensé: "¿qué aspecto tendría actualmente? ¿qué tipo de adulta sería? ¿Cómo la calificarían? ¿Una sociópata? ¿Una autista? Tiene una visión de la sociedad distinta de la de los demás. O, visto de otro modo, no observa la sociedad del mismo modo que el resto de la gente. La convertí en Lisbeth Salander, de 25 años, una chica que se siente como una extraterrestre entre la gente. No conoce a nadie ni tiene capacidades sociales en absoluto.
Como Alessandro Baricco sugiere en Los bárbaros , la pantalla (de la compu, del teléfono, de la tele) como prótesis tecnológica ha generado un tipo de joven que, puesto a elegir, prefiere vivir dentro del mundo cibernético a tomarse la insufrible molestia de convivir con los demás. Son chicos que se sienten como extraterrestres entre la gente. La alianza actual entre ciencia y globalización permite crear una geografía propia, a la carta, donde el barrio ya no pasa por las calles cercanas a la casa ni el vecino es, necesariamente, aquel que vive en el departamento de al lado. Ese futuro en realidad es el presente, y uno de los modelos vitales del presente es el hacker o pirata informático, el héroe que entra y sale de computadoras ajenas sin que nadie se dé cuenta y, en ese movimiento, crea sus propias reglas. Los amigos de un hacker son otros hackers , aquellos que entienden de solidaridad, nicknames y programas encriptados; su horizonte es la acción y su adn, el individualismo. Quien vive y crece y trabaja dentro de una pantalla no se siente obligado a refinar modales offline, ni a entender o aceptar las elementales normas de la vida social. Es el refugio perfecto para quien prendió fuego al coche de su padre con su padre adentro, la red anónima y veloz donde una relación afectiva se termina con sólo apretar delete . Esa discreción del hacker es la que Lisbeth Salander quiere para su vida. Hay una perversa relación entre las maravillas que Lisbeth hace dentro de una computadora y las palizas y abusos que recibe fuera de ella.
Quizás por algo de esto es que un amigo de Larsson, el también periodista Mikael Ekman, ha sugerido que el novelista se basó en alguien real para dibujar el perfil de Salander. Y es que Lisbeth hay una sola, pero tambien muchas: algo de ella late en los nuevos paradigmas intelectuales de la femineidad no heterosexual (de Lydia Lunch a Virginie Despentes) y mucho de su carácter en los miles de jóvenes actuales que han encontrado en la tecnología un valor -cultural, político- alternativo a la fascinación del consumismo y el poder del dinero. Lisbeth no se une a Mikael por prestigio, ni siquiera por amor; lo único que la lleva a ayudarlo en Los hombres que no amaban a las mujeres es el mismo sentido de la solidaridad que encuentra entre sus amigos hackers . Malherida para siempre por el odio que su padre descargó contra su madre, Salander es incapaz de olvidar un agravio. Pero como demuestra en su relación con Blomkvist, tampoco le falla la memoria cuando alguien se anima a hacer algo por ella.
Los hombres que no amaban a las mujeres es una larga oda a las mujeres que, como Lisbeth Salander, son difíciles de amar, escrita por alguien que logró algo todavía más difícil: amar a la misma mujer durante toda su vida. Larsson conoció a Eva Gabrielsson en una marcha contra la guerra de Vietnam, y desde entonces ella se convirtió en la única persona dispuesta a enfrentar las amenazas de muerte que rodeaban al militante Stieg. Algo de Salander debería de haber en Gabrielsson, y el rencor y la inflexibilidad con el que la viuda de hecho trata a los legales (tal vez no legítimos) herederos del escritor indican que el buen Larsson tenía material literario de sobra en la arquitecta que nunca se quejó de los raros horarios nocturnos de las aventuras de Lisbeth y Mikael. El padre y el hermano de Stieg ya le ofrecieron una parte de las millonarias ganancias obtenidas por Millennium , pero ella no da el brazo a torcer. Como Salander, no la mueve el dinero. Lo que quiere son los derechos literarios de la trilogía y a cambio amenaza con editar el cuarto e inconcluso volumen de la serie, ambientado en el submundo mexicano de Ciudad Juárez y sus "feminicidios". Mientras tanto, para el segundo semestre de este año anuncia un libro suyo, centrado en lo que vivió tras la muerte de su pareja y acerca de "unos hombres que también odian a las mujeres".
Gabrielsson, el universo de los hackers y Pippi Calzaslargas son los vértices del triángulo que crean a Lisbeth Salander, pero otro triángulo podrían formarlo el cómic, la serie B y las fantasías sexuales masculinas, las mismas que llevan al abogado Nils Erik Bjurman a maniatar a esa muñeca punk y someterla con la fuerza que constituye lo peor de los hombres. Para sobrevivir a esa violencia se necesita un nuevo código moral, y Lisbeth también nace de esa filosofía en ciernes. A Lara Croft la impulsa el pasado familiar, a las paródicas chicas de Quentin Tarantino las mueven la codicia o la venganza; en Lisbeth Salander el reloj es el de la supervivencia a la apatía políticamente correcta, una época en la que el poder utiliza el bienestar como anestesia infalible contra cualquier tipo de insurrección. Como se subraya sobre todo en La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina , no hay nada más inútil que una ley que nadie está dispuesto a hacer cumplir (en el caso de esa novela, la durísima ley contra el tráfico de mujeres no sirve en un país que compra grandes cantidades de prostitutas rusas y centroeuropeas); el ciudadano común se conforma con la sanción de la ley, los medios distribuyen la información que el Estado propone, y mientras tanto la realidad se burla de la máscaras narcóticas que adopta su propia imagen. Ante esa hipocresía, la ética de Salander sugiere que lo más importante es el silencio (ni siquiera dice nada en los tests psicológicos), el antisentimentalismo y tomar todo lo que viene bien, sin mirar de quien. Las leyes que formula el Estado no las respetan ni los propios gobernantes; por esa razón, entre otras, hay que crear unas propias. La principal dice que siempre se debe estar en movimiento, inalcanzable, oculto bajo un nickname , dentro de una computadora o arriba de una moto.
Según Graeme Atkinson, editor europeo de la revista inglesa Searchlight , el conocimiento de la derecha europea que poseía su corrresponsal Stieg Larsson era "enciclopédico". Ese arsenal de datos, chanchullos y trapitos al sol les dan credibilidad a las historias de las novelas, sugieren que la verdad está allí y no en las noticias, y les garantizan un paisaje de acción y verosimilitud a los quijotescos Blomkvist y Salander. En cuanto a los personajes, entre Larsson y Blomkvist hay un juego de espejos evidente, pero en el caso de Salander el retrato hablado no termina de mostrar quién es, ni por qué le abrió las puertas del éxito a su autor. En Millennium , Lisbeth escribe a plague_xyz666@hotmail.com, la dirección electrónica de un amigo suyo, el hacker Plague, cuando necesita información. Ante la necesidad de datos e historias que dibujen una imagen más certera, envié el siguiente texto en inglés y castellano a ese mismo e-mail, plague_xyz666@hotmail.com:
Hola, mi nombre es Leonardo Tarifeño y soy periodista del diario argentino LA NACION (si eres el hacker que imagino, esto ya lo sabrás). Debo escribir sobre Lisbeth Salander y, como eres uno de sus mejores amigos, me pareció importante contactarte. Para ti, ¿quién es realmente Lisbeth Salander?
Saludos,
L.
Segundos después, recibí la respuesta: el servidor de yahoo decía que ese e-mail no existía. Pensé en abandonar el juego, luego advertí que, si yo fuera un hacker amigo de Lisbeth Salander, no tendría mi dirección electrónica al alcance de cualquiera. Volví a probar, esta vez a las direcciones plaguexyz666@hotmail.com, plaguexyz666@live.com (live es un hotmail actualizado), plague.xyz666@hotmail.com y plague-xyz666@hotmail.com. Minutos después, cuando revisé mi bandeja de entrada, vi que no había ninguna respuesta automática como la que ya había recibido. Y del remitente plaguexyz666@live.com había un mensaje sin abrir. El texto decía (dice):
We ALL are Lisbeth Salander
P.
Y entonces entendí cuál es el milagro de Stieg Larsson.
© LA NACION
adnLARSSON
Periodista y militante contra el neofascismo, Stieg Larsson nació el 15 de agosto de 1954 en Skelleftehamn, un pueblo sueco de la provincia de Västerbotten. Insomne desde su adolescencia, escribía durante noches enteras en una máquina de escribir que le regalaron a los 12 años. Su debut literario es la trilogía Millennium, que un inoportuno infarto en la redacción de la revista Expo (de la que era fundador) le impidió ver publicada. Actualmente, su herencia está en disputa

sábado, 30 de enero de 2010

CURADORES, ¿HÉROES O VILLANOS?

Clarín, Revista Ñ, Buenos Aires, Argentina, 29Ene10
Hoy definen el carácter de las bienales y suelen ser los legitimadores de determinadas corrientes del arte contemporáneo. La pregunta, y la consiguiente polémica, está instalada también en nuestro medio. Entrevistados por Ñ, artistas, galeristas, curadores y críticos exponen su punto de vista.
Por: Marina Oybin
INSTALACION. Presentada por el artista brasileño Marepe, en la XXVII Bienal de Sao Paulo.



En el vernisagge, la dama dispara sin anestesia: "¿Es necesario curar una muestra?". "Lo confieso –sigue– la palabra me recuerda a un cuerpo enfermo –¿un corpus de obras?– que después de una compleja operación –¿analítica, conceptual?– será sanado. Y, recién ahí, una vez dado de alta, irá sin reparos a las salas". ¿Pura asociación libre? No tanto: la disputa –solapada o no– entre curadores y artistas hoy existe.
Luis Felipe Noé abre el debate: "En medio del vacío, de la crisis –signada por la parálisis y el desconcierto– se inventó la palabra curadores: ellos dicen si los artistas no saben, nosotros sí sabemos: vinieron a llenar ese hueco con palabras". Como una femme fatale que abandona sus prendas con inquietante parsimonia, para Noé la pintura desató su show de strip-tease. Desde el romanticismo fue dejando de lado ciertos mecanismos de la experiencia pictórica anterior: un sistema analítico de despojamiento con fecha de fin a mediados de los sesenta. Crisis de la pintura y de la imagen: un tema que captura a Noé desde hace décadas. Y ahora, sí, en su casa-taller, una tarde de lluvia apocalíptica, dice que está decidido a terminar el libro que viene escribiendo hace años. El título ya lo tiene: El strip-tease de la diosa pintura. Y ahí va.

