miércoles, 26 de agosto de 2009
25 AÑOS SIN TRUMAN CAPOTE
El País, Madrid, España, 25Ago09
Se cumple un cuarto de siglo de la muerte del padre de la novela de no ficción
BARBARA CELIS - Nueva York -
"Sagaz, amable, divertido y extremadamente cariñoso. Pero bajo los efectos del alcohol su agresividad se disparaba, mordía". Así describió el fotógrafo Richard Avedon a uno de sus mejores amigos, el escritor estadounidense Truman Capote, con quien colaboró en el reportaje del que después nacería un libro sin el que es imposible entender la literatura o el periodismo actual, A sangre fría. Hoy se conmemora el 25 aniversario de la muerte de este escritor extremo, polémico y genial que con aquel título abrió las puertas de lo que se llamaría la novela de no ficción, uno de los géneros quizás más exitosos de la actualidad.
Falleció en Los Angeles mientras dormía a los 59 años, víctima de una flebitis y con múltiples sustancias tóxicas en su cuerpo. Fue un final triste para un hombre que había alcanzado fama internacional en 1965 con la publicación de A Sangre fría y que tras aquel triunfo no consiguió volver a escribir practicamente nada relevante en dos décadas. Antes de la publicación de aquel libro Capote ya era un conocido escritor no excesivamente prolífico pero al que títulos como Desayuno en Tiffanys y múltiples relatos cortos le hicieron ganarse la admiración de sus contemporáneos. Su estilo hizo que autores como Norman Mailer le definieran como "el escritor más perfecto de mi generación".
Además de su talento como escritor, Capote tenía fama de ser un conversador excepcionalmente entretenido, por lo que tanto la intelectualidad neoyorquina como las celebridades más frívolas de la época se lo rifaban para que acudiera a los eventos. Sin duda eran otros tiempos puesto lo que hoy se busca es la compañía de personajes huecos como Lindsay Lohan o Paris Hilton. Aunque, al igual que esas famosas de la actualidad, Capote también acabó ahogándose en su propio éxito y fue carne de revista rosa que explotó sus debilidades alcohólicas hasta el final. Según contaba Philipp Seymour Hoffman, quien le interpretó en la oscarizada película Capote hace cuatro años, "era un hombre que no tenía poder sobre sus propios demonios. Pero eso no es una excusa. Hizo cosas que tienen que ser criticadas. Pero tenía algo que le impedía superar sus propias compulsiones y eso acabó con él". Aquel filme se centraba en la historia que rodeó la construcción y publicación de A sangre fría, un libro que originalmente nació como un reportaje de investigación para la revista The New Yorker. El sangriento asesinato de una familia en un paraje de la América profunda fue el punto de partida para una historia que llevó a Capote hasta Holcomb (Kansas), donde su carácter extravagante y su homosexualidad explícita le hicieron en un primer momento, ser rechazado por los habitantes del pueblo.
No obstante, su perseverancia y su encanto personal le ayudaron a ganarse su confianza y así pudo comenzar a escribir una historia entorno al crimen y sus consecuencias en la que incluyó las miradas de los habitantes Holcomb y que dio un giro radical cuando los asesinos fueron arrestados. Ahí fue cuando decidió que el relato podría convertirse en libro. Capote optó por hacerse amigo de uno de los asesinos, Perry Smith, para poder incluir en su libro también su punto de vista y cuando tuvo todo el material listo, se alejó de él y le abandonó a su suerte, esperando con ansiedad a que fuera ejecutado para poder publicar su novela. Esa larga espera de seis años pudo con él, según sus contemporáneos. Capote había nacido en Nueva Orleans y su infancia estuvo marcada por la soledad. Sus padres se divorciaron cuando apenas tenía cuatro años y fue criado por parientes lejanos hasta que a los 11 años se mudó a Nueva York con su madre y su padrastro, de quien tomó su apellido. Se refugió pronto en la escritura y con veinte años ya estaba publicando sus relatos en revistas como Harper's Bazaar o The Atlantic Monthly. Su primera novela fue Other voices, other rooms, un éxito de crítica que le dio fama instántanea en 1948. Ahí comenzaron sus años de gloria con colaboraciones en Broadway y en Hollywood y otros éxitos sonados como Desayuno en Tiffany's. No obstante fue A sangre fría la novela que puso el broche a una trayectoría que sin embargo, cayó en picado tras aquel libro. Se volvió alcohólico y las noticias sobre sus entradas y salidas de las clínicas de rehabilitación sustituyeron a las relacionadas con su obra, que pasó a ser casi inexistente.
Curiosamente, más de 20 años después de su muerte, se descubrió la existencia de su primera novela, Summer Crossing, nunca publicada, y cuyo manuscrito se creía perdido. Se editó en 2006 y fue muy bien recibida por la crítica.
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