martes, 23 de octubre de 2007

PRESIDENTES Y PRESIDENCIAS. (II de II)


Las elecciones generales están próximas y ante sucesos tan importantes para la vida republicana, resulta oportuno recordar algunos aspectos que hacen a la historia institucional del cargo político más alto del Estado y de quienes lo ejercieron.
Los presidentes
Este cargo, instituido por la Constitución, ha sido desempeñado desde Rivadavia hasta Kirchner por 51 ciudadanos, de los cuales 39 han sido constitucionales y 12 de facto. En estas líneas vamos a desgranar datos y aspectos que destacan peculiaridades de personalidad y cosas que rodearon el ejercicio de los mandatos. No hay un orden temático sino grageas que nos remiten a conocer un poco más a nuestros presidentes. Comenzamos por mencionar que de los primeros magistrados constitucionales, seis llegaron siendo vicepresidentes por renuncia o muerte de los titulares del ejecutivo: Vicente López y Planes, Carlos Pellegrini, José Evaristo Uriburu, José Figueroa Alcorta, Victorino de la Plaza, Ramón Castillo y María Estela Martínez de Perón. Por aplicaciones de la ley de acefalía fueron presidentes José María Guido y Raúl Lastiri en tanto Rodríguez Saá y Duhalde fueron elegidos por el congreso reunidos en Asamblea Electoral. Cuatro presidentes fueron reelegidos: Julio Roca, Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Carlos Menem. El único presidente que fue votado en tres ocasiones fue Perón. Los que concluyeron con sus mandato, fueron: Urquiza, ,\litre, Sarmiento, Avellaneda, Roca, (los dos períodos) , Yrigoyen (la primera presidencia), Alvear, Perón (primera presidencia) y Ménem (los dos mandatos). Los que ejercieron el cargo por menos tiempo fueron: Rodríguez Saa, Lastiri, López y Planes y Cámpora. El único ciudadano que ocupó los tres cargos más elevados del Sistema Republicano fue Figueroa Alcorta como presidente de la Nación (poder ejecutivo), presidente del Senado (poder legislativo) y presidente de la Corte Suprema de Justicia (poder judicial). El único presidente soltero fue Yrigoyen. Con lazos de parentesco directo fueron Luis Sáenz Peña y su hijo Roque Sáenz Peña, Juan Perón y su esposa Isabel. Roca era concuñado de Juárez Celman y también consuegro de Evaristo Uriburu. Este último fue tío del presidente José Félix Uriburu quien dio el golpe del año '30. Los presidentes que fallecieron en el ejercicio de sus cargos fueron: Quintana, Roque Sáenz Peña y Perón. Renunciaron antes de finalizar sus mandatos: Rivadavia, Derqui, Juárez Celman, Luis Sáenz Peña, Ortiz, Cámpora, Alfonsín y De la Rúa. Desde la aplicación de la ley Sáenz Peña, del sufragio secreto y universal, el partido radical y sus variantes tuvo 10 presidencias y el partido peronista 11, incluyendo la actual. El presidente electo por voto directo que logró mayor cantidad de sufragios fue Perón con el 62,5% (1952) y 61,8% (1973), le siguen Yrigoyen con el 57,4% (1928), Ortiz con el 53,8% (1938), Menem con 51,8% (1995) Y Alfonsín con 51,7% (1983). Entre 1930 y 1983, se sucedieron 23 presidentes, 12 constitucionales y 11 de facto lo que hace promedio de un presidente cada 2,3 años. Pertenecieron a distintas logias de carácter masónico: Urquiza, Derqui, Mitre, Sarmiento, Juárez Celman, Pellegrini, Victorino de la Plaza, Quintana, Figueroa Alcorta, Yrigoyen y Justo.
Cuando Roca accedió a la presidencia, una logia quiso honrarlo admitiéndolo en grado importante. Al inquirir el general sobre los procedimientos rituales de iniciación y cuando lo informaron que debía entrar con los ojos vendados, exclamó: “¡Ah, no, el presidente debe tener los ojos bien abiertos para ver quienes lo rodean!” Astucia del bien apodado “zorro” que rechazó el honor.
Algunos presidentes tuvieron apodos surgidos de la invectiva popular, del entorno de sus amigos, o por los diarios y revistas que los caracterizaban ácidamente, como “Caras y Caretas”, “El Mosquito”, o “Tía Vicenta” más cercana a nuestros tiempos. Así Mitre era apodado “el jote” que le habían puesto en Chile debido a la forma desgarbada de vestir. A Sarmiento lo llamaban “el loco”, a Avellaneda “taquito” por los zapatos que usaba debido a su baja estatura, aunque también sus amigos le decían “chingolo”. Pellegrini era “el gringo”, Roca “el zorro”; a Juárez Celman los diarios opositores lo motejaron “el burro”. A Yrigoyen “el peludo” y a su correligionario Alvear “el pelado”. A Perón algunos lo apodaron “el pocho” y a una gorrita que usaba de visera la bautizaron “pochito”. Los enemigos políticos de Figueroa Alcorta le decía “yetatore” porque aludían a que daba mala suerte. A Castillo lo llamaban “el viejito”, a Frondizi “el flaco”, a Illia lo caracterizaron como “tortuga”, a Cámpora “el tío”, a la Sra, de Perón, “chabela”, a Menem “el turco”, a De La Rua, “chupete” y a Duhalde “el cabezón”. Si bien estos motes pueden resultar algunos simpáticos y otros lesivos o insultantes, debemos pensar que quién actúa en el campo de la política corre el riesgo de la crítica tanto bien intencionada como agresiva.
Los presidentes más jóvenes al asumir sus cargos fueron Avellaneda y Roca con 37 años y los de más edad fueron Perón con 78 (3º presidencia), Yrigoyen con 76 (2º presidencia), De La Plaza con 74 y Luis Saenz Peña con 70 años. De los presidentes constitucionales, los que tuvieron un grado militar, puesto que los de facto fueron todos militares, , son: Urquiza, Mitre, Sarmiento, Roca, Justo y Perón (Generales); Pellegrini (coronel de la Guardia Nacional), De La Plaza (capitán de Guardia Nacional), Roque Saenz Peña (coronel de Guardia Nacional y general del Ejército de Perú). Marcelo T. De Alvear (coronel de Guardia Nacional), Alfonsín (subteniente de Reserva) y De La Rua (teniente de Reserva).