En medio de esa maraña, que el artista y teórico Noé caracteriza como crisis de "imago mundi", una invasión irrefrenable de imágenes a las que el hombre no es capaz de responder con una propia como lo venía haciendo incluso en el siglo XX, "aparecen una serie de respuestas lamentables". Noé menciona la Bienal de San Pablo de 2006 –donde la palabra intentó desplazar sin éxito a la obra– o la última Bienal de Venecia, donde el artista representó a nuestro país: "Varios pabellones no fueron hechos por artistas sino por curadores: eran más bien chistes, como por ejemplo el envío de los países nórdicos y el de Checoslovaquia". No anda con vueltas: "El curador a veces es la parte más patética: se hace cargo del vacío, lo llena con propuestas, y cree que ésa es la obra de arte".
"Yuyo" Noé quiere que quede bien claro: "Tengo el mayor respeto por los curadores (él también es curador, junto con Eduardo Stupía, en la Línea Piensa en el Centro Cultural Borges). Me parece magnífico que propongan el concepto de exposición que quieran, pero no pueden tomar el lugar del artista ni bajar línea: el problema es que de comentaristas pasaron a protagonistas". Y concluye: "Hoy esa forma de hacer curaduría entró en crisis".
El curador –del latín curator, significa cuidador– era el encargado de conservar, catalogar y exhibir el patrimonio museístico. Al lado del director de museo y el crítico de arte, una figura de bajo perfil. Recién a fines de los setenta y con más fuerza en las dos décadas siguientes, con la explosión de las exposiciones formato bienal y la proliferación de kunsthalles y museos que desataron cientos de muestras itinerantes y temporarias, el curador, con nuevas funciones, devino rey de la fiesta. Un combo de poder y capacidad legitimadora. "Seleccionan quiénes van a valer en el futuro, en quiénes podemos apostar e incluso pueden validar nombres y hasta poner en valor obra olvidada", afirma Delfina Helguera, coordinadora de la carrera de "Curaduría y Gestión de arte" del ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas).
Para Marcelo Pacheco –curador jefe del MALBA, al frente de las inolvidables muestras de Jorge de la Vega, Víctor Grippo y Oscar Bony– el curador y la práctica curatorial producen contenido, narración, ponen en circulación y dan visibilidad. Desde luego, un impacto que se siente en el mercado, el ámbito académico y el institucional.
Sin medias tintas: las galerías, claro, necesitan a los curadores para posicionar y vender sus artistas. Un link fundamental. "Los curadores son los que dicen sí o no en el VIP. Los patovicas de la entrada a la disco", dispara Florencia Braga Menéndez, curadora, galerista y directora general de Museos de la Ciudad. Y agrega: "Es increíble: generan una liturgia que los implica como si fueran desinteresados, y eso es una mentira. La comida se las paga siempre alguien: galería, museo, gobierno, institución global. Cuando un curador se plantea como independiente siempre hay alguien detrás seduciéndolo para venderle sus proyectos".
Curator, comisario, comissaire, curador en nuestras pampas. Devenidos stars, arrebataron el poder que tuvieron críticos como Harold Rosenberg o Clement Greenberg, peso pesado ferviente promotor de Jackson Pollock, Willem de Kooning y Clyfford Still, entre otras luces del expresionismo abstracto. Hoy existe un star system con nombres que pisan fuerte como el nigeriano Okwui Enwezor –sin dudas, curador global siglo XXI–, Robert Storr, Catherine David y Mari Carmen Ramírez. ¿En la Argentina? "No, aquí es demasiado provinciano. Sí, se da la disputa entre curadores y artistas. Y hay curadores más estrella que otros, pero no dejan de ser todos domésticos y hogareños", afirma Pacheco.

Las palabras, las cosas y el vacío
¿Qué opinan los curadores? "Estoy de acuerdo con Noé. Hay muchas operaciones para llenar con palabras rimbombantes obras que no dan para mucho: creo que el buen arte no se explica tanto", sostiene Helguera. Por su parte, Pacheco señala la exaltación de las palabras en bienales y grandes muestras. La metástasis del discurso que bien apuntó Gumier Maier: "En el agujero aparece discurso hasta por debajo de las baldosas". Eso, aclara Pacheco, no tiene nada que ver con la práctica curatorial.
"Adhiero absolutamente a lo que dice Yuyo, incluso creo que los curadores no sólo se cuelan en el hueco, sino que han generado y promovido el hueco traducible. Cualquier mercado se alegra de tener más mercadería en circulación. Tener muchos artistas fue un objetivo de las sociedades vinculadas al universo mercado del arte", sostiene Braga Menéndez y señala que la institución curatorial frigidiza el arte: "Lo vuelve previsible, cómodo y accesible, pero el mundo del arte no está hecho para ser fácil y predigerido. En ese camino, bajo un ejercicio de domesticación, "los curadores suelen matarle la carga de sentido y dejar afuera a muchos artistas que no son fáciles de entender".
Ana María Battistozzi, crítica de arte y curadora, disiente con Noé: "El curador no aparece por el vacío que generó el strip-tease de la pintura, sino cuando los museos y espacios de circulación se multiplicaron, pasaron a formar parte de la industria de la cultura y generaron mayores demandas de programación. La nueva figura surgió cuando instituciones importantes se vieron obligadas a generar varias muestras por año".

Curadores creadores: ¿pretensión justificada?
Y hasta se ha planteado, bajo la idea del curador autor –al estilo del director autor de un filme–, que la exposición se convierte en una nueva obra, cuyo autor es el curador ("¿Los pasteles calientes del funeral sirvieron de fiambres en las mesas de la boda?"). "Eso pasa en las bienales, donde el curador explora una idea, y al final lo individual se pierde en esa especie de maremágnum colectivo: termina siendo el espectáculo del curador", afirma Helguera. "Para mí eso es un disparate mayúsculo: el acto creativo le toca al artista, y nadie se lo arrebata. En la curaduría estamos hablando de la posición discursiva sobre la obra o sobre el artista", dice Pacheco, quien reconoce que, con la idea de la curaduría como creación, el artista vio limitado su campo de acción. "En eso estoy de acuerdo con Noé –dice–, pero hay que poner el foco en que el curador es un producto de la transformación del sistema poscapitalista tardoindustrial: es una figura funcional para el neoliberalismo porque administra lo que el sistema necesita que esté concentrado en una sola persona: legitima, actúa con el coleccionista, con el periodismo, el público, los artistas, los galeristas, las ferias, las bienales y en la academia". Battistozzi reconoce que si bien la curaduría es un trabajo creativo "no la llamo obra para que ningún artista se ofenda: muchos en nuestro país tienen el viejo prejuicio romántico del artista genio, se creen excepcionales por el solo hecho de crear y no pueden ponerse a la altura de otros, como por ejemplo de un investigador".

¿A estudiar curaduría?
Hoy, si bien la mayoría de los curadores salieron de la carrera de Historia del Arte, los especialistas sostienen que también pueden ser punto de partida otras disciplinas, que van de la filosofía hasta el cine. "Para mí –apunta Pacheco– la carrera de curaduría sólo genera buenos operadores culturales capaces de colgar una muestra, pero de ahí a la curaduría hay un largo camino". Es que para Pacheco la curaduría no tiene que ver con la idea de conocimiento como búsqueda de la verdad o con un absoluto, sino como un lugar de preguntas. La curaduría no está relacionada con una sola disciplina, sino que es un cruce de disciplinas, vinculado con un formato narrativo (la exposición) que se produce en el campo de la práctica.
Los especialistas coinciden: en nuestro país se confunde curaduría, montaje y colgada de obras. "Justamente como el curador se transformó en la figura más importante, con más poder, más reconocida y mejor paga, muchos se travistieron en curadores", señala Pacheco, quien confiesa que normalmente en Buenos Aires. se ven malas exposiciones: no hay un desarrollo curatorial interesante. "Cada vez que se inaugura una exposición o se cuelgan dos obras, en la invitación aparece alguien como curador: todo está cada vez más enfermo", sostiene.
¿No es tan válida la mirada, la selección y el criterio del propio artista como lo es la del escritor con sus producciones, por dar un ejemplo? ¿Siempre es necesario un curador? Pacheco afirma que cuando un artista está exponiendo su propia obra no necesita un curador: "Sería absurdo, a lo sumo llamás a un iluminador. Pero artistas y curadores han sido cómplices en generar esta dependencia: los artistas llaman a los curadores porque les viene bien, y éstos hacen clin caja y ponen lo que encontraron en el taller".
Si se trata de la muestra del propio artista, Battistozzi reconoce que no es necesario un curador, aunque considera que siempre es importante que el artista tenga un interlocutor para hacer una buena selección y tomar distancia de su obra. "Hay muestras en las que los artistas han hecho pedazos su propia obra porque no pueden desprenderse de nada", dice.

