sábado, 20 de junio de 2009
'AVENTURAS DE UN VIVIDOR', RETRATO DE ERROL FLYNN, EN EL CENTENARIO DE SU NATALICIO.
El Mundo, Madrid, España, 20Jun09
Foto; Errol Flynn en un fotograma de la película 'El Capitán Blood'.
Flynn murió con 50 años y órganos aniquilados. La 'Warner Brothers' lo convirtió en un héroe de aventuras. A finales de su carrera no podía recordar unuión
elmundo.es | Madrid
La vida en Hollywood es de sueños. No sólo las de las películas que nos hacen reír y sufrir, sino la vida misma de los famosos, que parecen tan especiales. Las historias de las 'celebrities' son una industria paralela, sin embargo, no siempre son lo que parecen. "Estaba sentado en la cima del mundo. Tenía dinero, amigos, fama y las mujeres me requerían [...] Sin embargo, encontraba que en la cima del mundo no había nada", cuenta el actor Errol Flynn, uno de los iconos de la época dorada de Hollywood en su libro autobiográfico 'Aventuras de un vividor' (TB Editores), que se publica en España coincidiendo con el centenario de su nacimiento.
Y de excesos sí que parecía saber Flynn, que murió con 50 años y órganos aniquilados por la adicción al opio, al tabaco y al alcohol. Otras exageraciones también acompañaron su carrera.
"Marilyn Monroe llegó a contar que tocaba el piano con el pene en sus fiestas privadas", reconoció el propio actor. En su libro de memorias cuenta con ironía y cinismo sus aventuras y se enorgullece de su vida. En el último capítulo reconoce: "Vivir he vivido, muchísimo, como un glotón comiéndose el mundo, y no creo que sea egolatría, sólo un hecho, sugerir que pocos de los que han vivido en este siglo han tragado más mundo que yo".
Un niño malo con buena suerte
El actor nació el 20 de junio de 1909 en Hobart, una localidad de Tasmania (Australia). Su padre era biólogo y su madre una dama de la alta sociedad con la que nunca tuvo buenas relaciones. "Siempre me ha considerado un mendrugo [...] y yo siempre la he considerado una pesada", dijo.
Su historia es la típica de los niños malos que tienen buena suerte. De pequeño fue expulsado de todos los colegios a los que asistió hasta que decidió buscarse la vida como fuera: boxeador aficionado, buscador de oro, marino mercante e incluso, dicen, castrador de ovejas.
En 1932, el director Joel Swartz le contrató para la película 'In the wake of the bounty' y el actor reconoció: "Había encontrado algo que el mundo llamaba arte, y me había afectado profundamente".
A partir de ahí firmó contrato con la Warner Brothers, hasta que llegó su protagónico en 'El Capitán Blood', del mismo director de 'Casablanca', Michael Curtiz, cinta que lo catapultó a la fama.
Más tarde trabajó en filmes como 'La carga de la Brigada Ligera' (1936), 'Dodge, ciudad sin ley' (1939), 'La vida privada de Elizabeth y Essex' (1939), 'El Halcón del mal' (1940), 'Murieron con las botas puestas' (1941) y en la exitosa 'Las Aventuras de Robin Hood' (1938).La industria lo convirtió en un héroe de aventuras y lo encasilló en este tipo de personajes. "Según pasaban los meses y los años, los papeles estereotipados que interpreté me restaban ambición por hacer mejores cosas o esperar poder hacerlas en Hollywood", reflexiona en el libro. Pero también relacionó su vida seductora con la ficción. "No sé hasta qué punto esto de empuñar tantas veces una espada o montar un caballo ha provocado mis rebeliones, mis grandes juergas y mis payasadas por todo el globo, pero creo que tiene mucho que ver", afirma.
Aunque no le permitieron participar en la II Guerra Mundial por padecimientos médicos, sí estuvo en España durante la Guerra Civil, en la que simpatizó con el bando republicano.
Una vida intensa
En su vida personal se casó varias veces, tuvo cuatro hijos y dejó escritas muchas reflexiones sobre la vida, el fracaso, el matrimonio, su paso por el séptimo arte y, por supuesto, las mujeres. Uno de sus amores fue Olivia de Havilland, su compañera de reparto en nueve películas, con la que formó la gran pareja cinematográfica de la meca del cine en aquella época.
"Sí, nos enamoramos y creo que eso es evidente en la química que desprendíamos en pantalla", declaró recientemente la actriz, de 92 años. "Pero sus circunstancias en aquel tiempo impidieron que la relación fuera adelante", añadió.
La vida de Flynn fue tan intensa que se dice que a finales de su carrera no podía recordar los diálogos. Falleció el 14 de octubre de 1959, en Vancouver, Canadá, de un ataque al corazón. Él mismo había asegurado: "Pretendo vivir la primera mitad de mi vida. No me importa el resto".
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