El ejercicio del cargo presidencial conlleva ciertos riesgos puesto que algunos grupos políticos adversarios, o algún exaltado pueden poner en peligro su vida. Felizmente ninguno de nuestros magistrados corrió ese destino, pero sí sufrieron atentados. En agosto de 1873 el carruaje en el que viajaba Sarmiento fue interceptado en la esquina de Maipú y Corrientes por dos individuos. Cuando uno de ellos intentó disparar le explotó el arma y eso evitó el crimen. Fueron apresados por la policía y resultaron ser los hermanos Francisco y Pedro Guerri, italianos y anarquistas. El 10 de mayo de 1886, cuando Roca y sus ministros se dirigían a pie desde la casa Rosada hasta el Congreso (en la época en la Manzana de las Luces) para la sesión donde el presidente leería su último mensaje, un hombre salió de la multitud y con una piedra golpeó la cabeza del presidente. Pellegrini lo redujo y luego fue arrestado. El Dr.Wilde improvisó un vendaje y finalmente Roca entró en el recinto con su uniforme ensangrentado. En agosto de 1905 mientras Quintana cruzaba la Plaza San Martín para ir a la casa de Gobierno, otro anarquista abrió fuego sin lesionar al presidente. La policía lo apresó y el incidente no lo alteró demasiado pues siguió con toda serenidad su camino. Figueroa Alcorta durante los festejos del Centenario, fue baleado por un anarquista que por suerte no acertó. En 1916, estando en su palco presenciando un desfile militar, Victorino de la Plaza, fue blanco de Juan Mandrini que al grito de ¡Viva la anarquía! efectuó varios disparos que dieron muy cerca del presidente. En 1929, Gualterio Marinelli, italiano, disparó sobre el coche en el que viajaba Hipólito Yrigoyen sin producir daño alguno al presidente.

El extremista fue abatido en el mismo lugar por la policía de custodia. Muchas veces cuando observamos los despliegues de la custodia presidencial nos parecen exagerados, pero la experiencia es sabia y no por nada en la última presidencia el general Perón se mostraba y hablaba desde el clásico balcón, protegido por un vidrio blindado.
Digamos como última consideración que estos casi dos siglos de vida argentina, la presidencia fue ocupada 12 veces por porteños y 27 veces por hombres del interior, cifras que hablan a las claras de un real federalismo y que aquella vieja disputa que tantos sacrificios costó, hoy tiene que ser una lección para avanzar en un destino de concordia y unidad nacional.
Hugo Giberti

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