Curadores y artistas: ¿cabeza a cabeza?
Para los especialistas consultados, la figura del curador no compite con la del artista. Seleccionar obras o artistas, y articularlos en una construcción narrativa, ya sea en muestras históricas, monográficas o retrospectivas, siempre ha sido tarea de los curadores. Requiere, sin duda, un conocimiento profundo para reunir e hilvanar obras impensadas. La curaduría –explican– es una tarea vinculada a la edición y a la narración. Una puesta en circulación de sentido edificada con un ejercicio de preguntas: "Tiene que ver con ir interrogando y generando respuestas, y sobre las propias respuestas volver a preguntar. Siempre yendo en relación con la producción artística que se está curando: eso permite elaborar la hipótesis alrededor del tema que se está trabajando", dice Pacheco, quien busca dejar puntos suspensivos para que el espectador pueda deslizarse a través de las obras, y desatar otras lecturas. "No se trata de colgar cuadros ni de elegir un tema o un artista o de hacer una investigación al estilo universitario". Es una posible interpretación que no obtura otras potenciales lecturas. "Las obras pueden vincularse en una dirección o en otra porque el arte es polisémico", dice Battistozzi, y destaca "la necesidad de que los curadores trabajen en diálogo con los artistas para que la construcción de sentido no sea un invento o una ficción".
Braga Menéndez admira a los curadores con producción propia, y reconoce que, en su caso, piensa la muestra a partir de la obra terminada como un ejercicio de talento sobre el talento ajeno, apuntando a potenciar la subjetividad pura del artista: "Si no hay alguien interesante del otro lado, no me interesa hacer nada. Pero lo cierto es que muchos curadores terminan completando las obras de los artistas, en una dirección que consiste en volver traducible, no a las masas sino a los grandes capitales, un concepto de un protoenunciado filosófico". Además, "la curaduría que generaron las instituciones, desde los años cincuenta hasta hoy es apriorística. Hay muchos curadores que sienten que tienen una excelente idea, pero en general son ideas publicitarias o pretendidamente profundas (nombran lo complejo en una constelación de palabras que no llega a constituir un enunciado). La pretensión de polisemia que implica poner estas palabras sueltas en el espacio, y que el artista las cargue de sentido, crea un universo muy burdo, de esnobismo y perversión: transforma al artista en mero ilustrador".
Pero, ¿qué opinan los artistas? Prácticamente todas las respuestas –excepto en uno de los casos– apuntan contra la pretendida autoridad de los curadores. El genial Rómulo Macció es contundente: "Yo sé dónde pongo mis cosas. Los curadores no me interesan para nada: no los necesito". El artista recuerda que en una de sus muestras en el Centro Cultural Recoleta colgó las obras como quería, "pero como había un curador que tenía que justificar su sueldo, les decía a todos viste cómo colgué los cuadros de Rómulo". Remata: "Por ahí me equivoco, pero no necesito ningún curador, ni enfermero ni operador visual: deciles que se vayan a tomar por baño".
En la vereda opuesta, Eduardo Stupía reconoce que tuvo una experiencia "extraordinaria" en su muestra en Cronopios. "El curador puede pelearse con vos, pero la disputa es estratégica, nunca de sentido. La obra es conceptualmente irreductible: si bien la obra también es aquello que se dice de ella, aun así, lo que se dice de ella no es la obra: esa es la paradoja".
Para el artista Germán Gárgano, existe un discurso del mundo del arte hegemónico que impuso un nuevo canon donde la obra está sostenida por la palabra y la mano del artista no debe estar presente. "La obra es la idea, el proyecto previo: la palabra pintada. Pero la pintura es proceso –y, claro, conflicto–: eso se transmite, pega en el cuerpo, conmociona". Para este canon, afirma Gárgano, pintores como Noé, Gorriarena y él mismo pertenecen al viejo canon. "Curar es hacer de la obra discurso, y si yo no sé o quiero saber cada vez menos de mí mismo ¿por qué poner mis intentos bajo el ala del discurso? No es algo que pertenezca al campo de la pintura, pero el que quiera participar de eso que lo haga: será otra cosa".
Marcos Zimmerman, que en 2009 expuso en el instituto Cervantes de Tokio y, además, deslumbró una vez más con libro y muestra titulados "Desnudos sudamericanos" –un ensayo fotográfico con rasgos etnográficos que le llevó siete años de trabajo–, considera que el curador entró en el mundo de la fotografía, esta vez, por el vacío provocado por el desconocimiento de los galeristas: "Los curadores ocupan un lugar en un universo de fotógrafos que transformó la fotografía en puro artificio: por eso se necesita un curador que explique lo inexplicable". "Yo no necesito a nadie que explique lo que hago: lo explico yo y se explica automáticamente por la misma obra. Si es necesario poner un traductor, el público está en problemas: porque quizás recibe las cosas como son, pero hay alguien que le dice que eso no es cómo lo está viendo. Y entonces nadie se anima a decir el Rey está desnudo".

jueves, 28 de enero de 2010

EL MUNDO YA EMPIEZA A CELEBRAR: 2010, EL AÑO DE CHOPIN

El Mercurio, Santiago, Chile, 28Ene10
Los 200 años del inmortal músico polaco se celebrarán con conciertos en tres continentes, y con un museo dedicado a su figura en su aldea natal. También en Chile se recordará a este compositor romántico.
Pablo Márquez
PABLO MÁRQUEZ
Desde Cannes


En Zelazowa Wola, una aldea a unos 50 kilómetros de Varsovia, en Polonia, el 1 de marzo de 1810 nació Fryderyk Chopin. Dos siglos más tarde, en su cumpleaños se iniciará oficialmente la conmemoración del bicentenario de uno de los compositores más importantes de la historia. Durante febrero habrá conciertos en la sede de Varsovia del The Fryderyk Chopin Institute. Pero la inauguración de un museo en su memoria y la apertura de una "Casa Chopin" para recrear la atmósfera de la residencia donde vivió parte de su vida, marcarán el Año Chopin.
"El museo es la forma en que Polonia rinde homenaje al legado de Chopin y la Casa está pensada para reconstruir la emoción y el sentimiento que se vive en cada una de las piezas de este artista que es emblema para nuestra tierra", afirmó Andrzej Sulek, director del Instituto Chopin, en el lanzamiento de la festividades Chopin 2010 en la Feria de la industria musical Midem, en Cannes (Francia).
El museo, contiguo a la Casa Chopin, tendrá instalaciones interactivas con su legado, partituras originales, manuscritos e instrumentos que alguna vez usó.

"Chopin no sólo fue un músico y compositor de excelencia, además fue un intelectual, un personaje muy educado y de mente muy abierta, por lo que todos sus escritos y reflexiones serán de gran aporte para la comunidad", agregó Pawel Potoroczyn, director de The Adam Mickiewicz Institute, el organismo estatal que se encarga de promover la riquísima cultura polaca en el resto del mundo.
Para la apertura del Museo y de la Casa Chopin se celebrará un concierto en su ciudad natal, que será transmitido por las emisoras asociadas a la European Broadcasting Union. Y después, la Orquesta Filarmónica de Varsovia, a cargo de Antoni Wit, dará una gala.
Durante todo el año se ha programado en toda Polonia gran parte de la obra de Chopin, festejos que cerrarán con un concierto simultáneo en Varsovia, París, Londres y en la Expo Shangai, escenarios conectados vía satélite, con el gran desafío de que las orquestas toquen sincronizadas al menos una pieza del repertorio.
Además, los representantes del gobierno polaco anunciaron que la ciudad de Varsovia está siendo remodelada y acondicionada para recibir a los miles de turistas que llegarán. La remodelación de fachadas de edificios centenarios y el lanzamiento de una serie de elementos de merchandising marcarán los festejos.
"No tenemos problema en convertir la figura de Chopin en un icono pop, porque cada una de las cosas la haremos con respeto y tratando de mantener la elegancia de su obra", explicó Andrzej Sulek.
"Eso no significa que haremos ringtones con algunas de sus sonatas... O por qué no, si es de calidad. Chopin ya es un símbolo de la cultura popular".
Lo confirma Jan Lisiecki (14), a quien la crítica mundial ha catalogado como el nuevo Mozart. Hijo de padres polacos y nacido en Canadá, acaba de editar un disco con piezas para piano de Chopin y fue elegido por el gobierno polaco para inaugurar, en Cannes, el año de Chopin con un concierto de gala.

"No te puedo decir que mis compañeros de curso o amigos son fanáticos de las sonatas de Chopin, pero cada vez me sorprendo más al ver que tienen más música clásica en sus Ipod. Chopin es uno de los músicos más accesibles y los jóvenes lo están entendiendo así", comenta.

En nuestro país (Chile)
PABLO MÁRQUEZ
Desde Cannes
La Embajada de Polonia en Chile confirma los hitos de las celebraciones en nuestro país: conciertos de los pianistas Piotr Oczkowski (Frutillar, 28 de enero), Adam Makowicz y Gajusz Keska (I. Cultural de Providencia, abril y septiembre). Asimismo, dos giras del Trío Aurora (mayo), y el pianista Marian Sobula (noviembre), y el Festival Chopin de la Sinfónica de Chile, conducida por Michal Nesterowicz (12 al 20 de marzo).
También habrá homenajes de la Camerata U. Andrés Bello (junio), y la primer cello de la Sinfónica, Katharina Paslawski, más otros solistas, abordarán su repertorio de cámara (Centro de Extensión UC, julio).

lunes, 25 de enero de 2010

A LA CONQUISTA DE WIKIPEDIA

La Nación, Enfoques, Buenos Aires, Argentina, 25Ene10
Posicionada hoy entre los sitios más visitados del mundo, la enciclopedia online se ha convertido en un campo de batalla, muchas veces ideológico, donde todos quieren plantar bandera
Por Pablo Martín Fernández
Foto: ARTE DE TAPA: SILVINA NICASTRO


Todos los caminos conducen a Wikipedia...Bueno, casi todos. Ubicada alrededor del puesto cinco en cualquier top-10 mundial de sitios -después de Google, Facebook y los servicios de mail-, Wikipedia tiene hoy un impacto incalculable en la opinión pública online : sus definiciones aparecen en los primeros puestos de cualquier búsqueda en Internet. Plantar bandera allí es clave para ganar terreno en la cabeza de los internautas que, ya se sabe, se multiplican cada año: según relevamientos de diferentes consultoras, hoy hay más de 1700 millones de usuarios de Internet, un 380 por ciento más que en el año 2000.
Semejante poder de llegada a la opinión pública no podía pasar desapercibido: Wikipedia, la enciclopedia online en cuya realización puede colaborar cualquier persona del mundo, ha consolidado un poder que no logra ser controlado por países, políticos, empresas ni organismos que intentan dominarla.
Para muchos sitios las visitas provenientes de Google u otros buscadores representan más de la mitad del total de entradas a una página. En ese contexto, la mayoría de las veces, el resultado de Wikipedia aparece en el primer lugar de una búsqueda. Como para no invertir esfuerzos en lograr allí una buena posición.
Un caso interesante es el del conflicto de 2008, entre el Gobierno y el campo. Esta entrada titulada, luego de una extensa discusión, "Paro agropecuario patronal", es la más extensa de toda la Wikipedia en español, con más de 30.000 palabras y 250 fuentes de referencia. Para llegar a ese contenido los usuarios le dedicaron otras 17.000 palabras a discutir cada detalle del artículo. Allí se definió, por ejemplo, que aquella no fue una huelga liderada por los peones sino por el sector dirigente del campo, una distinción que en aquellos días dividía aguas.
Esta guerra de ediciones como se llama internamente a los intensos conflictos se da detrás de los monitores y en un campo que no cuenta con legislación en la Argentina ni en muchos otros países.
En la llamada era del conocimiento, Wikipedia es a la vez campo de batalla y de mediación, aunque esto pueda ser incomprensible en el mundo offline . Todo se arregla puertas adentro. De hecho, Wikimedia Argentina, la base local de la fundación detrás de la enciclopedia, no registra que se hayan intentado realizar demandas en el país.
En 2005, cuando la enciclopedia comenzaba su crecimiento, se intentó hacer una suerte de demanda mundial contra ella por parte de cualquier persona que se sintiera afectada. La complicada legislación y la rápida resolución de los conflictos hizo que esta idea no llegará a cristalizarse.
¿Cuáles son los temas más virulentos de esta disputa en Wikipedia? La comunidad de editores, y puntualmente los bibliotecarios de Wikipedia, deben seguir de cerca especialmente entradas relacionadas con temas como el nazismo, o Palestina e Israel, Malvinas, Fidel Castro, el peronismo o la década del 70 en la Argentina, religión, aborto, derechos gays.
En la actualidad, la enciclopedia en español tiene 170 términos que son considerados polémicos.
El trabajo para "mejorar" entradas puede surgir, por ejemplo, de una oficina gubernamental que quiere mejorar su presencia en Internet, de una agencia de marketing que quiere posicionar su producto o, menos organizadamente, de grupos con afinidades ideológicas comunes que buscan plantar bandera en el planeta wiki.
Las empresas tampoco se salvan de ver cómo su cuidada comunicación institucional es cuestionada por los editores de la enciclopedia. Tanto en la versión en español como en la anglosajona empresas de varios segmentos le temen al apartado especial de "controversias" de las entradas de Wikipedia. Desde firmas como Monsanto que son cuestionadas por el supuesto daño a la salud que generan sus productos hasta las críticas al marketing dirigido hacia los niños de Coca Cola, pasando por el rechazo a la manera en que Microsoft desarrolla y vende su software, nadie se salva. Inclusive algunas compañías como CNN tienen una entrada especialmente dedicada a sus aspectos más cuestionados.

