sábado, 5 de junio de 2010
UN TALENTO DE DIOS EN EL COLÓN
La Nación, Buenos Aires, Argentina, 05Jun10
Con apenas 9 años, la pianista Natasha Binder sorprendió a todos con su interpretación junto a la Filarmónica
FOTO: Natasha Binder, anteayer, en el concierto de la Filarmónica, en el que interpretó un concierto para piano de Beethoven, y tras ser ovacionada, volvió para dos bises Foto: Rodrigo Néspolo
La pequeña Natasha Binder lleva una estirpe de músicos en su sangre. Desde antes incluso de aquel 26 de septiembre de 2000, fecha de su nacimiento, en Bruselas, seguramente ya escuchaba tocar el piano a Karin Lechner, desde su seno materno. Asimismo, uno puede imaginar a esta niña en la cuna o en los brazos de su tío Sergio Tiempo y de su abuela Lyl, que, sorprendida, fue la primera en escucharla rogarle que le enseñara cómo hacer para que sus finos deditos pudieran hacer escalas y arpegios sobre el teclado de su piano.
¡Y cuál habrá sido el asombro de la familia cuando estudió y memorizó obras de Bach para ofrecerlas en las pequeñas, pero frecuentes reuniones de alumnos de su mamá, en esa casa que fue estudio y centro de reunión de amigos y de artistas y que seguramente lo seguirá siendo por muchos años!
¡Y qué impacto emocional habrán vivido todos ellos, cuando Natasha tocó por primera vez como solista de un concierto sinfónico en Londres y de su delicada personalidad se escuchó el segundo movimiento del concierto K 467, de Mozart, el del maravilloso andante que contiene una famosa melodía que parece una deliciosa aria a media voz, una cantilena con las cuerdas en sordina, pizzicati de los bajos y vacilantes tresillos que aparecen como pinceladas mágicas!
Un orgullo nacional
Por eso, asistimos con un orgullo legitimo a la existencia, vida y evolución de un ser tocado por el destino para ser una gran concertista, pero con las características de parecer un nuevo y hermoso milagro de Dios, más allá de todo lo que en es una realidad de su pasado genético. Además, viene a ratificar que los genios de la historia del arte han existido y que nadie puede poner en duda la contundencia del asombro y la de la realidad. Así como se ha dicho en los libros que Mozart tocó a los cinco años, así en los siglos por venir, se dirá que Natasha fue un prodigio.
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