jueves, 15 de noviembre de 2007

UT PORTET NOMEN MEUN (Novela breve en fascículos)


Entrega 16
No se equivocaron los ignacianos cuando eligieron esta villa como cabecera de su provincia del Paraguay (1) - pensé cruzando el patio- ¡Yo también siento su embrujo!... hasta he meditado si mis frecuentes viajes desde mi sede en Santiago del Estero se deben a mis necesidades pastorales, o a la forma en que me apetecen los aires cordobeses... ¿No debería quizás trasladar mi sede a esta Córdoba?... Si fuera sólo por satisfacer mis apetencias, que Dios me perdone, ya lo estaría haciendo... ¡Vamos, tampoco exageres!- me dije deteniendo una sesión de autoflagelación que ya parecía inminente- si los jesuitas han sentado sus reales aquí y si tú vienes a ella frecuentemente es porque ves las posibilidades que su ubicación tiene, el genio de sus habitantes, su entrega al estudio, su búsqueda permanente de la verdad, su orgullo de ser lo que son; ¿orgullo dije?... ¡sí, orgullo!, pero uno bien entendido, que no se satisface en abrir las plumas como un pavo real, sino que los impulsa a esforzarse en trascender, en no aceptar imposiciones injustas, en entregarse con alma y vida a defender lo que creen justo... Mientras así pensaba había retornado a la cripta, y me encaminaba tras un fraile, profundo conocedor de los arcanos corredores, que, hachón en alto me guiaba con paso firme y en respetuoso silencio sólo roto para anunciar alguna incidencia del sinuoso túnel: “aquí hay escalones”; “cuidado la viga que es baja”; “hay un charco de agua”... El silencio, lacerado a veces por chillar de cerrojos y goznes o el tintinear de las inmensas llaves, y la oscuridad de la catacumba me transportaron nuevamente a mi mundo interior. Los viejos recuerdos volvieron a revolotear: los de Asunción con aroma a flores silvestres, con rumor de agua serpenteando en mil arroyos y ríos, con la musicalidad del guaraní acompañando a los indios en su creativo laboreo, o en su remar acompasado en ágiles canoas, y los del querido Perú, en cuyos claustros maduré. Mientras caminaba me esforcé en recordar lo soñado. No tan sólo voces, murmullos; también había escenas en esa ensoñación; sentimientos, muchas veces contradictorios, que tal vez por la fuerza de sus contrastes debieron ser los que más material habían echado en el crisol, aleando el metal en el que se cinceló mi existencia. Tal sino me llevó a un pasado embargado por sinsabores y alegrías: la muerte temprana de mi padre, y la pronta aparición de un nuevo padre; luego nomás el nacimiento de un hermano que acaparó la atención de todos, arrebatándome, en un golpe de preferencia por la sangre que lo había engendrado, el mayorazgo que me correspondía y el favor de la familia que se agrandaba día a día con más hermanas.. ¿Ignorado?... No, no fui nunca ignorado, pero sí viví rodeado por una fría indiferencia: como segundón, que no lo era, fui inducido a tomar estado y tras la decisión de vestir los hábitos abandoné el calor de la familia en Asunción, para emigrar a Lima donde por la gracia del Señor me educaría. Con el tiempo, ya sacerdote, aparecía nítida la alegría de recibir bajo mi responsabilidad la provincia franciscana del Perú que tanto llegué a amar, y la tristeza de tener que dejarla; en ese contraste triunfó el alborozo de recibir la bendición de mayores responsabilidades en el Tucumán que, además de la apasionante labor pastoral a la que había consagrado mi vida, ineludiblemente me llevaría a enfrentarme con el poder secular, como siempre había sucedido en el convulso mundo en el que actuaba... Caminaba y meditaba siguiendo el hachón de mi guía, pretendiendo desentrañar los secretos que continuaban inescrutables, al socaire de ese olvido que suele cerrarse ocultando lo vivido en los sueños...
(1)En 1599, veinte y seis años después de la fundación de la ciudad, la Compañía de Jesús la eligió como centro de difusión de su grandiosa acción, no tan sólo religiosa sino cultural y social, a todo el territorio de esa provincia jesuítica que comprendía los jurisdicciones actuales de Argentina, Uruguay, Paraguay, Sur de Brasil y Chile.
CONTINUARÁ- LAS ENTREGAS SE HARÁN LOS MIÉRCOLES Y DOMINGO. Si desea leer reunidas todas las entregas busque en la columna de la derecha, en ETIQUETAS y cliquee en NOMEN.
Alfonso Sevilla

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