La hora de poner reglas
Con semejante intensidad de diferencias, muchas veces con intereses nacionales e internacionales en juego, y con el grado de penetración y visibilidad que alcanzó Wikipedia desde sus comienzos hasta ahora -sólo la versión en español recibe 20 millones de visitas por día-,lo que se fue volviendo más claro con el tiempo es que, si bien entre los principios de Wikipedia está el buscar siempre el "punto de vista neutral" (una meta a la que se llegaría sumando todas las voces y no sintetizándolas), muchas veces se producen conflictos difíciles de resolver.
De hecho, el año pasado se decidió dar marcha atrás a la libertad inicial y se aceptó la necesidad de fortalecer los controles.
Las definiciones que se encuentran en Wikipedia son creadas, escritas, editadas, protegidas y equilibradas por millares de wikipedistas que le donan sus horas a un proyecto que ha ganado en relevancia desde su fundación en 2001. Usted puede ingresar ahora mismo y anónimamente crear la entrada más valorada o "vandalizar" una entrada diciendo, por caso, que la Argentina logró su independencia en 1810 y no en 1816. La enciclopedia postula que un editor notará el error y lo corregirá.
Sin embargo, con el abrupto crecimiento de los últimos años, la autogestión original de la enciclopedia tuvo que dar lugar a un orden más claro, con leves liderazgos y algunas reglas que intentan mantener a Wikipedia ordenada y a salvo de los intentos externos por redactarla en favor de los unos o de los otros.
Patricio Lorente, responsable local de Wikimedia, pone este difícil equilibrio en sus propias palabras: "La enciclopedia tiene como objetivo que los artículos tengan un punto de vista neutral. Cuando los editores no se ponen de acuerdo, se sucede una guerra de ediciones y los bibliotecarios de Wikipedia son los que pueden proteger la entrada hasta que se pueda volver a intentar llegar a esa meta de neutralidad: siempre se busca el consenso".
Los bibliotecarios, 150 personas en la versión en español de los cuales tan solo 40 están activos al mismo tiempo, son editores votados por sus pares que obtienen la potestad de proteger artículos "delicados" para que estos no puedan ser modificados por cualquiera.
Lo cierto es que eso del punto de vista neutral suele funcionar muy bien en la mayor parte de la extensión de los artículos, pero la pelea por cómo definir el título y los primeros párrafos es la madre de todas las batallas.
No es lo mismo decir "conflicto Gobierno-Campo" que "Paro agropecuario patronal", "Islas Malvinas argentinas" que "británicas", "Ataque al Líbano" que "Guerra del Líbano 2006". Si bien Wikipedia prefirió las segundas opciones en todos estos ejemplos, todos ellos fueron marcados como polémicos, como se denomina a los artículos que han sufrido grandes discusiones.
Galileo Vidoni, bibliotecario argentino que comenzó escribiendo artículos sobre software y ferrocarriles, dos de sus pasiones, dice que "hay artículos complicados desde hace años, como el de Fidel Castro, cuya resolución es complicada. Pero a veces un editor se pone un artículo al hombro e intenta calmar las aguas. Eso pasó con la entrada del Che Guevara que, luego de mucho trabajo, pudo volver a estar abierta a modificaciones. Hay que ordenar y encontrar referencias que tengan peso internacional".
En cuanto a política local "si bien entradas como la de Cristina Fernández de Kirchner son vandalizadas desde polos ideológicos opuestos, no se ven trabajos tan burdos como para que uno piense que se toca sistemáticamente desde la Casa Rosada, eso se ve más en los municipios con algún empleado que quiere quedar bien", comenta.
El wikipedista recuerda el caso del intendente de Merlo, Raúl Othacehé, cuya entrada era modificada constantemente para ser reemplazada por la biografía oficial publicada en el sitio web de la municipalidad. "El cambio era automático, y no sólo no podemos dejarlo por cuestiones de punto de vista neutral, sino que tampoco nos sirve por el copyright que tiene ese tipo de textos", explica.

Wikiproyectos
Los wikiproyectos son también una buena vidriera para observar la discusión. Formados por un grupo de editores que trabajan sobre un tema puntual para mejorar su presencia en la Wikipedia, muchas veces tratan tópicos livianos como géneros musicales o series de TV -hay uno especial sobre los Beatles-, pero tienen más presencia los políticos, como el caso del proyecto sobre peronismo cuya consigna es "crear y mejorar los artículos relacionados con el peronismo, movimiento popular argentino".

Los wikiproyectos en español son más de 180. Para crearlos se necesita proponer un tema que no haya sido cubierto por otro proyecto previo y conseguir el apoyo de un editor más, además del apoyo del fundador.
Si bien se puede hablar de proyectos importantes en la Argentina como el del peronismo o las diferencias sobre los años setenta (¿Proceso de reorganización nacional o dictadura militar?), sus polémicas lejos están de la de wikiproyectos como el israelí o el alemán.
No es un dato menor ver que en Wikipedia la entrada sobre Palestina forma parte de un proyecto relacionado con Israel: "Palestina (región) ha sido identificado como un artículo para mejorar por los participantes del wikiproyecto Israel", se lee en lo alto de la página de ese término.

En contacto con LA NACION, voceros de la sede diplomática israelí dijeron que se "está consciente de la importancia de la enciclopedia pero no hay nadie que se dedique especialmente al tema".
En cambio, fuentes cercanas a la embajada Palestina en la Argentina aclararon que ellos no hacen un seguimiento oficial pero denunciaron que Wikimedia tiene una relación muy cercana con Israel y existe software especialmente desarrollado para mirar de cerca lo que sucede con las entradas relacionadas con el territorio palestino.
Si una discusión se torna acalorada, Wikipedia ofrece un cabezal que invita a mantener la calma, ciertos wikipedistas con mayor experiencia pueden bloquear un término para que no sea modificado hasta que se calmen las aguas después de una "guerra de ediciones".
Lorente es aún más claro: "Durante un tiempo el gobierno alemán estuvo interesado en avanzar sobre temas que no se estaban tratando, ellos contrataron especialistas para que editaran los términos relacionados con su historia. Por supuesto, a ese material se le aplicó el punto de vista neutral pero marcó un interés muy fuerte del gobierno de ese país por participar en la construcción de consenso".
En poco menos de un año -se fundó un 15 de enero-, Wikipedia cumplirá su primera década de vida.
En ese tiempo logró mejorar el control sobre sus artículos, gracias al requerimiento de fuentes y al trabajo de los bibliotecarios, sin embargo algo no cambió. Siempre existirán quienes quieran contar la historia a su modo. Para quienes hacen la enciclopedia sólo hay una herramienta: el punto de vista neutral.
Vidoni lo dice sin dar rodeos: "Lo más importante es aplicar nuestra herramienta de neutralidad, y esto no es llegar a un acuerdo, salvo en detalles de título y bajada, sino representar todas las posturas sobre un tema. Por eso los artículos polémicos suelen ser largos, el de "Paro agropecuario patronal" es el más extenso de la Wikipedia en español. Sabemos que nunca se van a poner de acuerdo los militantes a favor y en contra del aborto y hay consenso de que no va haber acuerdo sobre si Fidel Castro es el libertador de Cuba o es un dictador sanguinario. La verdad revelada que muchos creen tener no le interesa a Wikipedia, no sirve para nada".
Por si alguien duda de que Wikipedia es un terreno de militancia, no tiene más que ver el listado completo de los 181 wikiproyectos: los temas van desde política y religión hasta contracultura, pasando por el movimiento de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT). Tener presencia en la enciclopedia no es un tema menor.

CINCO CASOS POLÉMICOS

Alemania y los Nazis

El wikiproyecto de ese país intenta equilibrar las entradas relacionadas con el nacionalsocialismo, en busca de evitar que el país entero quede asociado al ideario nazi.

La crisis con el campo
Durante la huelga de 2008, la referencia a ese tema en la enciclopedia fue de las más discutidas; hoy es el artículo más extenso de la wikipedia en español bajo el título "paro agropecuario patronal".

Fidel Castro
La entrada que habla del líder cubano es una de las más complejas según los editores. Ha estado bloqueada la mayor parte de los últimos cinco años.

Microsoft
La empresa juega de visitante en una enciclopedia gestada por la comunidad de software libre que siempre militó contra ella. Su artículo es vigilado de cerca por los editores.

Jesús
En un análisis hecho, en la versión en inglés, su artículo fue nombrado como uno de los más conflictivos. No es por nada que la Iglesia tiene un wikiproyecto para proteger los términos relacionados con ella.

Notas relacionadas
24.01.2010 | El padre de Wikipedia

LA VIDA ÍNTIMA DE VAN GOGH, CONTADA EN SUS PROPIAS CARTAS

Clarín, Buenos Aires, Argentina, 2010
El Museo Van Gogh reunió en un libro casi mil cartas, facsímiles e ilustraciones.
Por: Jonathan Jones.- ESPECIAL THE GUARDIAN


Imagen: AUTORRETRATO. LA OREJA VENDADA, LA HUELLA DE UNA DE LAS GRANDES DECEPCIONES DE SU VIDA.
Van Gogh terminó su vida en 1890, a los 37 años, en la más extraña y trágica situación. Era cada vez más reconocido -al menos por la vanguardia parisina- como un artista brillante. Pero también estaba enfermo. ¿De qué manera se entrecruzaban su arte y la enfermedad? ¿La pintura era cura o síntoma? Van Gogh contempló las dos posibilidades.

