jueves, 25 de octubre de 2007

LAS AGUAS AMENAZAN A LA ESFINGE



Hace cuatro meses, comenzó a crecer una capa de césped en los alrededores
El poderoso Consejo Supremo de Antigüedades egipcio reconoce el problema
Un charco de agua estancada en las cercanías de la Esfinge.
Diario El Mundo, España. Actualizado jueves 25/10/2007 12:39
HEBA HELMY (EFE)

EL CAIRO.- "La Esfinge se hunde" es la seria advertencia que tiene a los egiptólogos preocupados por la salud del milenario coloso, tras comprobar cómo las aguas subterráneas en sus alrededores están saliendo a la superficie. Tan sólo a unos pasos de los pies de Abu el Hul, o Padre del Terror, como los egipcios llaman a la Esfinge, una capa de césped comenzó a crecer hace cuatro meses, lo que prueba la existencia de agua en la zona, explica el arqueólogo Bassam el Shammaa. "Y hace una semana vi con mis propios ojos grandes charcos de agua estancada de una profundidad de entre 30 y 40 centímetros delante del Templo del Valle, a pocos metros de la Esfinge", aseguró Shammaa. El experto ha lanzado una campaña de concienciación en Internet bajo el nombre de 'Salvemos la Esfinge' y en su página web (www.sossphinx.bassam.itgo.com) ha colgado fotos que confirman sus palabras. El egiptólogo espera que los responsables de antigüedades "se muevan ya" para salvar la estatua, a la que, a su juicio, "le quedan sólo entre 30 y 35 años de vida si no se resuelve el problema". Después de 4.600 años custodiando las Pirámides de Guiza, a este monstruo de piedra caliza, mitad hombre mitad león, le ha llegado el momento de que lo protejan a él.
Las autoridades reconocen el problema
Los dirigentes del poderoso Consejo Supremo de Antigüedades egipcio (CSA) han reconocido que existen "problemas cuyo origen todavía se desconoce" con las aguas en las cercanías de la Esfinge. "Ya sea una fuga de las tuberías de agua potable, del desagüe, de los canales o de las aguas de irrigación, tenemos que descubrir el causante del problema para que no se repita", aclara el director del departamento de egiptología del CSA, Sabri Abdelaziz. Para lograr ese objetivo, un comité de especialistas de la Universidad de El Cairo comenzó hace dos meses a estudiar el nuevo fenómeno que rodea a la Esfinge, y se espera que lleguen a alguna conclusión en noviembre. "Pese a todo, la Esfinge está a salvo. No corre peligro, porque está a un nivel más alto que las aguas subterráneas. Los estudios necesitan su tiempo antes de que lancemos un proyecto para la protección del monumento", tranquiliza Abdelaziz. Otros expertos independientes también preocupados por los templos faraónicos, como Ayman Ahmed de la Universidad de Sohag (sur de Egipto) y el hidrogeólogo Graham Fogg, de la Universidad de California en Davis (EEUU), examinan el movimiento de las aguas subterráneas bajo los monumentos. Bien a través de esfuerzos individuales o bien a través de trabajos auspiciados por las autoridades, lo cierto es que la salud de la estatua, una de las más célebres y gigantescas del mundo, ha puesto en alerta a los egiptólogos de todo el planeta. Con una longitud de 73 metros, una altura de 22,5 y un ancho que fluctúa a lo largo de su cuerpo entre los cinco y nueve metros, la Esfinge siempre gozó de veneración y culto durante la antigüedad.

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