domingo, 13 de abril de 2008

CAPÍTULO 6: LA MEDALLA DE BAILÉN.- LITERATURA HISTÓRICA


DUELO DE CAÑONAZOS Y DEGÜELLOS. (adnCULTURA.- LA NACIÓN, Buenos Aires, Argentina) Por Jorge Fernández Díaz de la Redacción de La Nacion. Hoy se narra por dentro el ajedrez de la guerra que llevaron a cabo el jefe español y su par francés en el momento culminante de la batalla que cambió Europa y en la que San Martín luchó a suerte y verdad.
Los dos ajedrecistas carecían de información, estaban enojados con sus generales y se cagaban diariamente en todos los dioses del Olimpo. Castaños no podía entender por qué sus dos divisiones no habían cruzado todavía la línea del Guadalquivir ni cómo era que tardaban tanto en unificarse, tal como lo habían planeado en el consejo de Porcuna. Para no seguir contrariándolo, la primera división cruzó entonces en Menjívar, con el agua a la cintura y las armas sobre la cabeza, y despanzurró durante catorce horas a las fuerzas francesas. La división de Coupigny llegó esa noche y los dos ejércitos se convirtieron finalmente en uno. San Martín pudo ver la enorme cantidad de soldados de ambos bandos que yacían muertos, heridos o terriblemente mutilados en las tiendas de campaña. El otro ajedrecista, leyendo el parte de aquel encontronazo, montaba en cólera con sus mariscales de campo y daba directivas a los gritos. Sabiendo que le estaban haciendo una encerrona y que su situación era delicada, resolvió en ese mismo momento retroceder hasta Bailén. Pero con muchísimo sigilo, burlando la vigilancia de Castaños. Dupont esperó hasta la madrugada del 18 de julio y, antes de abandonar Andújar, ordenó taponar silenciosamente el puente sobre el Guadalquivir con carretas y vigas, y dejó apostada allí una unidad de caballería para cubrir las apariencias. Castaños roncaba en su vivac cuando Dupont partía en puntas de pie hacia Bailén al frente de una columna que ya medía doce kilómetros de largo y en la que se movilizaban nueve mil soldados aptos para la guerra, familias y funcionarios, y carros con trofeos, víveres y enfermos.

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