jueves, 14 de agosto de 2008
ARQUEÓLOGOS DESCUBRIERON RUINAS CON MAYOR CEMENTERIO DE LA EDAD DE PIEDRA
TESORO ARQUEOLÓGICO EN EL SAHARA
AdnCULTURA, La Nación, Buenos Aires, Argentina, 14Ago08.- 13:48 hora argentina.
Arqueólogos estadounidenses descubrieron el mayor cementerio conocido de la edad de piedra en el desierto
WASHINGTON, 14 Ago 2008 (AFP) - Arqueólogos estadounidenses descubrieron por casualidad el mayor cementerio conocido de la edad de piedra en el Sahara, que aporta datos sin precedentes sobre la vida en este desierto durante su periodo húmedo. Bautizado Gobero, este sitio arqueológico de gran riqueza que se remonta a 10.000 años se sitúa en el desierto del Teneré, en la parte central del Sahara en Níger. Contiene esqueletos humanos y de animales, entre los cuales grandes peces de lago y cocodrilos de muy gran tamaño. Ubicado cerca de las márgenes de un antiguo lago, el sitio estaba inmaculado y sin dudas nunca había sido explorado, explicó Paul Sereno, paleontólogo de la Universidad de Chicago (Illinois, norte), que realizó el descubrimiento junto a un equipo de investigadores cuando trabajaban en ese sitio rico en fósiles de dinosaurios. "Por todos los lugares donde mirábamos había osamentas pertenecientes a animales que no viven en el desierto y entonces me di cuenta que nos habíamos remontado en el tiempo a la época del Sahara verde y húmedo", comentó en un comunicado. Los científicos pudieron ver decenas de osamentas humanas fosilizadas que se asomaron a la superficie gracias al viento caliente del Sahara, como una mandíbula con casi todos sus dientes y el esqueleto de una pequeña mano que salía de la arena con los huesos de los dedos intactos. Además de osamentas humanas y de animales, los arqueólogos encontraron puntas de arpones, instrumentos de piedra, fragmentos de alfarería y pequeños objetos decorativos. En total, unas 200 sepulturas fueron descubiertas en dos sesiones de exploración financiadas en parte por la Fundación estadounidense de National Geographic. El hallazgo es objeto de un artículo en el ejemplar de setiembre de la revista National Geographic. Los análisis por radiocarbono efectuados en dientes y osamentas, por parte del bio-arqueólogo Chris Stojanowski, de la Universidad de Arizona (sudoeste), permitieron obtener casi 80 dataciones que revelan que estas tumbas contenían a miembros de dos poblaciones biológicamente diferentes separadas por más de un milenio. La más antigua, los Kiffian, que podían medir hasta 1,80 metros, eran cazadores que colonizaron esta región del Sahara durante su periodo más húmedo hace 10.000 a 8.000 años. Se encontraron indicios de su actividad, como largas varas con arpones. La otra población, los Tenereen, ocupó el sitio hace 7.000 a 4.500 años, lo que corresponde a la última parte del periodo húmedo del Sahara. De talla menor, parecían tener actividades más diversas como la pesca, la caza y la cría de animales. En sus tumbas se descubrieron varias joyas. Los cuerpos hallados estaban dispuestos según ritos particulares, como el esqueleto de una pequeña mujer descansando sobre su costado y de frente a los esqueletos de dos niños pequeños que mantenía abrazados. Antes de descubrir este tesoro arqueológico, Paul Sereno había reconstituido en esta misma región el esqueleto del Sarcosuchus imperator (cocodrilo emperador), uno de los cocodrilos más grandes del mundo actualmente extinto que reinaba en los ríos africanos del Cretáceo Medio, hace 110 millones de años.
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