Los curadores del Museo Van Gogh en Amsterdam han trabajado durante años en una edición epistolar, cinco volúmenes de cartas con facsímiles, traducciones al inglés e ilustraciones (pueden verse en: vangoghletters.org). Un estudio profundo de su vida Gogh que lo redefine para este siglo. Las primeras cartas datan de 1872, cuando tenía 19. La primera está dirigida a su hermano Theo -igual que la última, del 23 de julio de 1890. También le escribió a artistas como Emile Bernard y Paul Gauguin, o a su hermana. El conjunto representa un trabajo literario de proporciones épicas. No es que sólo las escribió, es que en las cartas vació su corazón. Las largas epístolas que le envió a Theo, su único sostén emocional y económico, son exploraciones y crónicas de cada faceta de su vida. Se huele el aliento a tabaco y la ropa humedecida de Van Gogh.
La familia dudaba de su salud mental y en las cartas queda claro que por eso Theo se volcó a apoyarlo. Theo consideraba el arte de su hermano esencialmente como una terapia. Sus cartas tienen un cariz alegre cuando aprende a dibujar. La más animada la escribió en Etten, donde vivían sus padres, en septiembre de 1881. Describe sus esfuerzos por dibujar a los campesinos locales e incluye los croquis. Son sus primeros dibujos, no tiene formación artística formal, pero su talento es manifiesto. "Ha sobrevenido un cambio en mi dibujo. Ya no me siento tan impotente frente a la naturaleza como antes", expresa Van Gogh en la carta.
Sin embargo, se enojó con su familia y puso su estudio en La Haya. Su pintura se hizo más fuerte pero no hubo una conquista paralela en la vida cotidiana. Tampoco cuando emigró a Francia. Allí conoció a la vanguardia: Toulouse-Lautrec, Pisarro y Paul Gauguin.


El 20 de febrero de 1888 llega a Arlés, región de Provenza, para fundar una colonia de artistas. El colapso de este sueño es el capítulo más infame de su vida. Gauguin accedió a acompañarlo, le explicó su comprensión abstracta del color, pintaron brillantes retratos y paisajes. Pero empezaron las discusiones y Van Gogh se enfrentó a Gauguin con una navaja. Esa noche se cortó parte de su oreja. Las cartas ponen la crisis, que lo llevó a internarse en un asilo en Saint-Rémy, en una perspectiva más profunda. Cuando llegó a Arlés, empezó a pintar de manera nueva. El sol entró en sus pinturas. "Me siento bien trabajando afuera a la hora de más calor. Es un calor limpio, seco... Por supuesto esto induce al naranja". Sus pinturas de estos meses son fuego. En las cartas de después de la crisis, hace un autoanálisis minucioso y doloroso. "Cada vez que trato de razonar en mi interior para tener una visión más clara de las cosas, se apodera de mí un miedo terrorífico y me impide pensar".
A los historiadores de arte les gusta decir que la enfermedad de Van Gogh no tenía nada que ver con su genio. Sus cartas sugieren lo contrario. Las pinturas hablan de una gran apertura sensual. Algo más profundo en él, que nunca antes pudo satisfacerse, se despertó a través de la luz mediterránea. No es sólo el amor por los colores brillantes que vemos en sus obras maestras. Es un lugar en su mente donde piensa, siente, existe únicamente en color. En el asilo, sus colores se vuelven más sutiles -azules y verdes desplazan a los amarillos- pero la profundidad crece. Cuanto mejor sus pinturas, peor su enfermedad. Tiene períodos de trabajo interrumpidos por ataques de locura.
Theo le escribe sobre el doctor Gachet, cuya simpatía por los artistas podría permitirle cuidarlo. En Auvers-sur-Oise, un pueblo cerca de Paris, el Gachet lo vigila. Sigue pintando, cada vez mejor. Azules profundos y verdes vegetales, los colores del norte. En una carta enviada a Theo el 23 de julio de 1890, incluye un croquis de una nueva pintura. En la posdata agrega una lista de colores: "un seto de lilas, una fila de árboles de limas redondas, amarillas. La casa en el fondo, rosada con un techo de tejas azuladas. Un banco y tres sillas, una figura oscura con sombrero amarillo, y en el jardín de adelante un gato negro. Cielo verde pálido".
En francés las últimas palabras son "Ciel vert pale" y, después, un punto aparte en tinta marrón. Tres días después de mandar ésta, su última carta, se disparó un tiro bajo el cielo verde pálido.

LA MILONGA, UN LUGAR DE ENCUENTRO

La Nación, adnCultura, Buenos Aires, Argentina, 23Ene10
Los miércoles, el centro Ciudad Cultural Konex ofrece un espacio donde aprendices y veteranos salen a la pista al ritmo del dos por cuatro. Comandado por Omar Viola y Gustavo Ameri, con orquestas en vivo, allí conviven lo nuevo y lo tradicional


FOTO: SIGA EL BAILE. Omar Viola y las primeras parejas de la noche en La Garufa, la milonga de la Ciudad Cultural Konex Foto: MARTIN FELIPE
Por Natalia Blanc
De la Redacción de LA NACION
Todos los miércoles a la noche, un variado grupo de bailarines, aprendices y curiosos invade una de las salas de la Ciudad Cultural Konex. Es el día de la milonga La Garufa, actividad que integra el ciclo de verano Parador Konex. Organizada por Omar Viola y Gustavo Ameri, en ella se reúnen jóvenes y veteranos, principiantes y avanzados, locales y extranjeros, parejas, grupos de amigos, solos y solas. Todos con un mismo objetivo: bailar al ritmo de antiguas grabaciones y orquestas en vivo en un ambiente familiar, donde se puede tomar clases y ver exhibiciones de tango.
"Para mí, la milonga es un lugar de encuentro, como una plaza de barrio donde se juntan todos los vecinos -dice Viola, fundador del mítico espacio Parakultural en 1986-. La propuesta de La Garufa tiene que ver con esa idea." Ameri, bailarín y profesor de tango, agrega: "En Buenos Aires existe un circuito de milongas desde hace años y cada una tiene su personalidad. Cuando el Konex nos convocó, presentamos un proyecto integral: una multimilonga con espacio para el baile, la música en vivo, la fotografía, la pintura, donde convivieran lo tradicional y lo nuevo. Nuestra apuesta es tener siempre música en vivo, defender el baile y las exhibiciones. A la hora de programar los grupos, combinamos orquestas típicas con electrónicas, como Tanghetto."


La Garufa funciona en un salón de la planta baja, decorado con fotos de Guillermo Monteleone, con un escenario donde tocan las bandas y mesas ubicadas alrededor de la pista para tomar una copa de vino o una cerveza sin perder de vista a los bailarines. A las 20 se abren las puertas del Konex y media hora después comienza la clase para principiantes, que dictan Ameri y Jorgelina Contreras. El primer miércoles de enero, cuando estuvo presente adncultura , había media docena de parejas; también, una mujer embarazada y otra con un bebé de pocos meses que quedó al cuidado de un familiar mientras ella practicaba. En esa clase, los profesores ponen énfasis en que los participantes se animen primero a moverse por la pista sin chocarse y después, a juntar los cuerpos y abrazarse. Ameri les explica la posición correcta de los brazos y cómo son los pasos básicos del dos por cuatro.
En ese grupo, las mujeres usan calzado bajo y ropa cómoda. En el siguiente, el de los estudiantes avanzados, se ven tacos altos y finitos y polleras con importantes tajos. Muchas llegan con chatitas y zapatillas y se cambian los zapatos allí mismo, antes de ingresar a la pista.
Entre las 21.30 y las 23, es el turno de los que ya saben bailar y buscan aprender nuevos pasos o perfeccionar lo aprendido. Guiados por Gabriel Angio y Natalia Games, ex integrantes de la compañía Tango x 2 y fundadores del grupo Plan B Tango, son más numerosos que los iniciados y, además de cortes y quebradas, también practican pasos de valses y milongas. A partir de las 23 se larga el baile, primero con grabaciones seleccionadas por disc jockeys , y luego con orquesta en vivo, desde la medianoche hasta las 4 de la mañana. Este miércoles se presenta la Típica Criolla, formada por Jorge Spessot (primer bandoneón y dirección), Estefanía Corsini y Mercedes Martínez (violines), Daniel Godfrid (piano), Marcelo Barberis (cantante), Martín Benedetti (segundo bandoneón) y Pablo Vázquez (contrabajo). "En febrero se presentarán el Sexteto Milonguero, Los Reyes del Tango y Tanghetto", asegura Viola, que lleva más de quince años como organizador de milongas en espacios como Salón Canning y el nuevo Parakultural.
"A mí siempre me gustó el tango; es una fuente inagotable de imágenes, filosofía, cultura; una presencia constante en esta ciudad -continúa-. En mi casa se escuchaba tango, pero no se bailaba. Cuando conocí las milongas, fue una revelación: descubrí un mundo nuevo. Gente que bailaba por el simple placer de bailar. Me acuerdo de que una noche estaba sentado en una milonga y en una pausa veo a una pareja en la pista abrazada como en éxtasis. Me fascinó. En 1988 hice un espectáculo de tango y teatro, Metatango , que no tuvo mucha respuesta del público. En esa época, el tango no atraía a los jóvenes. En 1991, gracias a que Metatango había interesado a personas del ambiente tanguero tradicional y a maestros de tango, empecé a organizar milongas. Gente conocida como la profesora María Pantuso y la coreógrafa y bailarina Milena Plebs me insistieron en que armara un espacio para el baile. A principios de los años 90, Natalia y Gabriel, que dan clases en La Garufa, empezaron a enseñar en el Parakultural de la calle Chacabuco. Los milongueros, cuando vieron que los jóvenes se volcaban a bailar, comenzaron a acercarse también."
Así surgió el circuito actual de tanguerías, donde se mezclan viejos tangueros con chicos con piercings y tatuajes. El año pasado, La Garufa se sumó a la oferta de milongas del barrio del Abasto, con la particularidad de que el público cautivo del Konex está integrado por jóvenes de entre veinte y treinta años. Antes de ponerse al mando de las bandejas, Viola completa: "¿Qué se encuentra en una milonga, además de baile? Eros. En un mundo de violencia y de locura, el mensaje de la milonga es el acercamiento entre los bailarines con un fuerte abrazo."

sábado, 23 de enero de 2010

UNA ESCUELITA A 2900 MTS DE ALTURA Y CON INTERNET Y BLOG


No dejen de visitarla haciendo clic aquí. Incluso han hecho un hallazgo arqueológico al que no se le ha dado la importancia que podría tener.
Si les escriben haciendo comentarios les darán una gran alegría y fuerzas para seguir adelante.
Dirección del blog : http://escuelasalaesculla.blogspot.com

