jueves, 29 de mayo de 2008

MUSICA: A SOLAS CON DANIEL BARENBOIM (*)


Clarín, Buenos Aires, Argentina, 29May08
"No me ocupo de la paz, sino de luchar contra la ignorancia"
El célebre compositor, pianista y director argentino habló del conflicto árabe-israelí y expresó su tristeza por el cierre del teatro Colón. Además se refirió a su vida en la ciudad de Berlín, donde reside. Y a la importancia de la educación musical. A partir de hoy dará una serie de conciertos al frente de la Staatskapelle, la orquesta que dirige desde 1991 y que él llevó a un nivel superlativo.
Por: Federico Monjeau y Sandra de la Fuente
Fuente: ESPECIAL PARA CLARIN

Es como si te invitasen al al cumpleaños y no estuviese el antitrión", dice Barenboim a propósito de esta gira con la Staatskapelle de Berlín, que en principio había sido planeada para celebrar el Centenario del Colón. "No conozco los detalles del proceso, y espero formarme una opinión en estos días. Lo que sí puedo permitirme decir es que es una gran tristeza para mí y para la orquesta encontrarnos con que el teatro no está listo, y no es por un retraso de algunas semanas sino porque la obra está interrumpida". El proyecto original de Barenboim y Staatskapelle era dar en el Colón dos funciones de la ópera Tristán e Isolda en versión de concierto, pero la clausura obligó a un cambio de programa. Barenboim no hizo precisamente un cambio de relleno, sino que quiso crear lo que el mismo calificó de "pequeña dramaturgia": las tres últimas sinfonías de Anton Bruckner en combinación dos con obras de Arnold Schoenberg.

Las "Cinco Piezas op. 16" y las "Variaciones op. 31" son las piezas orquestales más importantes de Schoenberg y representan momentos muy diferentes de su proceso creativo. ¿Cómo caracteriza usted cada una de ellas?
Las Variaciones son para mí es una de las grandes obras maestras sinfónicas del siglo XX, como La consagración de la primavera de Stravinski o El mar de Debussy. Lo interesante en Schoenberg es su relación con el futuro y con el pasado. Y su genialidad y originalidad se ve también en el hecho de que fue el primero que encontró una síntesis entre Wagner y Brahms, que como sabemos se odiaban a muerte y formaban dos campos completamente divididos. Las Variaciones de Schoenberg son una continuación de las Variaciones Haydn de Brahms. Y eso en un discurso armónico y colorístico que es un desarrollo natural del cromatismo de Wagner. Las Cinco piezas son obras, en primer lugar, de una gran imaginación sonora. Nosostros tocamos la edición original de 1909, con los cinco clarinetes. La segunda pieza es una continuación de Noche transfigurada; la tercera, Farben, un estudio sobre la capacidad de sonido de crear sentimientos humanos. En la partitura él da instrucciones al director para que todo se oiga en sentido vertical, para que se oiga la vida del acorde. Cuando estamos en contacto con esa pieza entramos en una dimensión metafísica del sonido.

Visto a cien años de distancia ¿qué opina del igualitarismo de los doce sonidos de la escala que propone la técnica dodecafónica de Schoenberg?

La falta de jerarquía tonal le saca algo a la música; es un elemento que falta, pero Schoenberg crea algo muy interesante con esa falta, precisamente porque es Schoenberg. No me interesa el dodecafonismo como género, ni tampoco la música contemporánea como género. Me interesa lo que Schoenberg hizo con eso. En lugar de las armonías, hay una cierta cierta memoria, no sólo de la serie sino de acordes que se crean. El oído tiene mucha inteligencia.

Cuándo usted asumió en la Opera de Berlín, ¿en qué estado se encontraba la orquesta?

Piensen en un mueble muy anticaudo, de unos 300 o 400 años, de mucha calidad, pero en estado pobre.

¿Qué vicios tenía?
Falta de afinación crónica. Falta de disciplina rítmica. Tocaba muy basada en el sonido, en el hecho de escucharse y en cierto sentido de la fluidez de la música, pero había mucho que retocar y que limpiar.

¿Va a entrar en reformas la Opera de Berlín?
En 2010, dicen que serán tres años. Vamos a estar en el Schiller Theater, un teatro pequeño. Van a poner treinta millones de euros para acondicionarlo, lo que no es poco. No es ideal, pero dentro de lo que hay está bien.

Usted creó una guardería musical en Berlín. ¿Qué espera de ese proyecto?

Que cuando los chicos lleguen al primer grado de la escuela pregunten dónde está la música clásica. Simplemente eso, que es muy importante.

Alguna vez se le ha reprochado que la Orquesta de West-Eastern Divan sólo toca musica del repertorio occidental. ¿Se ha pensado en hacer algun otro tipo de repertorio?
Les voy a decir algo que puede resultar chocante, pero mi amigo Edward Said odiaba la música árabe. De todas formas, es anecdótico. Habría que hacer un estudio profundo de la música árabe, pero no es posible tocando sólo cuatro o cinco semanas en el año, donde hay tantas cosas importantes. No hay que olvidarse de que la gran apuesta de esta orquesta es justamente que tiene miembros de la Filarmónica de Berlín y al mismo tiempo chicos de Siria o de Palestina que nunca habían tocado en una sinfónica. Es extraordinario que gente como el concertino de la Filarmónica de Berlín toque en el cuarto atril de los primeros violines y esté dispuesto a trabajar con chicos de baja formación. Y el esfuerzo vale la pena.

¿Cómo es un día de descanso en Berlín? ¿Qué hace cuando no hace música?

Me gusta mucho leer.

¿Qué lee?
Me gusta leer filosofía y biografías. Pero también ir al cine y salir de compras.

(*) Nota de la Redacción: para información sobre el Maestro Baremboim, HACR CLIC AQUÍ.

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