Jueves 27 de setiembre de 2007 | 20:46 (hace 23 horas 37 minutos)- adnCULTURA de La Nación
Por Fernando Rodríguez
De la Redacción de LA NACION
El procedimiento fue, podría decirse, propio del Primer Mundo; al menos, prácticamente imposible de imaginar que hubiera acontecido como lo hizo en esta Argentina jaqueada por la inseguridad y por la habitual lentitud de los procedimientos penales. Pero sí, ocurrió en Buenos Aires que policías federales de la oficina local de Interpol recuperaran, para poner bajo resguardo judicial, una curiosa obra de Antonio Berni robada hace 24 años. Fue ayer (miércoles 26), sólo una hora antes de que fuera subastada, con un precio de base de 150.000 dólares. Se trata, en rigor, no de una, sino de dos pinturas que ocupan el anverso y el reverso del mismo lienzo, y en eso radica lo que hace al conjunto tan peculiar: son El desnudo de Nicole, un óleo realizado en París, en 1928, y La dama de la rosa, ejecutada tres décadas después. La obra está montada en una original máquina plataforma que hace girar el conjunto con eje en la diagonal del rectángulo que forma el marco, de forma que una y otra pintura puedan ser vistas sucesivamente al derecho. José Antonio Berni, hijo del artista fallecido en 1981, supo anteayer a la mañana, en su casa de Madrid, que las pinturas que él y su hermana habían denunciado judicialmente como parte del lote de obras sustraídas del estudio de su padre en 1983, habían reaparecido. El hijo del consagrado artista rosarino, fallecido en 1981, se enteró circunstancialmente de la reaparición de las pinturas, apenas unas horas antes de que fueran subastadas en la Galería Arroyo, gracias al llamado que un potencial comprador que, interesado en adquirirlas, deseaba obtener, de primera agua, datos sobre la autenticidad de las obras. Así lo confirmó el propio Berni, en diálogo con La Nacion, desde Madrid: "Me enteré a las nueve de la mañana, hora española; luego de comprobar en mis archivos que se trataba de dos de las pinturas inventariadas durante la sucesión que estaban marcadas como robadas, llamé a la oficina de Interpol en París, pues soy francés, y a las dos de la mañana [las 21, hora argentina], es decir 17 horas después, me llamaron desde Interpol Buenos Aires para avisarme que el conjunto había sido rescatado". Por cuestiones de confidencialidad comercial, por parte de la galería Arroyo, y del secreto del juzgado de instrucción Nº 19, que intervino en el caso y ordenó a la Sección Programa de Protección del Patrimonio Cultural del Departamento Interpol de la Policía Federal que fueran a buscar las pinturas –lo hicieron a las 18 de anteayer, una hora antes del inicio de la subasta– no se conocen públicamente más datos del último dueño del conjunto. Se trata de un hombre domiciliado en San Isidro, que presentó un recibo de compra con certificación notarial para certificar su propiedad sobre la obra desde un tiempo relativamente reciente. Seguramente, confiaron a La Nacion las fuentes consultadas, mucho más cerca en el tiempo y bastante lejos del día del robo en el estudio de Berni. Consultado sobre el caso, Manuel Ramón, uno de los dueños de la galería Arroyo, explicó a La Nación que la casa de subastas, que dirige junto a Augusto Mengelle, había tomado todas las previsiones posibles, y por los medios usualmente disponibles, para constatar el origen legal de la obra: en rigor, El desnudo de Nicole y La Dama de Rosa no figuran entre las casi 2000 piezas robadas que engrosan la base de datos de búsqueda de Interpol
Información pública
"En una casa de subastas la publicidad de los actos es permanente. Durante trece días las pinturas, con fotos, información y precio de base, estuvieron publicadas en el catálogo de la subasta. La foto pudo verse en el aviso a página entera que la galería Arroyo publicó en La Nación; también, en ediciones de otros diarios", dijo el galerista. "La casa hizo las averiguaciones correspondientes. En la base de Interpol no estaba publicada y no había ningún elemento que nos permitiera suponer que esta obra podía tener un problema", explicó a La Nación Ramón, que, no obstante haber cumplido con los requerimientos judiciales, consideró que, de acuerdo con la información de que dispone, no estaría totalmente comprobado que estas pinturas formen parte del lote de obras robadas del estudio del artista santafecino en 1983. Sobre este punto, fuentes de Interpol dijeron a La Nación que las fotos aportadas hace 24 años a la Justicia, en ocasión de aquella sustracción, constan en el nuevo expediente iniciado en el juzgado Nº 19.
Otro caso en la galería
Para la galería Arroyo no fue esta la primera vez que recibieron la visita de los agentes de Interpol. En mayo último fueron recuperadas allí cuatro pinturas que pertenecían al Museo de Bellas Artes de San Rafael, Mendoza, una institución privada. En aquella ocasión, explicó Ramón, fue la galería la que, en virtud de indagaciones propias, advirtió que las obras podían no ser de la persona que las había llevado para su subasta y dio aviso del hecho a los verdaderos dueños, a los que aconsejó hacer la denuncia que, en definitiva, posibilitó el procedimiento policial en el que fueron recuperadas. El robo de obras de arte y su comercio ilegal, lo reconocen tanto la policía como los propios galeristas, es un flagelo de gran magnitud y de alcance mundial. Y, en términos judicial y policiales, es de difícil investigación y castigo. "En el 99 % de los casos las obras sustraídas reaparecen muchos años después de haber sido robadas, y nunca las tienen los mismos sujetos que las robaron. Pocas veces están en manos de «reducidores», como ocurrió en el caso de Mendoza, y otras, en poder de personas que las han comprado de buena fe, después de que las obras pasaran por varias manos. De ahí que sea inhabitual que en estos casos haya detenciones", explicó a La Nación el subcomisario Marcelo El Haibe, responsable del área de Protección del Patrimonio Cultural de Interpol. José Antonio Berni, que no ocultó su placer por la reaparición de la creación de su padre, y que espera su restitución al patrimonio familiar, concluyó: "Espero que este excelente trabajo de la policía argentina sirva para que haya más seguridad en la tenencia y comercio de este tipo de bienes culturales, tanto para los coleccionistas como para los galeristas".
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