miércoles, 30 de julio de 2008

UNA NOVELA HISTÓRICA SOBRE PONCIO PILATOS Y SU RESPONSABILIDAD EN EL JUICIO Y CRUCIFIXIÓN DE JESÚS DE NAZARET


(Nota de la Redacción: habiendo publicado una entrada con el título: “SOBRE COMPLEJOS PROFESIONALES”, (Clic para ir a la entrada) Nos pareció interesante hacer una reseña sobre el autor, y subir este artículo de la página “Historiantes” de la Internet)

SOBRE LA NOVELA
Título: YO, PONCIO PILATOS. EL COMPLOT DE LA TRAICIÓN.
Temas: NOVELA HISTORICA
Autor: PIÑEIRO, ARMANDO ALONSO
Editorial: DUNKEN
ISBN:987-02-2059-2
Peso estimado: 500 gramos

EL AUTOR
Armando Alonso Piñeiro

Historiador, autor de más de setenta trabajos sobre temas de esa disciplina. Presidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación y del Consejo Argentino de Estudios Económicos, Jurídicos y Sociales, fundó y dirige desde hace más de veinte años la revista Historia.
Al ser premiado por la Fundación Konex fue definido como "una de las cinco mejores figuras de la historia de la comunicación en la Argentina". Es miembro titular de la Academia Argentina de la Historia y de la Academia Argentina de Asuntos Internacionales, así como de los institutos Belgraniano, Browniano y Sarmiento de Sociología e Historia. Por motivos de estudio ha viajado con frecuencia a ciudades de los cinco continentes y participó en numerosos encuentros nacionales e internacionales, entre ellos el XIX Congreso Internacional de Ciencias Históricas celebrado en Oslo, en 2000, y en el II Congreso Internacional de la Lengua Española que se efectuó en Valladolid al año siguiente y al que asistió invitado por la Real Academia Española.
Ocupa en la Academia el Sillón Domingo Faustino Sarmiento

ALONSO PIÑEIRO: "PONCIO PILATO TUVO UN MÉRITO INMENSO: TRATAR DE SALVAR LA VIDA DE CRISTO"
"Nací un 25 de junio en Hispania, bajo el nombre de Pontius Pilato. Extraña vida la mía, iniciada como ciudadano romano bajo el noble emperador Cayo Augusto y concluida como réprobo pagano, puesto que me convertí al cristianismo, abrumdo por el remordimiento de mi actuación en el proceso contra Joshua de Nazareth, al que fui empujado por la amenazante persistencia del Sanedrín".
Este es el comienzo del libro publicado del historiador argentino Alonso Piñeiro en el que ofrece otra imágen de Poncio Pilato. En su obra ofrece una versión distinta de este hispano condenado por la tradición católica, narrado en primera persona y apoyado en abundante documentación, la vida y obra del procurador de Judea.
A continuación se publica un extracto de la entrevista realizada por Río Negro al escritor a propósito del libro (ALONSO PIÑEIRO. Yo, Poncio Pilato. El Complot de la Traición. Psellos y Dunken. Buenos Aires. 2006)

