martes, 19 de enero de 2010
COLUMNAS ENVUELTAS EN CALIGRAFÍA
Clarín, Buenos Aires, Argentina, 19Ene10
En Cádiz, España, Rafael de La-Hoz acaba de inaugurar dos torres cilíndricas cubiertas por una gran celosía calada en la que se lee la frase romana "Non Plus Ultra". Los usos de una metáfora mitológica.
por Miguel Jurado.
mjurado@clarin.com
Se nos ha pedido una torre y hemos decidido hacer dos". Con estas palabras, el arquitecto español Rafael de La-Hoz explica la estrategia proyectual y la idea principal de lo que es hoy el proyecto más alto de Andalucía. Este edificio de oficinas y usos comerciales se alza frente a la bahía de Algeciras, con vistas al estrecho de Gibraltar, un lugar en el que se unen dos mares y se separan dos continentes. Es también una evocación mítica, una propuesta simbólica y una apuesta ambiental.
Con su forma cilíndrica, las torres recuerdan las Columnas de Hércules, construcción mitológica que se repite desde tiempo inmemorial en toda la iconografía andaluza. Además, estos cilindros están protegidos por una celosía de hormigón que evoca a la arquitectura morisca y hace las veces de protección solar del cuerpo central acristalado. Por último, De La-Hoz aprovechó el calado de ese tamiz exterior para inscribir la frase romana que establecía, en ese punto, el fin del mundo conocido: "Non Plus Ultra". Bueno, no por casualidad, el edificio lleva el nombre de Torres de Hércules. Sin embargo, la referencia histórica surgió en etapas posteriores del proyecto. La primera pulsión creativa tuvo un sentido estético: conseguir mayor altura, por lo menos, visualmente.
Con una altura limite de cien metros y una superficie por planta de mil metros cuadrados, los proyectistas se encontraron con el problema de que la esbeltez del edificio sería escasa.
Decidido a lograr una proporción bien vertical, el equipo articuló la planta en dos lóbulos unidos por el núcleo de circulación vertical y un puente. Pero, a medida que el proyecto avanzaba, las decisiones fueron más allá de lo formal. "Finalmente, las plantas de las torres han resultado ser circulares –explica De La-Hoz como si se tratara de una fatalidad ajena a su voluntad o de un mandato divino –. Esto solo puede entenderse como consecuencia de la razón intuitiva, que en arquitectura también tiene sus motivos". Está claro que el peso mitológico de ese rincón del mundo empujó a que los arquitectos bucearan en el significado del lugar. Así, las torres terminaron siendo dos columnas, un reflejo de las que alumbraron el mito heleno primero y romano después.
Cuenta la leyenda que Hércules (Heracles, entre los griegos) decidió abrirse paso cuando regresaba a casa después de alguna de sus hazañas; para eso se apoyó en las rocas de Gibraltar y Musa (las Columnas). Así, el forzudo héroe separó Europa de Africa, conectó el Océano Atlántico con el mar Mediterráneo y creó el famoso estrecho. Desde entonces, ese lugar indicaba el Fin del Mundo.
Pero la complejidad del simbolismo de las torres es mayor. Para el arquitecto español, su obra también remite al paisaje industrial, plagado de chimeneas, que hoy caracteriza a la zona. "Son dos torres, dos columnas, dos chimeneas. Una arquitectura de encuentro entre dos significados", asegura De La-Hoz. Como detalle distintivo, un exoesqueleto construido con encofrados deslizantes protege a las torres del sol y las inclemencias del clima marítimo. A modo de celosía gigante, sus columnas y vigas se entrelazan con letras dispuestas según un código caligráfico que repite la frase "Non Plus Ultra" en todo su perímetro. "Las torres, meticulosamente caligrafiadas, hablan literalmente del mito y de los invariantes propios de la arquitectura local y sus arquetipos: la luz, el blanco y la sombra", explica su autor.
Te quiero alta y verde
El conjunto, de 20 pisos y 126 metros de altura, emerge de un lago artificial situado en su base. El recurso busca espejar la imagen de las torres y dotarlas de mayor altura visual.
También la entrada principal al terreno fue ubicada con criterios ópticos. Es un acceso para peatones y vehículos que permite una visión despejada de las torres.
A su vez, la entrada al edificio propiamente dicho está destacada por un largo muro calado que oficia de lateral y baranda del puente que permite sortear el espejo de agua de la base. Dado que se trataba de un terreno bajo, los proyectistas evitaron enterrar los estacionamientos. En su lugar dispusieron un espacio para 200 autos detrás de las torres y lo organizaron con un entorno arbolado. Cada torre tiene una planta circular de 25 metros de diámetro con un núcleo vertical excéntrico que funciona como núcleo rígido y aloja las instalaciones y los ascensores. Un prisma cristalino envuelve los puentes que unen las dos partes del núcleo.
