viernes, 30 de octubre de 2009

UN TONTO SENTIMENTAL


La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, 30Oct09
Lejos de haberse muerto cuando su autor lo dejó de dibujar, el personaje del Negro Fontanarrosa protagoniza ahora una bien lograda película.
Por Emanuel Rodríguez
Especial
No podés volver si no te fuiste: hay regresos que son sólo un exceso de parafernalia para decir que hay cosas que siempre están. Como Boogie, el aceitoso, un personaje que se negó a morir cuando su propio autor lo dejó de dibujar, y que se niega a morir ahora que ese autor, Roberto Fontanarrosa, ya no pisa el mismo maldito suelo de los vivos. Es el destino de los clásicos.

Por eso, más que un rescate nostálgico, más que un homenaje, la película Boogie, el aceitoso es, por suerte, una recreación, un ejercicio lúdico: ver al mastodonte en movimiento, darle a la bestia la oportunidad de actualizar su tierna crueldad. El filme adapta algunas aventuras de la tira "sobre todo sus remates cómicos, las frases que hicieron de Boogie un diccionario ridículo de la brutalidad masculina" a un guión acorde a la naturaleza incorrecta y ultraviolenta del personaje.

Así, el guionista Marcelo Paez Cubells se las arregla para poner a Boogie en situación de preocuparse, no porque le disparó a su chica y le provocó un susto de antología, sino por haberle errado a un blanco a dos metros… o en un diálogo que le permite citarse en su máxima expresión: "Todo lo humano me es ajeno". Lo vemos, a Boogie, como si Quentin Tarantino hubiese decidido filmar su biografía: sucede que los realizadores de la película han sabido encontrar la aberrante belleza que reside en la ficción ultraviolenta, el giro cómico que resulta del exceso y la libertad que otorga prescindir de la metáfora. Boogie no es una sinécdoque de la sociedad. Es su resultado pluscuamperfecto, su derivación lógica.
La locura criminal de Boogie es la consecuencia natural de la razón occidental, mostrada con una brutalidad que provoca risa. Todo se cubre de rojo mientras Boogie sonríe, y los cuerpos débiles sucumben, despojados de cabezas o de cualquier miembro que se cruce en el camino del asesino a sueldo. La película, como la historieta, lleva al extremo de la parodia los lugares comunes de la novela negra y del cine de acción hollywoodense, recrea al Boogie de la primera época, un hombre de acción que luego, en el papel, se convertiría más en testigo implacable de la corrupción que en su agente.
Aquí, con la voz de Pablo Echarri, aparece en su versión más enérgica, para recordarnos que en un mundo cuyos valores son la rapidez y la eficiencia, los mejores empleados son las balas.
No podés volver si no te fuiste: cuando Boogie te apunta y te dice "para ustedes también hay", sabés que algo de él siempre ha estado aquí, ayudándonos a verle el lado ridículo al desastre, a reírnos de la desesperanza, y a sucumbir como tontos sentimentales ante cualquier verdad que salga de los labios de una bella mujer bañada en la sangre de los enemigos.

1 comentario:

facundo dijo...

hola de nuevo:
Excelente caricatura y mejor pelicula, es una version del argentino que todos tenemos adentro, la frase "para vos tambien hay", es una version mas light de la de maradona la cual no voy a citar para no arruinar esta pagina cultural