¿Por qué trabajar sobre Poncio Pilato, que en todo caso es una figura ya muy "trabajada" por la religión cristiana?
Porque tiene un mérito inmenso: Tratar de salvar reiteradamente la vida de Cristo. Es un mérito tan grande que dos iglesias cristianas -cristiana ortodoxa y cristiana etíope- lo han declarado santo. Figura en el santoral tanto él como su esposa Prócula, que se había convertido al cristianismo en forma secreta. Esas iglesias vieron hace ya varios siglos la importancia que tuvo Poncio Pilato en todo ese tramo de la historia de Palestina. De ahí el reconocimiento al rol que tuvo.
¿Era algo más que un burócrata en el sistema del poder de Roma?
Tiempo atrás, en defensa de la "traición" como mecanismo innovador en política, dos sociólogos franceses -Denis Jeambar e Ives Roucaute-, publicaron un libro que causó revulsivos varios entre la intelectualidad europea. Por sus páginas pasan las "traiciones" de De Gaulle, Felipe González, Mitterrand, Bismarck, etc, etc. En relación a Cristo, se preguntan ¿Qué sería de la pasión y gloria de Cristo sin la "traición" de Judas? Y siempre en tren de interrogantes como vectores de reflexiones, también se preguntan: "¿Hubiera nacido la Iglesia sin las negaciones de Pedro?" Sostienen entonces que el imperio moral de la Iglesia Católica se erige sobre el juicio de estos dos hombres: distingue la traición que no viola las reglas divinas de la cobardía que las transgrede. Pero en todo ese esquema de conductas, usted coloca a Poncio Pilato con miedos, con dudas a la hora de decidir...
Con los miedos que son propios de los burócratas a través de los siglos. El era gobernador de Judea. Sin embargo, cuando advirtió que en relación a la proyección de Jesucristo pasaba algo extraño...
¿Qué era lo extraño?
Bueno, la proyección de la prédica de Jesús...Incluso la propia Prócula, influye para que Poncio Pilato se conformara una imagen ajustada de lo que sucedía con Jesús. El toma conciencia de que Jesús es un emergente con mucha singularidad. Creo que debemos aclarar, por razones obvias, que la cristiandad no es amiga de Poncio Pilato... ¡Mató a Cristo! Pero la ley judía tampoco le tiene mucha simpatía a Poncio Pilato. ¿Por qué? Porque se negó reiterada y terminantemente a firmar la condena a muerte a Jesús...El pregunta, desde un comienzo, de qué delito se lo acusa a Jesús, y el Sanedrín le contesta: "Por empezar, no paga impuestos!" Es decir, lo colocan levantándose contra la autoridad imperial de Roma, hábil manera de ponerlo a Poncio Pilato frente a las leyes del Imperio Romano. "Eso no es cierto -responde Poncio Pilato-, ya que es escuchado a este hombre -Jesús-, decir: "Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Además, paga impuestos". El Sanedrín insiste; intenta de todas maneras lograr la condena.
Lo concreto es que Poncio Pilato afloja.
¡Ese es el tema! Lo hace presionado por el Sanedrín, que podía rebelarse, cosa que hará en el año `71.
El pago de tributos es una entidad muy fuerte en el mantenimiento del Imperio Romano, incluso mucho más acá de aquellos tiempos, Juan Bautista Alberdi dice que esa política era uno de los sostenimientos básicos del imperio.
¿Jugó tanto en la acusación sobre Cristo?
Muchísimo. Hubo toda una conducta fiscal que tiene que ver, claro, con la grandeza que logró Roma. Fue un imperio próspero. Yo no voy a abundar en datos de tópico ya muy estudiado con minuciosidad... Y le importaban las sociedades que dominaba; basta con recordar que a lo largo y ancho de su geografía semanalmente distribuía gratis pan y aceite, lo cual no fue chiste.
Clientelismo...
Bueno...
Pero era un imperio pétreo, como escribió Gibbon hace dos siglos, "poder y más poder", lo cual quizá a la larga fue clave para su debilidad. ¿En esa cosmovisión de ejercicio de poder, cómo puede cuadrar Poncio Pilato?
Vuelvo al concepto de burócrata: Sabía perfectamente hasta dónde llegar con su estilo algo inconcebible para con los perfiles del imperio. Sabía que no podía colocarse en situación de enojar al emperador, de ser eventualmente definido como rebelándose contra Roma. Pero eso no le impedía ser curioso, interrogarse sobre lo que estaba haciendo... Todo burócrata tiene, en momento dado, esos perfiles.
¿En todo ese camino miente?
Lo hace para no transgredir en su relación con el emperador... Dice que los milagros que se le acreditaban a Jesús eran falsos, pero en Roma tenía información de que no lo eran. El famoso "lavarse las manos" se encuadra en esa conducta. Lo hace como acto ritual porque, como yo lo explico, no podía hacer más, lo superaba la presión destinada a matar a Cristo. Mire, Poncio Pilato es una figura apasionante, máxime cuando se la calibra en época y como engranaje de la máquina de poder que fue el Imperio Romano.
¿Al Vaticano, maestro en bajar línea a los cristianos, le cuesta reconocer un nuevo perfil de Poncio Pilato?
Le cuesta y mucho, por eso me negaron las cartas que tanto tienen que ver con mi libro. Le cuesta porque implica revisar lo dicho y hecho sobre Poncio Pilato. Para el Vaticano están los Evangelios Canónicos sobre lo que hizo Poncio Pilato: matar a Jesús. Al Vaticano le vale eso y nada más. Mire, la acusación de deicidio formulada contra el pueblo judío fue levantada recién por Juan XXIII, en el Segundo Concilio Vaticano. Pero hasta ese momento se consideraba que Poncio Pilato era cómplice.
¿Tiene información de cómo cayó su libro en la jerarquía de la Iglesia Católica Argentina y eventualmente en El Vaticano?
En relación al Vaticano, no. En cuanto a lo primero, monseñor Bergoglio me hizo una carta personal muy bella.
¿Qué le dice?
Es personal. Pero es evidente que al escribirme en esos términos, es que está de acuerdo.
Le dice: "¿Armando, usted anda cerca de la verdad" sobre Poncio Pilato?
Así es. Y me pide que rece por él (por monseñor Bergoglio) Mi libro está escrito en tercera persona, pero fundado en documentación rigurosa situada en los Archivos Imperiales, de los Evangelios Canónicos y de los mal llamados Evangelios Apócrifos. Poncio Pilato escribió cinco cartas al emperador Tiberio. Las cinco están en el Archivo Secreto del Vaticano, que es el más secreto de los archivos del mundo. Yo soy amigo del Cardenal Mejía...
¿El argentino en el Vaticano?
Efectivamente. Cuando yo comencé a trabajar para este libro él era director del Archivo Secreto de El Vaticano. Me escribió una carta diciéndome: "Véngase, yo le daré una mano". Lamentablemente, en el interregno tuvo que renunciar porque cumplió 75 años. El nuevo director del archivo es un francés. Hable con el secretario general del archivo, el doctor Carbone. Yo ya tenía dos de las cinco cartas que Poncio Pilato escribió al emperador Tiberio. Expliqué que quería acceder a las otras tres y a más documentación y él me dijo que esas cartas no estaban ahí...que no sé cuánto...En fin, hay que aclarar además, que el Vaticano también tiene un archivo ultra secreto, un laberinto de 25 kilómetros de estanterías que no se puede consultar si no es con la autorización del Papa, cosa que jamás ni este ni ningún Papa autorizó. Me emperré y le dije: "Mire, esas cartas están acá"... "No, no están".... Me dio argumentos casi infantiles, algo extraño en un hombre de su capacidad, para demostrarme que ahí no estaban las cartas de Poncio Pilato. Me dijo: "Es imposible, porque el Archivo Secreto se fundó en el año 800, no tiene ningún documento anterior al año 800". Pero no se fundó en el año 800 si no dos siglos antes.
¿Se las dio el cardenal Mejía?
A usted tampoco se lo voy a decir. Son copias de dos cartas olvidadas, publicadas una única vez: en el Siglo XVI. Nadie las tuvo en cuenta.
¿A dónde conducen esas cartas en relación a Poncio Pilato?
A que fue un hombre muy singular, inconcebible en ese marco imperial del que hablamos.

Carlos Torrengo. Río Negro.
FUENTES: Academia Nacional de Periodismo Río Negro

No hay comentarios: