viernes, 3 de octubre de 2008

FINGIENDO SER BORGES


La Nación, Buenos Aires, Argentina, 03Oct08
Por Asher Benatar
Para LA NACION
Desde hace algunos años, circula por Internet un poema a todas luces apócrifo. Su autor (o autora: según dicen, sería una ¿poeta? norteamericana) parece no haber encontrado mejor cosa en que ocupar su tiempo que escribir algo que, pese a su inescrupulosa torpeza y a su difusión no ha conseguido ni siquiera rasguñar el prestigio de un escritor monumental: Jorge Luis Borges.
El engendro se titula Instantes
. Una sola de sus estrofas bastaría para dejar al descubierto la impostura. Elijo: "Si pudiera vivir nuevamente mi vida/comería más helados y menos habas./Yo era uno de ésos que nunca iba a ninguna parte sin termómetro,/una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas". Y siguen los desatinos: "Comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera,/daría más vueltas en calesita " ¿Les suena el estilo? Si es así, los felicito. Los que aman la literatura y la poesía de Borges, después de leer esta pieza tan horrenda seguramente viajaron del estupor a la indignación para llegar, finalmente, a la risa franca que merece un despropósito semejante. Internet es un medio formidable de comunicación y difusión. Sin duda, navegar por ella es una aventura asombrosa. Cualquier dato o biografía, que en otro tiempo nos hubiera significado pasar días enteros de biblioteca en biblioteca, en la web se obtiene al instante. Pero al mismo tiempo es una forma de difundir impunemente injurias de este tipo, en las que Borges parece lamentarse por no haber corrido descalzo comiendo helados mientras destrozaba bolsas de agua caliente. Actualmente hay otro "poema" apócrifo de Borges que circula por Internet. Es de parecida calaña al que me referí en los párrafos anteriores. Lleva el didáctico título de Aprendiendo y responde a todos los cánones de las cadenas que circulan por Internet: tono tiernamente admonitorio, el inevitable culto a la amistad generosa, una pizca de saber perdonar, tres cucharadas de carpe diem y algunas otras cosas más en las que no vale la pena extenderse. Desde el punto de vista del lenguaje, no vamos a analizarlo, porque sería perder el tiempo. Bástenos saber que el impostor, al igual que en el caso anterior, ni siquiera se toma el trabajo -estéril, claro- de imitar el estilo del gran escritor argentino. No pone cuidado en la adjetivación, se desentiende de la economía de lenguaje que el gran ciego ejercía, habla de que "el amor no es acostarse". ¿Alguien puede concebir en Borges una tan pedestre elección de palabras? ¿Alguien lo imagina escribiendo en sus poemas la palabra "acostarse" para designar el acto amatorio? Yo sé que no hay que endiosar a nadie. Sé también que alguna celebridad del arte debe de haberle dicho a su hijo: "Comé, que estás flaco", y que esto no hace trastabillar ningún prestigio, pero no aceptaríamos una frase así en un poema. Como deduje que legalmente nada puede hacerse, he planeado los más crueles castigos para con el anónimo impostor, pero después, siguiendo los consejos de las cadenas de Internet, he decidido practicar el perdón. Lo que me intriga son los motivos que tuvo este delincuente. Supongo que al enfrentarse con su propia incapacidad quiso que algunos de sus mamarrachos circulara disfrazado de Borges. Igual que los que delinquen para salir en los periódicos y obtener notoriedad. Y al llegar a esto, surge en mí una duda: ¿al escribir esta columna no le estaré haciendo el juego? ¿No es lo que el malhechor intelectual había querido? ¿No sería mejor hacer lo que seguramente haría el viejo maestro: reírse con los ojos cerrados, con esa risa tan de Borges?

1 comentario:

Agustin Letrado dijo...

Realmente es increíble que ese poema pueda llegar a ser considerado de Borges y sin embargo se lo sigue "confundiendo"