LECTURAS RELIGIOSAS: LOS CUERPOS DE LA ÉPOCA

Nota de Clave 88: Ver nuestra entrada relacionada: ">UN KAMA SUTRA COMO DIOS MANDA

Perfil.com, Buenos Aires, Argentina, 23Ene10
Yahvé, Jehová, Eli, Alá, Dios: cambian los nombres pero es el mismo dios de los monoteístas, creador del universo y legislador de los deberes de los hombres.
Por Rodolfo Fogwill


Yahvé, Jehová, Eli, Alá, Dios: cambian los nombres pero es el mismo dios de los monoteístas, creador del universo y legislador de los deberes de los hombres. Nada mejor para un ateo que la lectura de los textos sagrados que definen y registran la voluntad de un dios. Nada mejor para esos textos –Torá, Biblia, Evangelios, Corán– que las lecturas de un tiempo ateo, agnóstico, escéptico y condenado al cinismo de la era de “Dios ha muerto”.
El retorno periódico a las fuentes –tan hondo como lo permite la Biblia de Jerusalén, lo más original a nuestro alcance– prueba que, con los siglos, los tres grandes troncos monoteístas fueron desviándose de los mandatos de su dios para terminar tan infieles o apóstatas como nosotros, los descreídos pichones del neocapitalismo. Ahora, rabinos, imanes, ayatolás, columnistas de PERFIL, generales israelíes, cardenales pomposos, pastores mediáticos, letristas de rock y comandos de Al Qaeda burlamos por igual las leyes del creador y los profetas.
Respecto del cuerpo, la ley del dios prescribe la vagina como único acceso posible al interior de otro.
Sea humano o animal, el “en la boca”, el “por atrás” tan de moda hoy, el contacto con la sangre, tal como cualquier emisión de semen fuera de su lugar vaginal sagrado, enojan al dios a tal punto que dejó ejemplos bíblicos de su ira, como la ejecución del pobre Onán, o de las ciudades pederastas que arrasó con una lluvia de fuego y azufre reduciéndolas a humo y cenizas con todos sus habitantes, incluyendo a los justos.
La prohibición de invadir cuerpos sigue vigente entre judíos ortodoxos, que sólo pueden comer la carne de animales matados ritualmente y rabínicamente certificada. Salvo en estas minorías, entre judíos, cristianos e islámicos, el progreso ha incinerado con su fuego industrial toda la arquitectura de la normativa del dios.
Cierto que Yahvé –etimológicamente “el yo soy”– era no poco caprichoso, pero el conjunto de sus leyes fue un dispositivo idóneo para la supervivencia milenaria de la cultura de su pueblo elegido: el que eligió obedecerle y narrarlo hasta que aparecimos nosotros y le desmantelamos todo.
Volví al Génesis y a los capítulos de Las leyes del Exodo pensando en los temas de este enero: la dilapidación y el suicido automovilístico del rally, la dilapidación quirúrgica de las monstruosas siliconadas que afean las playas, la muerte por desidia parlamentaria de la Ley del Tabaco, la crónica de entradas y salidas del cuerpo de Roberto Sánchez como testimonio de la tortura en aras de la victoria imposible de la tecnología médica bajo la ley sagrada del progreso, la acumulación de recursos, la subordinación a la técnica.

martes, 19 de enero de 2010

COLUMNAS ENVUELTAS EN CALIGRAFÍA


Clarín, Buenos Aires, Argentina, 19Ene10
En Cádiz, España, Rafael de La-Hoz acaba de inaugurar dos torres cilíndricas cubiertas por una gran celosía calada en la que se lee la frase romana "Non Plus Ultra". Los usos de una metáfora mitológica.
por Miguel Jurado.
mjurado@clarin.com
Se nos ha pedido una torre y hemos decidido hacer dos". Con estas palabras, el arquitecto español Rafael de La-Hoz explica la estrategia proyectual y la idea principal de lo que es hoy el proyecto más alto de Andalucía. Este edificio de oficinas y usos comerciales se alza frente a la bahía de Algeciras, con vistas al estrecho de Gibraltar, un lugar en el que se unen dos mares y se separan dos continentes. Es también una evocación mítica, una propuesta simbólica y una apuesta ambiental.

Con su forma cilíndrica, las torres recuerdan las Columnas de Hércules, construcción mitológica que se repite desde tiempo inmemorial en toda la iconografía andaluza. Además, estos cilindros están protegidos por una celosía de hormigón que evoca a la arquitectura morisca y hace las veces de protección solar del cuerpo central acristalado. Por último, De La-Hoz aprovechó el calado de ese tamiz exterior para inscribir la frase romana que establecía, en ese punto, el fin del mundo conocido: "Non Plus Ultra". Bueno, no por casualidad, el edificio lleva el nombre de Torres de Hércules. Sin embargo, la referencia histórica surgió en etapas posteriores del proyecto. La primera pulsión creativa tuvo un sentido estético: conseguir mayor altura, por lo menos, visualmente.
Con una altura limite de cien metros y una superficie por planta de mil metros cuadrados, los proyectistas se encontraron con el problema de que la esbeltez del edificio sería escasa.
Decidido a lograr una proporción bien vertical, el equipo articuló la planta en dos lóbulos unidos por el núcleo de circulación vertical y un puente. Pero, a medida que el proyecto avanzaba, las decisiones fueron más allá de lo formal. "Finalmente, las plantas de las torres han resultado ser circulares –explica De La-Hoz como si se tratara de una fatalidad ajena a su voluntad o de un mandato divino –. Esto solo puede entenderse como consecuencia de la razón intuitiva, que en arquitectura también tiene sus motivos". Está claro que el peso mitológico de ese rincón del mundo empujó a que los arquitectos bucearan en el significado del lugar. Así, las torres terminaron siendo dos columnas, un reflejo de las que alumbraron el mito heleno primero y romano después.


Cuenta la leyenda que Hércules (Heracles, entre los griegos) decidió abrirse paso cuando regresaba a casa después de alguna de sus hazañas; para eso se apoyó en las rocas de Gibraltar y Musa (las Columnas). Así, el forzudo héroe separó Europa de Africa, conectó el Océano Atlántico con el mar Mediterráneo y creó el famoso estrecho. Desde entonces, ese lugar indicaba el Fin del Mundo.
Pero la complejidad del simbolismo de las torres es mayor. Para el arquitecto español, su obra también remite al paisaje industrial, plagado de chimeneas, que hoy caracteriza a la zona. "Son dos torres, dos columnas, dos chimeneas. Una arquitectura de encuentro entre dos significados", asegura De La-Hoz. Como detalle distintivo, un exoesqueleto construido con encofrados deslizantes protege a las torres del sol y las inclemencias del clima marítimo. A modo de celosía gigante, sus columnas y vigas se entrelazan con letras dispuestas según un código caligráfico que repite la frase "Non Plus Ultra" en todo su perímetro. "Las torres, meticulosamente caligrafiadas, hablan literalmente del mito y de los invariantes propios de la arquitectura local y sus arquetipos: la luz, el blanco y la sombra", explica su autor.

Te quiero alta y verde
El conjunto, de 20 pisos y 126 metros de altura, emerge de un lago artificial situado en su base. El recurso busca espejar la imagen de las torres y dotarlas de mayor altura visual.

También la entrada principal al terreno fue ubicada con criterios ópticos. Es un acceso para peatones y vehículos que permite una visión despejada de las torres.
A su vez, la entrada al edificio propiamente dicho está destacada por un largo muro calado que oficia de lateral y baranda del puente que permite sortear el espejo de agua de la base. Dado que se trataba de un terreno bajo, los proyectistas evitaron enterrar los estacionamientos. En su lugar dispusieron un espacio para 200 autos detrás de las torres y lo organizaron con un entorno arbolado. Cada torre tiene una planta circular de 25 metros de diámetro con un núcleo vertical excéntrico que funciona como núcleo rígido y aloja las instalaciones y los ascensores. Un prisma cristalino envuelve los puentes que unen las dos partes del núcleo.
En la última planta del conjunto, el equipo de De La-Hoz echó mano a otro recurso proyectual para acentuar la esbeltez del edificio: prolongó la celosía de hormigón más allá de la terraza. En ese último nivel, encima de un restaurante mirador, los proyectistas dispusieron una terraza con vistas panorámicas, protegida del viento por la extensión vertical de la envolvente. Así, a través de los huecos de la celosía de hormigón, los visitantes pueden disfrutar de vistas únicas sobre la Bahía de Algeciras, el Estrecho, el Peñón de Gibraltar, el Monte Musa y el Parque Natural de los Alcornocales.
Todos los elementos que componen la celosía tiene un espesor constante de 40 centímetros, lo mismo que las losas sin vigas de cada piso. Para darle unidad al conjunto, prácticamente toda la estructura se ejecutó en hormigón blanco visto. Los constructores fueron instruidos para elegir cuidadosamente los áridos y el cemento blanco de la composición con el objetivo de conseguir un color "arena", considerado fundamental por el estudio.
El diseño del edificio, y en especial su singular fachada, permitieron reducir considerablemente el consumo energético. Por un lado, la masa de la celosía de hormigón, del núcleo y de las losas, le confieren una gran inercia térmica al edificio. Por otro, esta celosía protege del exceso de asoleamiento sobre el cerramiento de vidrio que permanece oculto en el interior. Allí, las carpinterías de piso a techo permiten una iluminación natural extraordinaria ya que cada planta cuenta con ventanas a todas las orientaciones. Además, las ventanas se pueden abrir, lo que permite ventilar naturalmente el ambiente.
Por otro lado, como se dijo, el hecho de que gran parte de los paramentos verticales sean de hormigón visto produjo un ahorro considerable en materiales de terminación. Las condiciones ambientales del entorno pueden considerarse muy agresivas (proximidad al mar, entorno muy industrial, fuertes vientos que transportan arena) por lo que en el exterior se usaron materiales inalterables que reducen al máximo el mantenimiento y reposición de ellos durante la vida del edificio. También se siguieron criterios sustentables en el diseño de los exteriores. Se intentó reducir el impacto del estacionamiento en superficie evitando el uso de asfalto. Las zonas circulación vehicular y estacionamiento se adoquinaron y se combinaron con adoquines de hormigón que permiten el crecimiento del pasto para no interrumpir la "respiración del terreno". La laguna artificial que rodea las torres también tiene la intención de mejorar las condiciones ambientales y paisajísticas: el agua es tratada y reciclada constantemente.

