La Nación, adnCULTURA, Buenos Aires, Argentina, 03Ene09
Jorge Fernández Díaz
Produce una cierta nostalgia recordar que, antes, la publicación de una novela o de un ensayo se vivía como un gran acontecimiento y que habitualmente desataba discusiones y polémicas enriquecedoras. Rara vez, hoy en día, se producen esos debates. Cunde más bien la indiferencia o la omisión, variante de la mala leche: "No hables de ese libro, ni siquiera mal, no le hagas prensa", es como si dijeran los mandarines intelectuales que flotan en este pantano de cenáculo, miedo y mediocridad.
Hace algunos años las cosas eran muy diferentes. Cuando Juan José Sebreli publicó Fútbol y masas , un libro que despellejaba al bello deporte del balompié (como le dicen los españoles) y a toda la ideología que rodeaba al negocio y al juego, un escritor futbolero, hincha de Boca y en ese entonces aún peronista, le respondió con una nota brillante cuyo título era irónico: "Vos, Sebreli, andá al arco". En el potrero, ese tipo de frases están destinadas a los que creen que la pelota pica porque tiene un conejo adentro. Quien lo sacudía a Sebreli por su ignorancia total del fútbol era Juan Sasturain, vindicador del cómic y del policial, vanguardista de los géneros menores y defensor de vocación y oficio del gran deporte nacional como verdadera expresión cultural de los argentinos. Esto ocurrió hace más de veinticinco años y en esa discusión se cifraba acaso la larga guerra intelectual que Sebreli inició contra ciertas supersticiones festivamente argentinas, que van desde la imagen mítica de la mismísima ciudad de Buenos Aires hasta la "felicidad" de Mar del Plata, sede para él del ocio represivo. Desde el fútbol y la cultura popular hasta el peronismo y el populismo.
Ex marxista, antiguo enamorado del existencialismo, Sebreli fue evolucionando hacia una socialdemocracia liberal y moderna que lo distancia del nacionalismo de izquierdas que profesa gran parte de la feligresía progre. Esto lo convirtió en rara avis dentro del mundo académico y a veces, en una especie de "bestia negra" para el intelectualismo kirchnerista. Sebreli es un francotirador y un perpetuo outsider al que le gusta contradecir a la opinión pública y biempensante, que no se deja chantajear emocionalmente por los mensajes del Estado ni por los discursos mediáticos, y que no se rebaja al sentimentalismo de las masas. Vuelve al ruedo ahora con un libro donde demuele sin piedad a cuatro ídolos de la Argentina: Carlos Gardel, Diego Maradona, Eva Perón y el Che Guevara. Curiosamente, estos cuatro personajes también fueron los polémicos íconos que propuso el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para representar al país en la Feria de Frankfurt 2010, donde la Argentina será anfitriona y homenajeada.
Hugo Caligaris, el editor de la sección Notas y de la exitosa serie de Los intelectuales, que se publica todos los miércoles en el diario LA NACION, un periodista de fina pluma y mirada siempre aguda sobre la realidad, entrevista al autor de Comediantes y mártires.
El resultado es un diálogo picante, en el que Sebreli acomete contra los mitos y los baja a cachetazos de sus pedestales. Uno puede estar de acuerdo o totalmente en contra de esta mirada provocadora. Lo que no puede es dejar de admitir que tiene lucidez y valentía. Y que lucha contra la demagogia, enfermedad patética de nuestra sociedad. No es poco en estos tiempos líquidos, ¿no?
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