lunes, 16 de julio de 2007
EL ENCADENAMIENTO DE LOS TIEMPOS PASADOS (V)
Las Razas – Entrega 5
“Raza” es el término empleado para indicar una cualidad distintiva innata en algún grupo de seres vivientes. En este sentido, las señales físicas distintivas de la raza, saltan a la vista para cualquier persona.
En el mundo occidental estuvieron siempre de moda las explicaciones “raciales” de los fenómenos sociales.
En este sentido, se ha considerado que las diferencias raciales del físico, son inmutables y que también, por extensión, ellas evidencian diferencias raciales de la mente de esos mismos humanos. Esta concepción, muy extendida del racismo en Occidente, en realidad tiene poco que ver con las actuales hipótesis científicas. Claramente, es un prejuicio que no está respaldado por sólidos fundamentos y lo podemos calificar como una reflexión seudo-intelectual originada en el plano de los sentimientos.
Esta forma de ver a las razas, surge a fines del siglo XV, cuando nuestra civilización occidental se expande por la Tierra, nacida como consecuencia del contacto, a menudo en condiciones desfavorables, entre sociedades cuyos representantes se encontraban en extremos opuestos de la gama de variedades físicas del homo sapiens.
Este tipo de sentimientos raciales eran desconocidos en la sociedad occidental de tiempos anteriores.
Durante los llamados “tiempos oscuros” de la Edad Media, es decir durante los tiempos que precedieron al último cuarto del siglo XV, se creía que la Humanidad constituía un todo y se dividía a la familia humana en cristianos y paganos; no por diferencias antropomórficas.
Debemos ser justos en admitir que tanto intelectualmente como moralmente esa concepción era mejor porque la religión constituye un factor mucho más importante que el color de la piel. Se pensaba que era algo así como que todas en el rebaño son ovejas, unas pastando en el llano y otras en la montaña, en vez de la consideración actual de que unas son ovejas y las otras son cabras.
A los ojos de los cristianos occidentales medievales, cuando miraban más allá de su mundo, los paganos, no eran inmundos ni unos irrecuperables, sino eran también cristianos potenciales.
Consideraban con toda seguridad, que las diferencias estaban previstas en la disposición del Mundo por Dios. Por ello los artistas solían representar como negro a uno de los Reyes Magos.
El cambio de la concepción anterior a la actual en cómo diferenciar las razas, ha llevado a pensar, de que el convertido sólo puede encontrar su salvación en la fe del hombre blanco, pero aun así y adquiriendo su cultura y su lengua, más aun, participando de la economía blanca, sigue siendo mirado como un diferente, como un extraño y que en el fondo, su participación será diferente, hasta que no cambie el color de su piel.
Un ejemplo de esto fueron las colonizaciones de los españoles y los portugueses y sus descendientes fundadores de comunidades occidentales en América.
Los árabes y los otros musulmanes blancos, por su mayor contacto con gente de color, se han visto siempre libre de este tipo de prejuicios y aun establecen aquella dicotomía de la familia humana que hacía suya la cristiandad occidental en la Edad Media: creyentes e infieles.
Por último y para entender que todo está por verse, recordemos lo dicho en un artículo anterior, que en nuestros días están ocurriendo cambios, totalmente impensables hace 5 años, no 5 siglos, comunicando e integrando a los individuos entre si, estén donde estén, hablen como hablen, vivan donde vivan, con lo cual las concepciones raciales también se están transformando y la Sociedad Global está cada vez más cerca. (Continuará)
Alberto Gatti
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