Metáforas verdaderas
Hace tiempo que el estudio de De La-Hoz muestra una acentuada preocupación por el tema ambiental, pero se distingue de otros estudios por el tratamiento arquitectónico que logra de los recursos que usa para alcanzar dicha sustentabilidad. Por ejemplo, en la nueva sede de Telefónica en las Tablas –Distrito C–, De La-Hoz utilizó un cristal de aspecto blanquecino que unifica todo el conjunto. Esa envolvente es una doble piel de vidrios serigrafiados que disminuyen la radiación solar en el interior sin quitar la visión del exterior. Además, un gran techo, tapizado de captadores solares, cubre todo el conjunto.

La metáfora, otro de los temas que se ven claramente en Torres de Hércules, también es un recurso creativo recurrente en el estudio madrileño. El edificio de las Cámaras de Comercio de Madrid, por caso, utiliza la alegoría de una cámara fotográfica. Se trata de un gran prisma puro con sólo tres aberturas por las que se pueden ver grandes volúmenes interiores realizados en distintos materiales. Para explicar la idea que le da vida a su proyecto, De La-Hoz vincula la palabra "cámara", de la institución, con la que designa a un sitio de reunión y el aparato fotográfico. Compara el vocablo español con sus equivalentes alemán e inglés y llega a asociaciones asombrosas que son el disparador conceptual de su creación.
En Torres de Hércules, la asociación metafórica es más lineal, pero, a los ojos del público, las referencias históricas resultan invisibles o, cuanto mucho, suficientemente complejas como para dejar lugar a la fascinación sensorial. Es que, ducho en el manejo de disparadores creativos, De La-Hoz sabe eludir las trampas de la metáfora y reconoce que en un edificio vale su belleza. «

Nota de Clave 88: Las Columnas de Hércules en lo material han dado lugar a la creación de un símbolo que ha movido y sigue moviendo al mundo.
Es el símbolo $, originalmente impreso en monedas de un real de la ceca de Potosí.
Las dos columnas envueltas en un lienzo con la frase latina “Non Plus Ultra”, como signo que más allá no había nada. Posteriormente a 1492 el mote se cambió por "Plus Ultra" (Más allá) simbolizando la gesta de Colón que había extendido a los ojos europeos la dimensión de la tierra. Posteriormente esas columnas enlazazadas por el pendón, sufrieron una evolución la que detallamos en las imágenes que se exhiben al pie.




COMENTARIO DE UN LECTOR

Recoleta ha dejado un nuevo comentario en su entrada "EL FENÓMENO DE LOS NUEVOS COMPOSITORES ARGENTINOS": Bien por este artículo resaltando el empuje de esta nueva camada de artistas nacionales!
Publicado por Recoleta para SUPLEMENTO CULTURAL DE CLAVE 88 a las 19 de enero de 2010 10:28

domingo, 17 de enero de 2010

EL FENÓMENO DE LOS NUEVOS COMPOSITORES ARGENTINOS


La Nación, ADNCultura, Buenos Aires, Argentina, 17Ene10
Nota de Clave 88: el video ha sido agregado por Clave 88 y extraido de youtube.
Algunos trabajan en el país; otros brillan en Europa y en Estados Unidos. Son creadores de música contemporánea, que hacen centro en la clásica pero que se abren a los géneros populares. Reconocidos en el mundo, mantienen viva la tradición de la música "culta" de la Argentina. Quiénes son, qué hacen, cómo piensan
Por Pablo Gianera
De la Redacción de LA NACION
Un músico radicado en Francia contó en una ocasión que, al enterarse de a qué se dedicaba él, una amiga de su mujer comentó: "No sabía que todavía había compositores". La observación se crispa, y se vuelve un poco cómica, en la palabra "todavía". Realmente, para muchos, la figura del compositor es, como los goliardos o los trovadores, una formación histórica: algo que existió una vez y no volvió a repetirse. Seguramente, más arduo habría resultado para ella imaginarse el gentilicio "argentino" pegado al sustantivo "compositor". Podría reproducirse otro diálogo, oído al pasar después de un concierto. En el hall de la sala, cerca del pasillo que llevaba a los baños, un hombre abordó inoportunamente al compositor cuyas obras acababan de tocarse: "¿Cómo se llama esta música que usted hace? Le pregunto porque ya escuché muchas cosas parecidas". "Mire, se llama música de hoy", respondió, ya fastidiado, el compositor. La frase del curioso impertinente revelaba el reconocimiento de un aire de familia en la llamada música contemporánea (eso que la acerca más a un estilo que a un período), pero fracasaba en la detección de cierta condición fragmentaria que exhibe la composición en Argentina: allí donde no parece haber más que desemejanzas, el oyente ocasional encontraba similitudes. Quien, por ejemplo, haya ido hace pocas semanas al último concierto de becarios del Taller Melos/Gandini habrá advertido la fragmentación y el contraste: en un extremo, la evocación casi mahleriana de V, la pieza de Francisco Varela; en el otro, la discontinuidad de Sin puerta ni ventana, de Roberto Azaretto.

"Los chicos quieren estar muy a la page. Entonces usan técnicas extendidas y esas cosas. Por otro lado, no hay que olvidarse de que vivieron intensamente la etapa del rock. Lo que no siguen, por suerte, es la onda comercial tipo Golijov. Van a algo más duro. Pero creo que esta generación es mejor que la intermedia. Miran la música desde un lugar distinto del lugar desde el cual la miraba nuestra generación. La intención es parecida, porque nosotros también tratábamos de ser de vanguardia; finalmente nos escapamos de eso. Lo que se ve poco es la creación a partir de una necesidad íntima. Hay una desconfianza hacia la expresividad.

Y una conquista de los compositores de mi generación fue justamente el reconocimiento de la subjetividad; “tratar de que la obra fuera personal", explica Gerardo Gandini, figura decisiva, junto con Francisco Kröpfl y Mariano Etkin, cada uno de ellos con su poética particular, en la formación de buena parte de los compositores de hasta cincuenta años. A los nombres de esos maestros habría que agregar los de Marta Lambertini, Carmelo Saitta y Julio Viera.
Gandini tuvo además durante años ciclos en la Fundación San Telmo y en el Goethe-Institut. "Yo programaba la música que me gustaba. Por ejemplo, la de Luis Mucillo. Cuando, en la primera época del Goethe, toqué su obra Tres Sonetos de Petrarca, Mucillo, que tenía poco más de veinte años, vivía afuera; y yo dije que iba a repetir lo que dijo Schumann cuando escuchó la primera obra de Chopin: ´Sáquense el sombrero, señores; he aquí un genio´. Los compositores se dividen en dos clases: los que se dedican solamente a escribir música y a esperar que otros se la toquen, y los que escriben música y además organizan conciertos para tocar su música y la de otros. Entre estos últimos incluyo a Juan Carlos Paz y a Alberto Ginastera. Para los compositores más jóvenes, como para nosotros, la pregunta por el público no aparece. Componen, por ejemplo, para la Compañía Oblicua. Ahí tenés a Marcelo Delgado, su instrumento es la Oblicua. Él es un compositor que arma un grupo y toca la música de los demás y también la propia."
Cuenta Delgado: "Cuando fundé la Oblicua, en 2004, lo hice convencido de la necesidad de que volviera a existir un grupo estable, a semejanza de la Sinfonietta Omega, que había creado Gandini en los años 90. Estaba seguro de que, si demostraba que era posible trabajar con continuidad, otros grupos iban a ir apareciendo; el tiempo probó la validez del planteo: hoy existen cuatro o cinco ensambles que tocan un repertorio del que casi nadie en las instituciones oficiales se hace cargo. En 2009, estrenamos obras de veintidós compositores locales. Pero la Oblicua funciona casi sin financiamiento". A la Compañía Oblicua, deberían sumarse otras agrupaciones: el Quinteto Sonorama, el Ensamble Süden y el Ensamble Tropi, integrado por alumnos del Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla y dirigido por la pianista Haydée Schvartz. También se destaca la tarea del director y compositor Santiago Santero y algunos ciclos, como el de instrumentos solos que el violonchelista Martín Devoto organiza en el Centro Cultural de España en Buenos Aires; "Músicas en singular", en la Bibliteca Nacional; los conciertos en el Centro Nacional de Música, que programa el compositor Juan Ortiz de Zárate; el festival internacional de la Fundación Encuentros que dirige Alicia Terzian, además de la actividad oficial del CETC, el Teatro San Martín y el Tacec (el centro de experimentación del Teatro Argentino), donde Marcos Franciosi estrenará este año su ópera experimental El gran Teatro de Oklahoma.