En la última planta del conjunto, el equipo de De La-Hoz echó mano a otro recurso proyectual para acentuar la esbeltez del edificio: prolongó la celosía de hormigón más allá de la terraza. En ese último nivel, encima de un restaurante mirador, los proyectistas dispusieron una terraza con vistas panorámicas, protegida del viento por la extensión vertical de la envolvente. Así, a través de los huecos de la celosía de hormigón, los visitantes pueden disfrutar de vistas únicas sobre la Bahía de Algeciras, el Estrecho, el Peñón de Gibraltar, el Monte Musa y el Parque Natural de los Alcornocales.
Todos los elementos que componen la celosía tiene un espesor constante de 40 centímetros, lo mismo que las losas sin vigas de cada piso. Para darle unidad al conjunto, prácticamente toda la estructura se ejecutó en hormigón blanco visto. Los constructores fueron instruidos para elegir cuidadosamente los áridos y el cemento blanco de la composición con el objetivo de conseguir un color "arena", considerado fundamental por el estudio.
El diseño del edificio, y en especial su singular fachada, permitieron reducir considerablemente el consumo energético. Por un lado, la masa de la celosía de hormigón, del núcleo y de las losas, le confieren una gran inercia térmica al edificio. Por otro, esta celosía protege del exceso de asoleamiento sobre el cerramiento de vidrio que permanece oculto en el interior. Allí, las carpinterías de piso a techo permiten una iluminación natural extraordinaria ya que cada planta cuenta con ventanas a todas las orientaciones. Además, las ventanas se pueden abrir, lo que permite ventilar naturalmente el ambiente.
Por otro lado, como se dijo, el hecho de que gran parte de los paramentos verticales sean de hormigón visto produjo un ahorro considerable en materiales de terminación. Las condiciones ambientales del entorno pueden considerarse muy agresivas (proximidad al mar, entorno muy industrial, fuertes vientos que transportan arena) por lo que en el exterior se usaron materiales inalterables que reducen al máximo el mantenimiento y reposición de ellos durante la vida del edificio. También se siguieron criterios sustentables en el diseño de los exteriores. Se intentó reducir el impacto del estacionamiento en superficie evitando el uso de asfalto. Las zonas circulación vehicular y estacionamiento se adoquinaron y se combinaron con adoquines de hormigón que permiten el crecimiento del pasto para no interrumpir la "respiración del terreno". La laguna artificial que rodea las torres también tiene la intención de mejorar las condiciones ambientales y paisajísticas: el agua es tratada y reciclada constantemente.
Metáforas verdaderas
Hace tiempo que el estudio de De La-Hoz muestra una acentuada preocupación por el tema ambiental, pero se distingue de otros estudios por el tratamiento arquitectónico que logra de los recursos que usa para alcanzar dicha sustentabilidad. Por ejemplo, en la nueva sede de Telefónica en las Tablas –Distrito C–, De La-Hoz utilizó un cristal de aspecto blanquecino que unifica todo el conjunto. Esa envolvente es una doble piel de vidrios serigrafiados que disminuyen la radiación solar en el interior sin quitar la visión del exterior. Además, un gran techo, tapizado de captadores solares, cubre todo el conjunto.
La metáfora, otro de los temas que se ven claramente en Torres de Hércules, también es un recurso creativo recurrente en el estudio madrileño. El edificio de las Cámaras de Comercio de Madrid, por caso, utiliza la alegoría de una cámara fotográfica. Se trata de un gran prisma puro con sólo tres aberturas por las que se pueden ver grandes volúmenes interiores realizados en distintos materiales. Para explicar la idea que le da vida a su proyecto, De La-Hoz vincula la palabra "cámara", de la institución, con la que designa a un sitio de reunión y el aparato fotográfico. Compara el vocablo español con sus equivalentes alemán e inglés y llega a asociaciones asombrosas que son el disparador conceptual de su creación.
En Torres de Hércules, la asociación metafórica es más lineal, pero, a los ojos del público, las referencias históricas resultan invisibles o, cuanto mucho, suficientemente complejas como para dejar lugar a la fascinación sensorial. Es que, ducho en el manejo de disparadores creativos, De La-Hoz sabe eludir las trampas de la metáfora y reconoce que en un edificio vale su belleza. «
Nota de Clave 88: Las Columnas de Hércules en lo material han dado lugar a la creación de un símbolo que ha movido y sigue moviendo al mundo.
Es el símbolo $, originalmente impreso en monedas de un real de la ceca de Potosí.
Las dos columnas envueltas en un lienzo con la frase latina “Non Plus Ultra”, como signo que más allá no había nada. Posteriormente a 1492 el mote se cambió por "Plus Ultra" (Más allá) simbolizando la gesta de Colón que había extendido a los ojos europeos la dimensión de la tierra. Posteriormente esas columnas enlazazadas por el pendón, sufrieron una evolución la que detallamos en las imágenes que se exhiben al pie.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario