viernes, 27 de febrero de 2009

LIBROS | 'EL VALLE DE LOS CAÍDOS. UNA MEMORIA DE ESPAÑA'


El Mundo, Madrid, España, 27Feb09
La memoria recordada en el Valle de los Caídos
Julián Povedano | Madrid
Han pasado ya 70 años desde que Francisco Franco imaginó un monumento colosal, un mausoleo para honrar a quienes dieron su vida por España en la guerra fratricida tras la que se alzó con el poder, y pronto, —el próximo 1 de abril— se cumplirán 50 desde que el Valle de los Caídos fue inaugurado. El tiempo pasa, pero el imponente monumento no deja indiferente.



El periodista Fernando Olmeda nos da una visión distinta, una mirada de nuestra historia "sin ideas preconcebidas, predispuesta al hallazgo, a la posibilidad de sorpresa", un desapasionamiento transformado en pasión por contar que nos muestra en 'El Valle de los Caídos. Una memoria de España' (Península). El libro gira en torno al controvertido monumento en el que se sorprende y nos sorprende con sus detalles desconocidos, con su evolución en el tiempo y con la verdad que no pretende abrir heridas, sino aportar datos para que se cierren definitivamente. Lo confiesa con calma, no sin antes pensar en las palabras y escogerlas con cuidado, no por miedo a equivocarse o decir algo inconveniente, sino por precisión. Tras 27 años ejerciendo como periodista, le viene de raza.
¿Por qué este libro? "Hay dos razones para escribirlo ahora. Una de ellas es la conmemoración del 50 aniversario de la inauguración. La otra es porque creo que la sociedad española merece mirar este monumento con los ojos del siglo XXI, y para eso nada mejor que mirar con el conocimiento profundo que proporciona este libro a través del día a día del Valle de los Caídos.
Es un buen momento para que todas las sensibilidades, todas ellas igual de respetables, se acerquen al libro y al monumento y conozcan un poco más de él a través de un montón de acontecimientos históricos en torno a su vida que realmente no se conocen", nos dice Olmeda, quien ve en su texto una mezcla entre el rigor histórico y lo ameno del trabajo periodístico, "es un libro de consulta", concluye.
Antes que él, sólo Daniel Sueiro, con su 'La verdadera historia del Valle de los Caídos' de 1976, había abordado, de forma insuficiente a su juicio, un tema del que aún se sabe muy poco. Olmeda ha pretendido ampliar esa información siguiendo el curso de la evolución de un monumento que fue concebido para honrar a los caídos y que pasó a convertirse en una llamada a la reconciliación entre las víctimas de ambos bandos para acabar siendo, o queriendo ser, un monumento a la paz.

Odios y pasiones

La acritud, el rencor o la exaltación quedan a un lado. Describe evitando "la mirada del corazón que solemos utilizar los españoles". "Nos quedamos con lo que sabemos, y se han perdido un montón de historias. Lo que pretendo es despertar esa curiosidad en el lector para que se acerque a capítulos no contados, detalles, grandes y pequeños, ocultados de alguna manera por la gran carga simbólica que posee el Valle de los Caídos".
Entre esas historias, entre esos detalles, podemos descubrir cómo Franco se obsesionó con la construcción de su gran obra; las fugas de los presos republicanos que trabajaron en el valle; el falangista que llamó traidor a Franco durante una eucaristía en la cripta; la visita, allá por 1989, de quien hoy es Benedicto XVI; o cómo el futuro de España se decidió en el interior de un Rolls-Royce, un 20-N en el que aquel caudillo decidió designar como su sucesor al príncipe Juan Carlos. Momentos, historia, anécdotas que recoge un libro de recorrido que acaba desembocando en la aprobación de la reciente Ley de Memoria Histórica, la cual se detiene en el tratamiento que debe darse al recinto de Cuelgamuros.

La Ley de Memoria Histórica es el principio del camino

"Dando una nueva connotación negativa al Valle —una vía que aún no contempla la Ley de Memoria Histórica— podríamos incorporar el monumento a la vida cotidiana de los españoles desde otro punto de vista. En ese sentido esta ley no es más que el principio, no es la solución definitiva", asegura Fernando, confesando que evita decir que la ley se ha quedado corta. "Durante el debate sobre la Memoria Histórica hubo iniciativas positivas que daban una salida a esa conotación negativa del Valle que lo pone en un callejón sin salida. Hacer un museo, un centro de interpretación... Fueron propuestas serias, ya que a ninguna persona se le ocurrió volar el monumento. En el mundo los sitios de la memoria están ahí, como Camboya o los campos de concentración nazi", recuerda Olmeda.
A pesar de que los símbolos, estatuas y calles de recuerdo franquista van desapareciendo, dinamitar el Valle de los Caídos no parece la solución más razonable, ni siquiera parece una solución. "He ido muchas veces a lo largo de este año y recomiendo su visita, a todos. El paraje es magnífico, la conservación general es buena, la amabilidad de los monjes benedictinos es grande y, sobre todo, invita a la reflexión, no sólo sobre los acontecimientos históricos de la Guerra Civil y la posguerra, sino también sobre la crispación actual, sobre la necesidad de una convivencia armónica. Da ese silencio que se ha perdido en la sociedad convencional", describe el periodista.

No olvidar para lograr una sociedad mejor
La salida, la verdadera solución pasa, en opinión de Olmeda, por "inculcar a las nuevas generaciones la idea de que no se puede ahondar en la existencia de las dos Españas, sino que hay que convivir pacíficamente con quienes piensan de un modo distinto. Creo que eso es lo que más sugiere la vista del monumento: no olvidar todo aquello, pero que nos sirva para crear una sociedad mejor."
No olvidar. No hacerlo y, además, recordar lo sabido y conocer lo que aún está oculto es lo que Fernando Olmeda quiere lograr con su libro. "Frente a la tendencia al olvido, a su necesidad, defiendo una idea muy prosaica, muy de periodista: es necesario saber la verdad. Decir que está todo contado y no hay que reabrir heridas es un argumento peregrino porque hay muchas cosas que no sabemos. Por tanto, merece la pena descubrir la historia no contada. Frente al olvido, merece la pena rescatar episodios que son fascinantes y definidores de la forma de ser de los españoles de entonces y de ahora".
Aún hoy, no resulta fácil hablar de esos episodios, hablar de franquismo. Los sentimientos aún empañan la razón en determinados asuntos. "No aspiro a que haya una visión limpia, pero sí una visión documentada, con conocimiento de causa. Lógicamente las víctimas de la dictadura nunca podrán tener una visión tranquila hacia el monumento, pero ojalá con el paso de los años se mire con otros ojos, la cuestión es como se trate su vida cotidiana".
Una objetividad tranquila, sobre todo en temas como éste, es un bien preciado y escaso, y escribir sobre el Valle de los Caídos dejando al margen los sentimientos puede parecer una misión casi imposible, pero Fernando Olmeda lo tiene claro:
"El libro tiene la subjetividad del autor, por ser quien lo escribe, pero la honestidad de que sólo aparecen los datos que he confirmado y contrastado", reconoce sobre su libro, al cual asegura no poder considerar como el mejor que ha escrito —"Siempre queremos a todos los hijos por igual"—, pero sí, quizá, sea "el más valiente".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Será un gran libro, sin duda

Anónimo dijo...

Me ha encantado. Lo he leido hasta la ultima pagina y es un pedazo de trabajo, lleno de datos documentales nuevos y de historias ineditas.
un gran trabajo que recomeindo vivamente