Cuando se perdió el pudor
En octubre de 1997, se celebró en Santa Fe la Tercera Reunión de Arte Contemporáneo. El musicólogo Omar Corrado presentó allí una aguda y muy discutida ponencia que tituló "Del pudor y otros recatos", recogida luego en el n°60 de la revista Punto de Vista. Sería injusto condensar en pocas líneas el amplio paisaje teórico que presentaba Corrado. Baste señalar algunas de sus conclusiones sobre la generación de compositores que tienen ahora más de cincuenta años: una contención respecto de los extremos; la voluntad de no abandonar la serie estética, la autonomía formal de lo artístico, resistente a revelarse como texto social; precaución ante la inflación sentimental; desinterés por dialogar con materiales provenientes de los géneros populares.
Diez años más tarde, otro musicólogo, Pablo Fessel, compiló Nuevas poéticas en la música contemporánea argentina. Escritos de compositores, volumen fundamental editado por la Biblioteca Nacional. En esas páginas, el panorama que presentan los compositores más jóvenes es bastante diferente. En primer lugar por lo que uno de ellos, Pablo Ortiz, define como "generación diaspórica", en alusión a los compositores argentinos de extramuros. Así, entre los más jóvenes, Martín Matalón, Oscar Strasnoy y Luis Naón viven y componen en Francia; Osvaldo Golijov, Juan Pampín, Marcelo Toledo y Ortiz, en Estados Unidos; Juan María Solare, en Alemania; Erik Oña, en Suiza. Hay asimismo una diáspora interior, en los casos de Juan Pablo Simoniello y Adrián Rússovich, instalados respectivamente en Río Negro y en San Juan. El censo es sin duda incompleto, pero no por eso menos significativo. Por lo demás, a excepción de, en su momento, Mauricio Kagel y, ahora, Osvaldo Golijov -no casualmente los dos únicos argentinos, además de Piazzolla, que el crítico del New Yorker Alex Ross menciona en su libro El ruido eterno [ver aparte]-, pocos compositores consiguieron instalarse espectacularmente en el exterior, aun cuando a Fabián Panisello, radicado en España, Pierre Boulez le haya estrenado el año pasado la obra Aksaks en el Festival de Donaueschingen.
Los motivos del exilio son tan diversos como los individuos implicados. "No huí de la dictadura porque no fui directamente perseguido, pero mataron a un hermano mío meses antes del golpe. Nunca se supo exactamente quién lo había hecho pero era gente ligada a la Triple A y las mafias sindicales de La Plata. Ahí terminó mi adolescencia", explica Naón. En esa época, estudiaba con Roberto Caamaño en la Universidad Católica Argentina. "Tenía la impresión de que acá la cosa atrasaba un poco. Pero si hay algo argentino es la idea: ´Todo esto es una mierda; yo soy mucho mejor´. Yo no estaba exento de eso." El caso de Pampín, que trabaja en Seattle y estudió en Lyon, es un poco diferente. "Si bien había tomado clases de análisis con Kröpfl, yo me fui sobre todo a estudiar -explica-. Mi formación estaba empezando, pero acá ya me habían marcado mucho los conciertos que había escuchado, por ejemplo, en el Centro Cultural Recoleta. Gandini también ha difundido mucha música. Él fue el único que tocó, y muy bien, músicas de todas las estéticas. Ahora, ¿qué sería un compositor argentino? Me parece que el libro Nuevas poéticas... desmiente un poco esa idea. En Francia, donde la cultura es una política de estado, se generan caminos estéticos y personajes que marcan algo innegablemente francés. La marca argentina es el eclecticismo, la multiplicidad, la deriva. Personalmente, no me siento un compositor argentino, pero tampoco francés ni norteamericano."
Lo político aparece, con distintos grados de evidencia, en Tango del desamparo (1987), de Naón, en OÍD (2003), serie de variaciones sobre el Himno Nacional en la versión para piano de Juan Pedro Esnaola, de Pampín, y en cierto modo también en la instalación sonora Mayo, los sonidos de la plaza (2003) de Martín Liut, e incluso en Movimientos (2000), su pieza radiofónica en colaboración con Abel Gilbert. Justamente, lo político y la contaminación con los géneros populares son dos de las novedades que introducen algunos de los compositores nacidos en las décadas de 1950 y 1960. "Salvo casos muy particulares, todo compositor nacido a partir de 1950 pasó su adolescencia atravesado por la cultura musical popular en un sentido amplio", observa Liut. "Sin embargo, hasta bien entrados los años 80, la influencia de las músicas populares era objeto de sospecha. Después, muchos empezamos a mirar nuestras discotecas: ahí convivían Ligeti y Salgán, Emerson Lake & Palmer y Webern. En mi caso, se trató de reunir lo que estaba haciendo en forma escindida: mientras estudiaba composición ´culta´ tenía un trío de música popular con el que tocaba tango. Hasta que un día, el marimbista Angel Frette me lanzó el desafío de escribir algo para él, pero porque había escuchado a mi trío."
"Citaría dos casos -confirma Naón-. El de Matalón y el mío. Yo tocaba guitarra eléctrica en la secundaria, y él batería. Yo tenía una doble formación: por un lado, el rock, a través del cual componía y me expresaba; por otro, estudiaba piano, y antes canté en el coro del Teatro Argentino. Esas experiencias me llevaron a ser compositor. Hay trazos que todavía están presentes en mi música: el fraseo de la voz y una cierta expresión ligada a la improvisación en la guitarra. Me doy cuenta de eso después de una vuelta de más de 15 años." Los grados de explicitación de lo popular son variables. En una obra como Quodlibet, de Strasnoy, los materiales de la canción popular -de Charly García a Sandro- están deliberadamente al desnudo. Por el contrario, en Cancionero regional, de Delgado, lo popular aparece mucho más filtrado, según su idea del compositor como "contrabandista", que "lleva cosas de un lado al otro de la frontera que separa la llamada música popular de la otra (¿clásica? ¿culta? ¿académica?)".

Nacionalidad
Suele entenderse la música y la poética de Kagel como un correlato de las ideas de Borges acerca de la nacionalidad enunciadas en su ensayo "El escritor argentino y la tradición": el derecho a reivindicar toda la tradición occidental, la libertad respecto de los pensamientos hegemónicos, la imparcialidad en la elección de los materiales.
Efectiva o aparente, esa libertad contiene también sus restricciones, entre otras, la falta de financiamiento y encargos estatales. "Componer supone desde el inicio un acto de libertad y de restricción", explica la compositora María Cecilia Villanueva. "La libertad consiste en la permanente toma de decisiones sobre la realidad sonora por construir (la obra) mediante el recorte de las infinitas posibilidades que aparecen en el primer momento. Otro tipo de recorte pero restrictivo, que viene de afuera de la obra, es la reducida disponibilidad de algunas instrumentaciones, para no mencionar las poderosas cuestiones económicas y organizativas involucradas en la ejecución pública de la obra. Ese condicionamiento de la oferta instrumental influye, per se, en mayor o menor medida en el imaginario sonoro del compositor, que debe buscar el difícil e inestable equilibrio entre lo imaginado y lo posible."
Podría recordarse aquí una observación de Etkin, maestro de Villanueva en la Universidad Nacional de La Plata, en las notas al disco Latitud Sur, de la Compañía Oblicua, según la cual no conviene suponer que la música argentina es más europea que otras músicas latinoamericanas ni tampoco que es una manifestación del mito del buen salvaje. ¿Qué es entonces un compositor argentino? Y, sobre todo, ¿existe tal cosa?
Según Pampín, "hay algunos compositores que siguen una cierta tradición argentina ligada a lo vernáculo, como Gabriel Senanes. Es una especie de vertiente más oficial. Y después hay otras líneas que tienen más que ver con la formación argentina, compositores que estudiaron con Etkin o con Kröpfl y en cuyas obras aparece esa marca. Se nota allí la interpretación de una vanguardia internacional de una manera nacional. Esa música me suena muy argentina. Y también cierta austeridad en la manera de componer".
Más en línea con Borges que con Kagel, observa Mucillo: "No creo que en mi caso específico el acto de componer hoy en la Argentina o en cualquier otro país modifique particularmente las cosas. Esto se debe en parte al hecho de haberme dedicado desde hace bastante tiempo a elaborar lo que considero, con algo de resignación, un estilo personal, al que he tratado de dar continuidad a pesar de los cambios y evoluciones de mi lenguaje; se debe también a la condición de exilio y de perpetuo residir en el extranjero, que me parece en el fondo inherente a todos los seres humanos. En la Antigüedad solía compararse al hombre con un árbol invertido, cuyas raíces crecen en el cielo mientras que la copa se inclina hacia la tierra; Novalis decía que estamos siempre de retorno a casa, pero evidentemente no se refería a la casa de los recuerdos donde con menor o mayor felicidad transcurrió nuestra infancia. Es razonable dudar de la existencia de semejante patria celeste: ello no torna menos apremiante su nostalgia".
La inclusión del bandoneón en algunas de sus obras convirtió a Naón en víctima del malentendido y de la demanda extranjera de color local. "Los que están acá y los que estamos afuera nos apropiamos de cosas con mayor facilidad. La película que se hacían afuera era que yo venía del tango. Y la verdad es que yo no sé de dónde vengo, pero seguro que no del tango. Mi papá escuchaba tango, pero mi mamá cantaba Fauré y Debussy. Así que huí para otro lado. Entiendo que, en cambio, alguien como Golijov no huyó. Llegó a un compromiso en el que la cosa funcionaba súper bien y dijo: aquí me quedo. No es un juicio de valor." Notablemente, las posibilidades del bandoneón le fueron reveladas a Naón por Guy Reibel, su profesor de electroacústica en Francia.
"La de la música argentina es una historia que tiene una problemática común a las demás artes de nuestro país, pero también sus particularidades", observa Liut. "Entre otras, lo particularmente potente que ha sido el paradigma de la música absoluta en nuestra música y aquel comentario de Corrado sobre los ´pudores y recatos´ de nuestra producción musical. Estas dos últimas condiciones han sido superadas en esta década. Compositores que exploran lo que se llama ´arte sonoro´, y el cruce con músicas populares lo demuestran. La superación de los pudores y recatos tiene en Oscar Edelstein un referente para mí, en la idea de no tenerles miedo a la desmesura y el error. Algo en común con otros compositores es haber salido de la institución arte hacia espacios no convencionales, como la intervención sonora de espacios públicos. Aquí surgen nombres como los de Gabriel Paiuk o Miguel Galperín."
Más allá de esa afirmación, domina un espíritu poco gregario, o por lo menos una sutil desconfianza sobre la existencia de afinidades: "Es difícil decirlo y tampoco es algo que me preocupe demasiado -dice Villanueva-. Muchas veces no se es consciente de las relaciones que se puedan establecer entre la obra propia y las músicas de otros compositores contemporáneos o del pasado. Es un fenómeno dinámico y cambiante".
Mucillo es más radical: "Creo que cada compositor está comprometido en su búsqueda y que las diferencias impresionan mucho más que las similitudes. Algunos de los más jóvenes se vuelven hacia el tango o el folklore, ya sea por gusto personal o tratando así de afirmar una hipotética identidad nacional. Hablando como compositor húngaro, [György] Kurtág señalaba que la música de Bela Bartók había significado algo así como el descubrimiento de su lengua materna, y supongo que ése habrá sido el caso de muchos de sus compatriotas. Pienso que nada comparable podría afirmarse en la Argentina, pero que la ausencia de un antepasado emblemático en cuyas aguas abrevar nos libra a una suerte de feliz diversidad en la que cada compositor ensayará y realizará su propia manera (inescrutable, quizá) de ser argentino, sin que esto implique forzosamente el recurso a un telurismo folklórico más o menos ancestral".
Pero la inexistencia de comunidades no supone necesariamente una desventaja. "No veo un rasgo común a todos. Sería empobrecedor que así fuera -dice Delgado-. Creo en una perspectiva crítica acerca de la música que nos llega desde las grandes usinas productoras (europeas, básicamente), usando de ellas lo que nos sirva para generar lenguajes propios. Entre nosotros, la clonación ha sido una práctica bastante habitual en las últimas décadas. Todos estamos un poco aburridos de algunas cosas que venimos escribiendo y escuchando, y nos cuesta aceptarlo. Hay un respeto nostálgico por esas tradiciones y un temor a salir de ellas, como quien abandona un territorio conocido y no sabe dónde pisar. Mi respuesta sería: hay que pisar precisamente allí."
La situación de la música contemporánea muestra un aire de familia con la de la poesía: circulación lateral, independencia, minorías fervorosas. Pero ambas, música y poesía, se conectan también de otra manera más profunda que la de las meras condiciones de recepción. Desde siempre, en la poesía se reveló, cifrado pero vívidamente, el estado de una lengua, y en ocasiones también su futuro. Es posible que en la pura configuración de una música incondicionada por las demandas del mercado nos esperen revelaciones semejantes. Tal vez haya sonidos que esperan ser atendidos.