jueves, 3 de septiembre de 2009

CULTURA: REFERENTE DEL RENOVADOR MOVIMIENTO DE LA "NEOFIGURACION".- ABRE UNA MUESTRA DE MACCIÓ, UN ARTISTA ACTUAL QUE APUNTA AL CORAZÓN


Clarín, Buenos Aires, Argentina, 03Sep09
El pintor argentino expone 14 de sus obras en la UCA, hasta el 18 de octubre.
Por: Marina Oybin
Fuente: ESPECIAL PARA CLARIN
Foto: Ola Moebius. Romulo Maccio frente a una de sus obras, en la muestra que inauguro en la UCA. (Universidad Católica Argentina)
El genial Rómulo Macció arriesga. Eso es lo primero que se percibe al ver las catorce pinturas expuestas en el Pabellón de las Bellas Artes de la Universidad Católica Argentina (UCA), que pueden visitarse desde hoy hasta el 18 de octubre. Con maestría, se lanzó una y otra vez al vertiginoso oficio de reinventarse. Son obras grandes, imponentes, pintadas en sitios que ama, y en los que vivió: Roma, Nueva York, Bs. As., Castilla. Un pub irlandés a pasos del atelier que tuvo en Manhattan, el vapor que inunda las calles neoyorquinas y que lo fascina. Sus inolvidables Ola Moebius y Barco petrificado de Pegüen-Có. Imperdibles: El crimen de Narciso, Babuino di Roma.

Allí está también Familia italiana, el primer lienzo que pintó cuando fue a vivir a La Boca y el pasado se hizo carne inesperadamente: "Me despertó la idea de pintar a mis antepasados que llegaron al puerto", recuerda. El joven que en 1961 creó con Ernesto Deira, Luis Felipe Noé y Jorge De la Vega el emblemático grupo "Otra Figuración". El artista que en 1963 obtuvo el primer premio internacional del Instituto Di Tella. Y no paró.
Macció participó varias veces en la Bienal de Venecia y en la de San Pablo. Realizó cientos de exposiciones en el país y en el exterior. Uno de los máximos exponentes de la pintura argentina, cuya obra integra la colección del Guggenheim de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de París y el Reina Sofía. Sí, Macció se animó en su carrera una y otra vez a saltar al vacío.
Dicen que este artista que definió su pintura como "un vómito del alma" es reservado, que no le gusta hablar. Sin embargo, todas las elucubraciones se disuelven al instante. Macció, a sus 78 años –un verdadero dandy, hay que decirlo– despliega generoso humor y franqueza. De entrada, confiesa que se tomó unos cuantos whiskies ("Se me nota mucho?", consulta).

"¿Sabés cómo me duele esto?", dispara antes de empezar la entrevista. Pero al rato, esa sensación comienza a abandonarlo.
–¿Por qué le duele?
–No sé, me molesta mucho. Vos haceme preguntas, yo te contesto.

–¿Cómo organizó la muestra?
–En esta selección busqué representar dentro de mi pintura lo que es la calidad pictórica. No me interesan las novedades ni lo insólito, ni sorprender a nadie. Quiero hacer una síntesis concentrada, con intensidad. Demostrar que he hecho cuadros que tienen calidad pictórica tradicional.

–¿Por qué las fechas de las obras (excepto algunas firmadas) no aparecen en los rótulos de las obras, ni en el catálogo?
–No las he puesto en ninguna parte porque me he dado cuenta que estamos en una vorágine por lo novedoso. Pero, una sinfonía de Brahms ¿cuántas veces se ha repetido? Miles. ¿Y no puedo mostrar los mismos cuadros yo? A los pintores nos exigen todo el tiempo novedades. Estoy mostrando lo que hice últimamente, pero también obras anteriores. Detesto la cronología. Me parece que hay un error cuando se habla del arte contemporáneo: el arte contemporáneo es la Gioconda. No existe el arte contemporáneo. Todo es contemporáneo cuando la gente disfruta y se emociona frente al arte de otras épocas. Miguel Ángel es contemporáneo.

–Tampoco tiene título esta muestra.
–Esto es una selección de pinturas. Vengan a ver lo que yo he hecho y nada más. No creo mucho en ponerle títulos a las exposiciones.

–Hoy, ¿le produce cierto vértigo lanzarse a pintar?
–No. La pintura nace en la cabeza, luego la lleva la mano, el corazón le pone la emoción. Yo interpreto temas de la realidad. Soy un pintor natural, naturalista, como todos los pintores de la historia del arte que transformaban la realidad en materia pictórica. No tengo segundas intenciones.

–¿Le aburren las justificaciones post obra?
–Me aburre absolutamente la conjetura en la pintura. El concepto en la pintura. El daño que ha hecho un tipo que se llama Marcel Duchamp porque se sintió inhibido de pintar y le puso los bigotes a la Gioconda. Es muy fácil burlarse de la Gioconda, lo difícil es pintar como Leonardo Da Vinci.

Seguimos recorriendo la sala. Macció recuerda sus pasos por la neofiguración, "esa rebeldía se va con los años", dice. Se detiene en cada obra. Es un hombre pasional, alegre. Definitivamente, ya no "duele" la entrevista.

"Con los años la pintura se ha intelectualizado, pero no tiene sentido hacerlo: es una expresión natural de la vida, como hacer el amor o cantar", dice.
–Se lo aseguro: no existe el arte contemporáneo, el arte es eterno. Piero della Francesca, Leonardo, Velázquez, son pintores contemporáneos. Si te conmueve, si te toca el corazón, entonces es contemporáneo.


–¿Qué le conmueve hoy?
–Esta exposición, por supuesto (se ríe con ganas). ¿Has visto algo mejor? ¿Alguien vio algo mejor?

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